No resulta extraño, por tanto, que Luis Miguel García, director general de Lurauto, se fijara en ambos a la hora de hacerlos embajadores de la marca de su concesionario en Navarra.
Una empresa puede recurrir a muchas estrategias de marketing para sobresalir en el mercado, hipercompetitivo sea cual sea el sector en el que trabaje. Y una de ellas es tener un embajador de marca, una figura encargada de dar mayor presencia y prestigio al producto que se desea promocionar. Es una persona que representa a una organización y que es relevante para el público objetivo al que se dirige, mejorando así su imagen corporativa.
Suele tratarse de famosos, frecuentemente actores, deportistas o artistas, personas populares que atraen a consumidores que la marca aspira a que sean clientes de sus productos gracias, precisamente, a la imagen del propio embajador: Por eso, estos deben transmitir confianza y credibilidad. Acuden a eventos de la empresa, la representan en actos sociales… Penélope Cruz lo hace para Chanel, Elsa Pataky es embajadora de Gioseppo y Cristina Pedroche de Puma, mientras Leo Messi lo es de Adidas y el cocinero Sergi Arola de los supermercados Lidl, por ejemplo.
Luis Miguel García personalizó e identificó el lanzamiento de la marca Lurauto hasta que percibió “que empezaba a aparecer demasiado y Lurauto era mucho más que Luis Miguel García. El concepto es mucho más abierto porque Lurauto es como una familia y va más allá del simple servicio al cliente”, destaca. Por eso buscó personas que, en cada uno de los territorios donde tiene concesionario, identificasen los valores de Lurauto y de BMW.
Expone sus reflexiones en una mesa en torno a la que también se sientan Miguel Induráin e Iker Vicente, con quienes contactó en las pruebas ciclistas que patrocina el concesionario. Del pentacampeón del Tour de Francia dice que tuvo muy claro desde el principio que tenía que ser uno de sus embajadores. Porque a la vez que sus potentes piernas podían evocar al motor de un BMW, “es todo humildad, humanidad, cariño, que también son valores de Lurauto, y es una de las personas más queridas de toda Navarra. Estaba clarísimo”.
Nos presenta a continuación a Iker Vicente, quien comparte también esa potencia que es un elemento diferenciador de BMW con respecto a otras marcas, además de la técnica y la precisión a la hora de manejar la aizkora que son, asimismo, características de la marca automovilística alemana. “Por eso Miguel e Iker identifican los valores de Lurauto y los que yo quiero que se transmitan como empresa, personalizándolos en dos figuras del deporte: una que ya ha completado su trayectoria y otra cuyo ascenso va a acompañar al de Lurauto”.
Induráin y Vicente, que conducen y exhiben un vehículo personalizado con su firma en la carrocería que les cede Lurauto, sonríen y asienten. Comentan que su compromiso es el de participar de manera activa en las actividades del concesionario, lanzamientos y presentaciones de nuevos modelos o eventos que tienen lugar en sus instalaciones. Y Luis Miguel García apunta que también estarán presentes en los actos solidarios que programarán próximamente.
Iker, que es patrocinado por Lurauto incluso antes de que llegara despuntar como la gran figura que es en la actualidad, confiesa sonriente que le gustan mucho los coches. “Andar con un BMW es un orgullo, y que me patrocine una marca de la tierra también. Nos sentimos identificados con ellos y si les podemos ayudar siendo sus embajadores…”. Luis Miguel es quien asiente ahora y, finalmente, interviene para indicar que ambos y Martín Berasategi, David de Jorge y Joseba Arguiñano, que también son embajadores de concesionarios Lurauto en San Sebastián y Bilbao, “tienen un carácter muy parecido que dice un poco de lo que somos. El embajador aporta imagen, pero si en su comportamiento del día a día tiene una forma de ser que no es cercana no va a funcionar”.