Los lugares permanecen, pero las personas que los transitamos vamos cambiando. Incluso la luz y el clima se modifican. Capturar esos espacios con el movimiento que los recorre cada día es lo que consigue el objetivo de José Luis Tejedor, que ha dado la vuelta al mundo con su exposición fotográfica ‘Tránsito’, capturando diferentes ciudades e inmortalizando lugares como Nueva York, Londres, Dubái, Ámsterdam, Milán, Madrid o Barcelona. “Tránsito es pararse a observar, ver lo que nos rodea y que muchas veces no reparamos en que está ahí”, explica el artista.
La exposición, que acaba de ser premiada, se inauguró en Baluarte días antes de San Fermín.
Casado con la pamplonesa Beatriz Anzinas, también productora de la exposición, uno de los objetivos de Tejedor era materializar un ‘Tránsito San Fermín’, que capturó con su cámara en 2018 y expuso durante las fiestas de 2019. Una muestra que inauguró en Baluarte y que comprendía una cuidada selección de las obras, así como una pincelada de la serie original de obras que reflejan el tránsito de personas en ciudades como Nueva York, Londres o Dubái, entre otras. Sin embargo, la de Pamplona es la que más alegrías le ha dado: “Fue una exposición que materializó el proyecto que había arrancado a principios de 2018, planificando y localizando cómo iban a realizarse las fotografías durante los Sanfermines de 2018”.
Y por esta exposición ha recibido el Premio Lux, el galardón más importante que puede recibir un fotógrafo español, concedido por la Asociación de Fotógrafos Profesionales de España: “Recibir este premio supone una gran alegría para mí, he puesto el alma en el proyecto, fue un viaje increíble y extenuante que realicé durante los Sanfermines de 2018 y volví en 2019 a inaugurar la obra en Pamplona, que era mi ilusión”. Y entre unas fiestas y otras, durante un año seleccionó todas las obras que luego formaron parte de la exposición en Baluarte, “además de preparar el libro que recoge todas las que conforman el proyecto”.
Con este galardón, se materializa una de las metas que tenía cuando apostó por la producción de este proyecto fotográfico en la capital navarra: “difundir la cultura navarra dentro y fuera de la Comunidad foral, con un proyecto artístico a la altura de los Sanfermines, que expresa su autenticidad y con una visión tan única como lo son las propias fiestas”, apunta Beatriz Acinas, productora ejecutiva de ‘Tránsito San Fermín’ y editora del libro.
Precisamente, el libro es un complemento que contiene hasta 40 obras con el trabajo realizado y que está a la venta en la web serietransito.com, donde puede verse el trabajo y la serie completa original del autor, así como en diversas librerías en Pamplona.
‘Tránsito San Fermín’ habla de tolerancia, de diversidad y de compartir un mismo lugar sin importar cómo somos ni de dónde venimos, reflejando desde un punto de vista artístico el tránsito imparable de personas de todo el mundo que inundan Pamplona para convertirla, del 6 al 14 de Julio, en una ciudad única en el mundo.
SAN FERMÍN EN LAS VENAS
No es casualidad que, entre las grandes capitales, la fiesta de San Fermín inspirara especialmente a José Luis Tejedor: “Conozco bien Pamplona y, cuando llega el 6 de julio, es absolutamente sorprendente vivir la completa transformación de la ciudad y sus lugares más emblemáticos».
Además, le ofrecía algo distinto para la serie, «algo que no tenía hasta ahora». «Por un lado, una cantidad de personas muy superior a lo que había tratado hasta el momento y que hace que cambie totalmente el aspecto de la ciudad con respecto a cualquier otro momento del año. Y, por otro, la uniformidad en cuanto a la forma de vestir, todos de blanco y rojo”.
Inauguración de ‘Tránsito San Fermín’.
El artista emplea una técnica muy personal que se ha convertido en su sello como fotógrafo, partiendo de tomas individuales de un mismo lugar en el transcurso de un periodo de tiempo determinado (más de 6000 fotografías para montar esta serie). Cada una de las capturas son combinadas como si de transparencias se tratase. El resultado final une la persistencia del espacio con lo etéreo de los individuos que transitan en ese momento. Esta superposición de diferentes imágenes captadas en instantes distintos crea una composición cercana a la abstracción, formada por fragmentos de figuración. Un efecto de contrastes donde un escenario estático y opaco se ve invadido por individuos en movimiento, imágenes que parecen convertirse en pinceladas veladas y translúcidas.
El blanco y rojo que tiñe Pamplona en San Fermín impregna la obra premiada de Tejedor.
