El Producto Interior Bruto (PIB) de Navarra registró una caída del 8,3 % durante el pasado 2020, según los últimos datos del Instituto de Estadística de Navarra. Esta cifra es un 2,7 % inferior a la experimentada por el conjunto del país, donde la bajada fue del 11 %.
Los resultados del cuarto trimestre reflejan que el PIB creció en Navarra un 0,3 % respecto al cuatrimestre anterior. Se trata de un avance «contenido y provocado en gran medida por las severas medidas de contención», según el Gobierno foral, que ha provocado el impacto del Covid-19. Esta ralentización del crecimiento se refleja en la comparativa interanual, que cierra el ejercicio con un 5,9 % menos respecto a 2019, similar a la registrada en el trimestre anterior.
La cifra de caída anual del PIB es inferior al descenso previsto por el Ejecutivo foral en el mes de agosto. En esas fechas, se estimaba que la actividad podría caer entre un 9 % y un 10,2 % en 2020. Del mismo modo, el dato para Navarra «es menor también que lo anticipado por otras instituciones externas».
Elma Saiz: «Confiamos en que las ayudas de diciembre, el paquete de hasta 10 millones que en breve verá la luz y el acompañamiento permanente al sector servicios puedan mitigar los efectos de las limitaciones de actividad».
Por sectores, la actividad industrial se ha ido recuperando desde el mes de abril a un ritmo «bastante aceptable», y la producción en la última parte del año se acerca a su nivel previo a la crisis sanitaria, a pesar de que se observa cierto estancamiento en los meses de octubre y noviembre. El indicador de clima industrial se ha debilitado en los últimos meses, pero las perspectivas para el sector son «favorables» y se prevé que la actividad «vaya volviendo poco a poco a la normalidad».
Sin embargo, el sector servicios sigue «muy condicionado» todavía por la evolución de la pandemia. El endurecimiento de las medidas de contención en octubre provocó un descenso significativo de la actividad, que se recuperó parcialmente en el mes siguiente. No obstante, todavía está lejos de alcanzar su nivel previo a la pandemia. En ese sentido, la consejera de Economía y Hacienda, Elma Saiz, puso de relieve su confianza en que “las ayudas del pasado mes de diciembre, unidas al paquete de hasta 10 millones que en breve verá la luz y el acompañamiento permanente al sector a través del plano fiscal y financiero, puedan ayudar a mitigar los efectos derivados de las limitaciones de actividad”.
En cuanto a la evolución de la demanda, ciertos indicadores de consumo privado, como el comercio minorista o las matriculaciones de turismos, perdieron tono en los últimos meses del año y la confianza de los consumidores se mantiene en niveles mínimos ante las sucesivas olas de contagios. No obstante, el Gobierno de Navarra prevé que, «siempre que mejore la situación sanitaria, el consumo pueda experimentar un repunte impulsado por la demanda embalsada durante este último año y el aumento del ahorro».
El Gobierno navarro pone su confianza en la vacuna y las soluciones médicas para «controlar la situación actual de la pandemia».
Los indicadores laborales también reflejan las consecuencias del endurecimiento de las restricciones en Navarra, pero Saiz remarcó que “en el lado positivo, el empleo ha seguido creciendo, aunque a un ritmo más lento”.
Por último, la consejera repasó las perspectivas y los riesgos que se pueden plantear de cara a 2021. En este sentido, aseguró que “aunque la situación actual de la pandemia es muy complicada y la tercera ola del virus va a ralentizar la recuperación prevista para la primera parte de este año, no debemos olvidar que contamos con el instrumento fundamental para controlar esta situación, que es la vacuna y que la ciencia sigue avanzando para dar otras soluciones médicas a esta crisis». Por último, Saiz apeló a la «oportunidad única» que la región tiene para «sentar las bases de una economía más moderna, equilibrada y sostenible», y hacer de ella «una región más competitiva y más avanzada”.
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