martes, 7 mayo 2024

El voluntariado que activa la vida

Si eres una persona con inquietudes a la que, además, le atraen los grandes desafíos, las Hermanas Hospitalarias en Navarra te invitan a conocer y participar de su programa de voluntariado. Solo se requiere tiempo y grandes dosis de escucha y empatía con otro ser humano como tú. La recompensa, sin duda, lo merece. Conoce aquí cómo formar parte de esta historia de éxito.


Pamplona - 26 abril, 2024 - 21:01

El voluntariado es un pilar clave del modelo de cuidado integral de Hermanas Hospitalarias en Navarra. (Fotos: cedidas).

Si algo ha caracterizado a la Humanidad desde siempre ha sido su deseo de aventura, de enfrentarse a lo desconocido y superarlo. Muchos superan sus retos más personales recorriendo largas distancias, batiendo récords de todo tipo o venciendo un miedo que hasta ahora les paralizaba. Los hay que buscan, por el contrario, propuestas menos perturbadoras como un horizonte lejano ante el que disfrutar de una buena puesta de sol. En este grupo también están los que entran en éxtasis ante un cuadro o, simplemente, que le sacan el máximo jugo al concierto de su cantante o grupo favoritos.

En todo caso, estamos hablando de mujeres y hombres con aspiraciones y empeños, con una vida marcada por la inquietud que les lleva a sentirse más plenos dedicándose a otras personas. Ese es el caso de las voluntarias y los voluntarios de las Hermanas Hospitalarias en Navarra. Como quien hace barranquismo o se deleita con la interpretación magistral de una ópera de Verdi, son personas valientes y comprometidas que, en el caso que nos ocupa, se enfrentan a una actividad de tantísimo alto riesgo como las que hemos mencionado: entregar libremente su tiempo para ayudar, escuchar, empatizar o, simplemente, tomar un café con otro ser humano, en esta ocasión, uno de los internos o internas del citado centro hospitalario. Esta es, precisamente, su historia.

«La figura del voluntariado ha sido algo sustancial que ha estado presente desde que Hermanas Hospitalarias inició su actividad en Navarra en 1904. Estamos hablando, por tanto, de muchísimos años y de mucha gente que ha desempeñado esa función por lo que es imposible poder cuantificar el beneficio que ha podido reportar a los interinos». De esta forma rememora el servicio de voluntariado su responsable en los centros de Hermanas Hospitalarias en Navarra, Juan Franco. No obstante, estima que solo este último año han sido en torno a 55 las personas que se han acercado para desempeñar esta labor con los internos que puede ir desde acompañarles a una visita médica externa hasta, simplemente, tomar un café.

El voluntario es, en la mayoría de las ocasiones, «un amigo» para los internos que disfrutan este servicio.

En realidad, la figura del voluntario forma parte del modelo de cuidado integral de la persona en el que está especializado y que ofrecen las Hermanas Hospitalarias. «Es una pieza fundamental dado los enormes beneficios que reporta a nuestros usuarios. Algunos incluso mantienen una relación de más de quince años e, incluso, ha habido casos en que el voluntario ha invitado a su boda a la persona que está atendiendo», apunta. A partir de ahí, la vinculación, el tiempo y el contacto hacen el resto. «Nuestro servicio de voluntariado, en el fondo, supone ofrece la posibilidad a nuestros internos de poder hablar con un amigo«, resume su máximo responsable.

De esta forma, no puede extrañar que sea uno de los servicios más demandados dada las ventajas que reporta en un doble sentido. «A nuestros internos, a los más mayores, sobre todo, les ayuda a moverse y no quedarse anquilosados y, a todos en general, les permite sentirse escuchados y valorados lo que mejora de forma sustancial su vertiente anímica y psicológica», confirma Juan Franco. Los voluntarios, por su parte, reciben como recompensa algo mucho más importante que el tiempo y la dedicación. «Les llena de tal manera que es muy extraño que alguien que lo pruebe quiera dejarlo«, constatan desde Hermanas Hospitalarias.

Por cierto, para todos aquellos que a estas alturas estén interesados en profundizar y conocer más en torno a esta propuesta, deben saber que hay dos vías para hacerse voluntario. Una procede de las líneas de colaboración que la institución sanitaria mantiene tanto con la Universidad de Navarra como con la Universidad Pública de Navarra (UPNA). «Sin embargo, la principal vía de acceso es el boca a boca porque, la gran mayoría, suelen ser personas jubiladas con tiempo para dedicar a este tipo de actividades», reconoce Franco quien aprovecha la oportunidad para invitar a todo aquel que sienta esa necesidad de ayudar a que se informe y pruebe.

La relación que se establece es tan estrecha que, en algunas ocasiones, se extiende durante años.

En cuanto a la elección del interno que puede acceder a este servicio, como se ha comentado, todo está organizado y responde a un protocolo ya establecido desde el mismo momento de su ingreso. «Trabajamos en equipo y en esa primera toma de contacto se valora si esa persona está o no acompañada. Luego, además, se realiza un seguimiento y si se comprueba, por ejemplo, que el familiar (por las causas que sean) deja de realizar visitas y se considera que puede ser interesante para su tratamiento se le incorpora como uno más», comenta Juan Franco. Dicho responsable recuerda, asimismo, que hay otros usuarios que recurren al voluntariado «pero ya para temas esporádicos como antes he comentado de una visita médica, por ejemplo», añade.

Grosso modo, así son los voluntarios y las voluntarias de las Hermanas Hospitalarias. Personas anónimas que afrontan con valentía una de las profesiones más bonitas y arriesgadas del mundo. Simplemente acompañar, escuchar y servir de apoyo a otro ser humano. Son los superhéroes anónimos de Hermanas hospitalarias y su mera existencia, sin lugar a dudas, hace mejor a este mundo porque dan luz a la vida de las personas que apoyan y acompañan. ¿Y tú, te animas a vivir esta aventura?


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