Bastó un día para grabar ‘We have a dream’, el documental rodado en Pamplona que recibió el Premio a la Lucha por los Derechos de las Mujeres en la tercera edición de Porto Femme International Film Festival en Oporto (Portugal). El proyecto, sin embargo, es el resultado “de un proceso bastante más largo, de unos ocho meses” en el que Las Poderosas -un grupo de mujeres inmigrantes que nació en el seno de la asociación Acción Contra la Trata– se adentraron en la arteterapia, en la “danza para el empoderamiento”, en cuidados “expresivos”, en talleres de formación sobre derechos de las mujeres y en autodefensa feminista.
Obtener este galardón fue para Satoko Kojima “un subidón” y un “chute de energía para seguir luchando”. Esa batalla, según explica la directora del documental, pasa por que las mujeres inmigrantes “no se limiten únicamente a sobrevivir”, y que, en cambio, “vuelvan a sus orígenes” y abran “el baúl de los recuerdos” para descubrir cuáles son sus sueños: “Cuando eres pequeña, proyectas un futuro maravilloso. Pero luego la realidad se va imponiendo, ya sea por tus condiciones socioeconómicas o culturales. Te vas llenando de esas imposiciones y al final te adaptas a ellas”.
Kojima, psicóloga y bailarina de profesión, está convencida de que la expresión no verbal puede ser una forma de plantar cara ante estas exigencias y de obtener resultados tangibles cuando se trabaja en un escenario intercultural. “El arte es un lenguaje universal, especialmente útil cuando existe una barrera idiomática. Al tener un componente de ficción, permite explorarte y proyectarte en un entorno seguro”, defiende Kojima. Crear es, para ella, un acto “de empoderamiento y de liderazgo”. Además del enfoque en los derechos humanos y en la perspectiva de género, desde Acción Contra La Trata abogan por la mediación artística. Esta metodología formulada por Ascensión Moreno, profesora en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, permite un acercamiento “desestigmatizante”.
RECONECTAR CON EL CUERPO
Su dimensión corporal, por otra parte, cobra una importancia significativa en mujeres que han sido víctimas de violencia de género, de trata y de prostitución: “Una de las consecuencias más dramáticas de la explotación sexual es la disociación, que se presenta como uno de los síntomas del trauma complejo”. En este sentido, trabajar con el cuerpo “permite reconectar con una misma, tomar el control, disfrutar del cuerpo, de las sensaciones y de la propia sexualidad”. Eso sí, Kojima aclara que no todas las integrantes de Las Poderosas son víctimas de este tipo de violencias. Se trata, en cambio, de un grupo “abierto”, en el que “muchas de sus integrantes han pasado por situaciones de extrema violencia, pero otras simplemente se han unido para apoyar a sus hermanas”. A todas les une el deseo de “luchar” por los derechos de las mujeres, una “enorme resiliencia, a pesar de lo duro que es el día a día para algunas de ellas” y el hecho de haber migrado de su país de origen.
La propia Kojima, que nació en Japón, no escapa de esta última realidad. Y tampoco pretende hacerlo. Afincada en Navarra desde los seis años, tres décadas después sigue sintiéndose “100% inmigrante y a mucha honra”. A pesar de haber llegado a tierras forales cuando era muy joven, no se libró de vivir el proceso migratorio: “Siempre he sido muy sensible al tema. Basta con que hagas esas colas enormes en las oficinas de Extranjería para darte cuenta de que estás en el mismo barco”. Por eso, resalta la “importancia” de proyectos que incluyan esta visión en el momento actual, en el que “están surgiendo voces muy xenófobas y es necesario hablar muy fuerte en contra de estas posiciones”.
We have a dream, a su juicio, consigue este objetivo: “Lo más bonito del documental es la energía que transmiten estas mujeres. Solo eso rompe los estereotipos que cualquier persona pudiera tener”. El trabajo de Las Poderosas, sin embargo, no ha terminado. El 19 de diciembre, tienen previsto proyectar We have a dream en el Civivox de San Jorge. Para el año que viene, esperan publicar un disco libro de la mano de Suakai -una empresa de espectáculos musicales que también colaboró en el rodaje del documental- y con letras escritas por Alicia, Bolanle, Gift, Joy A., Angela, Mary P., Ivonne, Favour R., Joy I., Marta, Olga, Hind, Louiscy, Sekinat, Joy O., Laura, Mary S., Happy, Favour A. y Satoko; las mujeres soñadoras y poderosas que integran este grupo.