El año que acaba de empezar trae al sector del automóvil nuevas normas sobre emisiones. Desde ahora, la Unión Europea obliga a los fabricantes a reducir las emisiones de CO2 de los coches nuevos (95 g. de CO2 por kilómetro como emisiones medias). Constructores, administraciones y usuarios se ven inmersos en una avalancha de noticias sobre movilidad sostenible, informaciones contradictorias sobre la contaminación de los vehículos particulares y nueva legislación.
De hecho, el incumplimiento de esta normativa europea recién implantada conlleva multas elevadas. Teniendo en cuenta el volumen de coches que se fabrican, las cantidades pueden alcanzar cifras enormes. No obstante, los constructores ya han anticipado este y otros aspectos importantes que van a modificar el mercado en los próximos meses y los años venideros.
Los fabricantes anticiparon las tendencias legales y sociales con numerosos lanzamientos de vehículos eléctricos durante 2019.
Todas las marcas, con mayor o menor intensidad, están lanzando modelos eléctricos, ya sean puros o híbridos. 2019 fue un año de numerosas «ofensivas», como denominan los fabricantes a los lanzamientos consecutivos de modelos electrificados.
Y los usuarios, pese a las barreras existentes (el precio de compra y la falta de infraestructuras de recarga), respaldan con las compras de vehículos electrificados una tendencia suave, pero en constante crecimiento. Aunque se mantienen en cifras bajas si las comparamos con los tipos clásicos de propulsión (gasolina y gasoil), las matriculaciones de estos vehículos siguen aumentando año tras año.
ADOPTAR NUEVAS TECNOLOGÍAS
El precio de compra es un clásico en lo que a la adopción de nuevas tecnologías se refiere. Hoy en día, ya nadie pregunta si un determinado modelo está equipado con ABS o airbags. Sin embargo, a principios de los 80, estos equipamientos, muy caros, estaban reservados a vehículos de gama alta. Poco a poco, se fueron democratizando hasta alcanzar a todas las gamas, desde los modelos más básicos.
Al igual que otros elementos de seguridad, como los anclajes Isofix para las sillas de niños y los sistemas ESP (control de estabilidad), las leyes los han convertido en equipamientos obligatorios para los coches nuevos. Para cuando llegaron las normas, estos y otros elementos ya se incluían como equipamiento de serie en los coches.
Con el vehículo eléctrico, la situación parece repetirse. Al tratarse de una tecnología cara, los precios siguen siendo elevados aunque, poco a poco, los constructores aumentan la oferta y extienden la electrificación a gamas medias y bajas.
En Pamplona, 82 vehículos obtuvieron en 2019 la «pegatina roja», que facilita el aparcamiento en la ciudad.
Las ventas parecen corroborar esta tendencia. En 2019, en Navarra se matricularon 1.170 vehículos de propulsión alternativa (electrificados y de gas), un 29,71 % más que en 2018, según datos aportados por Faconauto.
Además, el año pasado hasta 82 titulares de vehículos de emisiones directas nulas (eléctricos, de pila de combustible de hidrógeno, etc.) solicitaron y obtuvieron la «pegatina roja» del Ayuntamiento pamplonés.
Este distintivo, del que están excluidos los vehículos híbridos, es el que permite aparcar en las zonas azules, rojas y naranjas sin limitación de tiempo. La cifra puede parecer modesta, pero ha supuesto un hito en la tendencia. En 2011 se concedieron cuatro; en 2017, doce; y en 2018, treinta. El crecimiento, por lo tanto, es enorme a nivel porcentual.
INICIATIVA PRIVADA
Las empresas, como hoteles, supermercados, estaciones de servicio y aparcamientos entre otros, también se suman al modo 100 % eléctrico. La red electromaps recoge un completo mapa de puntos de recarga, que evidencian el aumento de este tipo de instalaciones privadas.
No obstante, los puntos existentes no ofrecen soluciones al problema de la recarga fuera del domicilio, que se apunta como la segunda gran barrera al crecimiento del vehículo eléctrico. El acceso público (que no gratuito) a los puntos de recarga, además del precio de compra, sigue siendo el mayor freno para que los conductores adopten de forma más rápida el vehículo eléctrico.
En Pamplona, el Plan de Movilidad Eléctrica (que data de finales de 2018) tiene previsto instalar 40 puntos de recarga de vehículos eléctricos en 2020 (actualmente solo hay cuatro). Así, el 90 % del parque automovilístico de la capital debería tener un punto a menos de 300 metros de distancia. Con esta medida y otras, se pretende favorecer la adopción del vehículo eléctrico.
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