Uno de los dibujos-homenaje al Maestro Sabicas que circula estos días por Internet y las redes sociales.
Nació en el corazón del Casco Viejo pamplonés, un 16 de marzo de 1912, pero pronto, muy pronto, se convirtió en ciudadano universal. Tal semana como esta hace 30 años fallecía en Nueva York el artista navarro más internacional: Agustín Castellón Campos, conocido por todos como Sabicas. Totalmente autodidacta, hoy en día es considerado uno de los impulsores de la internacionalización del flamenco. Por ello, en una fecha tan señalada y a pesar del confinamiento, distintos colectivos han querido recordar estos últimos días su figura y su generosa aportación al mundo de la música. El trabajo de quien siempre presumió de ser gitano y navarro. En 1974 realizaba estas emotivas declaraciones para el diario ABC: “Me gustaría volver, con todo honor, a actuar en Pamplona. Llevo treinta y nueve años sin ver la ciudad en que nací. Tan solo recordarla y pronunciar su nombre hace que se me apresuren los pulsos”.
Imagen de Sabicas del archivo de Pablo Calatayud, de En Clave Audiovisual, director del documental ‘El Fabuloso Sabicas’ (2012).
Un latir gitano que el Ayuntamiento de Pamplona, junto con La Casa de Sabicas, la Federación Gaz Kaló de Asociaciones Gitanas de Navarra, el Festival Flamenco On Fire, Enclave Audiovisual y otras tantas entidades gitanas y flamencas han querido revivir esta semana para homenajear al maestro de la guitarra en redes sociales. Bajo esta premisa, el hashtag #Sabicas30DEP inunda desde el martes Twitter, Facebook e Instagram con fotos, vídeos, dibujos y recuerdos de este gran músico internacional nacido en una de las calles con más solera de la ciudad: la Mañueta.
Las redes del Ayuntamiento pamplonés, por ejemplo, ante la imposibilidad de organizar cualquier tipo de acto coincidiendo con la efeméride, han querido hacer un guiño a la iniciativa, a la vez que han animado durante toda la semana a la ciudadanía a adornar ventanas y balcones con guitarras y otros elementos flamencos. De hecho, el Consistorio ya había entablado contactos con La Casa de Sabicas y la Federación Gaz Kaló el pasado mes de febrero para impulsar un homenaje al artista con motivo de este aniversario. Pero se desató la pandemia mundial del coronavirus y hubo que buscar alternativas digitales.
SIEMPRE PRESUMIÓ DE SUS ORÍGENES PAMPLONESES
Foto del profesor Mercury junto a Sabicas, en Nueva York.
Agustín Castellón Campos ‘Sabicas’ falleció a los 78 años en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, un soleado sábado 14 de abril de 1990. Y aunque pasó más de la mitad de su vida fuera de España, primero en México, Argentina, y luego en EEUU, jamás se olvidó de sus orígenes pamploneses, de los que presumió siempre que tuvo oportunidad. Fue, como señalan los organizadores del aniversario, «un revolucionario en su época, abierto a mezclar su guitarra flamenca con otros instrumentos y otras corrientes musicales».
Por este motivo, desde La Casa de Sabicas, el Festival Flamenco On Fire y las entidades gitanas de Navarra se reivindica desde hace tiempo «una escultura para el Maestro» en la famosa calle Mañueta. «Sabicas para el pueblo gitano es un ilustre y digno embajador de nuestra cultura. Allí donde estuvo siempre presumió de ser gitano y navarro, y lo llevó con honra», detalla Ricardo Hernández, coordinador de Gaz Kaló y uno de los impulsores de #Sabicas30DEP.
Un amor por su tierra natal que el Maestro mostró hasta el final de sus días. Porque a pesar de fallecer en Nueva York, su deseo antes de morir siempre fue el de ser enterrado en tierras navarras. Desde el año 1990 yace en el cementerio municipal de Pamplona.
‘A Sabicas’, por Joaquín Sabina:
Ese gitano de faca y sombrero,
esa vitola de rey en lo suyo,
esos arcanos de tonadillero,
ese remanso en mitad del barullo.
Ese que pisa quintas avenidas
con los caireles de un dios en barbecho,
sin la quincalla de las despedidas,
con los papeles que nunca le han hecho.
Ese despecho de etrusco de Marte,
ese bastón para andar por derecho,
ese pedrusco en el dedo meñique.
Ese que guarda el secreto del arte,
en la botica más jonda del pecho,
ese Sabicas tocándole a Enrique.
La familia de Sabicas al completo en una imagen del archivo de Pablo Calatayud, de En Clave Audiovisual.
