640 mil millones de dólares en pérdidas. El negocio de la moda sufrió un varapalo evidente tras la irrupción del coronavirus: en junio, el Boston Consulting Group determinó que los ingresos de esta industria podrían caer en más de un tercio. El impacto, no obstante, no repercutió únicamente en los bolsillos. Como sucede en el resto de manifestaciones culturales, nuestra manera de vestir casi siempre refleja el espíritu de una época. Elsa Schiaparelli, la eterna rival de Coco Chanel, decía que la moda, en tiempos convulsos, “siempre es escandalosa”. El show debe continuar: a pesar de la infinidad de restricciones para frenar los contagios, firmas como Maison Margiela, Louis Vuitton, Miu Miu y Chanel clausuraron la última edición de la Paris Fashion Week, que se celebró desde finales de septiembre hasta el martes pasado.
Lejos de las pasarelas y de los precios prohibitivos de la haute couture, sin embargo, quizá el sentir de estos tiempos no pase por la extravagancia, sino por la sencillez. Después de todo, la pandemia de Covid-19 “provocó una bajada en el consumo que, lamentablemente, también está afectando a la moda”. Entre las tendencias para esta temporada de otoño-invierno, Carlota Cabanas, consultora de comunicación especializada en moda, constata “una vuelta a los básicos”, que se ve muy influenciada por la dinámica de trabajar en remoto: “Quienes teletrabajan quieren estar cómodos, pero en condiciones de atender una videollamada de trabajo y luego salir al supermercado sin cambiarse de ropa”.
LOS BÁSICOS DE CARLOTA CABANAS
Esta apuesta por la atemporalidad pasa por la elección de colores neutros y de materiales como la polipiel -que triunfa “por motivos de concienciación y defensa de los animales, pero sobre todo porque es muchísimo más económica que el cuero”– y por una variedad “muy rica” de tejidos. En la última edición de Vogue España, se habla de “moda al cuadrado”, con colecciones -tanto femeninas como masculinas- “en torno a cálidos tejidos de lana con estampados geométricos”. Por otra parte, la experta en moda señala que el punto que se lleva en estos momentos “es más grueso y da la impresión de ser más rústico”.
Asimismo, Cabanas, que trabaja para firmas como Mirto y Wonders; también destaca el afianzamiento de tendencias que ya pasaron por los escaparates el año pasado: botas con suelas track, mocasines “tipo Gucci” con hebillas llamativas, abrigos XXL y blazers príncipe de Gales estilo oversize. Y a pesar de la preferencia por prendas holgadas, esta consultora insiste en que las tendencias fluctúan y no son normas escritas en piedra: “Ralph Lauren, por ejemplo, tiene ahora mismo una campaña muy potente de blazers más entalladas”.
En todo caso, Cabanas comparte unos tips para que los lectores de Vanity Capital armen un armario que resista al frío navarro y que no suponga desembolsar una fortuna. Tiene clara cuál es la pieza imprescindible durante esta temporada: los jerséis de cuello vuelto en colores como gris, beige y negro. A las mujeres, les recomienda hacerse con una blazer negra, una camisa blanca, un jean recto, un abrigo camel largo y “unos buenos botines”. Para los hombres, sugiere incorporar al guardarropa un traje “bien hecho y atemporal”, camisas de color blanco y azul claro, un abrigo a la altura de la rodilla azul o negro y unos pantalones sastre de lana fría, “que dan un toque más informal”.
SOBRIEDAD INQUIETA
La diversidad en esta materia hace que Oscar Liberal, diseñador de interiores navarro afincado en Madrid, observe “varias corrientes” en la forma de vestir. “Una muy potente es relacionada con la moda urbana, la música trap y el estilo de Rosalía, en la que se mezclan maxiplumíferos, materiales reflectantes y sudaderas de colores fluorescentes, muy llamativos”.
Esta preferencia, “que ya vimos el año pasado”, convive a su juicio con una inclinación mucho más minimalista. “Viene una época de ‘normcore’ -una tendencia ‘anti tendencias’ de moda unisex que surgió en 2014 y que se apoya en ropa pueril y anodina-. Como hace Kanye West en sus colecciones, que mezcla tonos grises y nudes, todo muy sport y un poco post apocalíptico”. Liberal es partidario de la sobriedad al vestir, aunque insta a elegir un accesorio llamativo “que hable por ti”: “Me apetece muchísimo ponerme unas zapatillas bastante güays y combinarlas con ropa de tono neutro, todo de un mismo color”.
Es una predilección que, para él, tiene “mucho que ver” con el confinamiento: “Nos hemos dado cuenta de que en casa no necesitábamos tanta ropa para expresarnos”. Eso sí, la expresión personal -aunque “quitando los excesos”– cobrará incluso más importancia para este diseñador nacido en Pamplona: “Ahora estamos muy inquietos y creo que eso se reflejará en la moda. Por ejemplo, con camisetas y sudaderas que incluyan un mensaje, pero que al mismo tiempo sean muy minimalistas”.
Liberal, que fue el director creativo de Navarra Fashion Week durante tres años consecutivos, espera que el encierro haya conducido a una “reflexión” sobre el consumo ético y de proximidad: “Aunque nos creamos súper globalizados, dependemos mucho del vecino, del comercio cercano. Por eso es el momento de mirar a los diseñadores locales y no al ‘fast fashion’”. En el escenario navarro, señala a la diseñadora Ilazki Martinera como una profesional por la que “apostaría”. Según este interiorista, “no solo debe contar el hecho de que una prenda sea bonita, sino también de dónde viene y qué historia tiene”. Por eso, invita a acudir a tiendas de segunda mano y a “rescatar reliquias de nuestros abuelos”.
SEÑAS DE IDENTIDAD
Jesús María Montes-Fernández reconoce que la irrupción del coronavirus y el posterior confinamiento “han afectado a los procesos creativos de diferentes marcas”, puesto que los diseñadores “son sensibles a los sucesos sociales que ocurren a escala global y, si lo creen oportuno, adaptan su estilo a ello”. No obstante, el director del magazine Flash Moda en Televisión Española considera que esta “revisión de estilo y de señas de identidad” no tiene que suponer un cambio de filosofía para las marcas: “Agatha Ruiz de la Prada, por ejemplo, no ha dejado de mostrar esa lluvia de colores con la que inunda todos sus desfiles”.
Este periodista tudelano especializado en moda concibe que vestirse “es una forma de expresión más”, a través de la cual muchos deciden “mostrarse tal y como son”. Y “por suerte”, como asegura, “hoy en día hay una cantidad de marcas con precios asequibles que permiten seguir las tendencias” sin arruinarse. Para este otoño-invierno, el experto evidencia cómo el look “‘total black’ se refresca un poco y pasa a ser ‘total grey‘”. Asimismo, apunta que los vestidos “con escotes especiales, que muestran la figura femenina de forma elegante, siempre están en auge”. También sugiere tener en el armario un par de botas de caña alta, “que siempre son favorecedoras”.