miércoles, 24 abril 2024

En busca de la robótica humanizada

La Oficina de Transformación Digital acogió la primera de las dos sesiones con las que pretende mostrar, de manera práctica, todas las posibilidades que ofrecen las tecnologías habilitadoras de la Industria 4.0. Los expertos que las imparten resaltan la necesidad de formar a profesionales cualificados en este ámbito.


Pamplona - 26 septiembre, 2019 - 06:00

César Gonzalvo, de Iruña Tecnologías (izda.), y Mikel Arbeloa, de Hirudi Sistemas 3D (dcha.). (Fotos: David Muñiz)

Ya son más de 35.000 los robots implementados en empresas españolas, según datos de la Asociación Española de Robótica y Automatización de Tecnologías de la Producción. Y la Federación Internacional de Robótica prevé que, en 2020, haya tres millones en fábricas industriales del mundo. Pero también son muchas las empresas que necesitan formación específica sobre cómo integrar correctamente la tecnología y las personas, sin prescindir de estas y ayudándolas a sacar todo su potencial.

Las implicaciones de la Industria 4.0 ocupan un lugar estratégico en las agendas de las empresas de todo el mundo. Y no solo por los profundos cambios que está originando la transformación digital, más centrada en la gestión y el uso de datos, sino también por la implementación de tecnologías de última generación que están «revolucionando la forma de trabajar»: la fabricación aditiva y la robótica colaborativa. «No son una herramienta más. La fabricación aditiva va a eliminar una serie de usos mucho más caros, más perjudiciales para el medio ambiente y con procesos mucho más largos en el tiempo», resalta César Gonzalvo, CEO assistant de Iruña Tecnologías de Automatización.

La implementación de tecnologías de última generación están «revolucionando la forma de trabajar».

Ante la creciente necesidad de entender en qué consisten estas nuevas herramientas y cuál es su recorrido presente y futuro en las empresas, la Oficina de Transformación Digital (OTD – Navarra) celebró este miércoles la primera de las sesiones sobre esta materia, que tienen lugar en la sede de Iruña Tecnologías. Unos talleres cuyo objetivo es mostrar de, manera práctica, todas las posibilidades que ofrecen la robótica colaborativa, la robótica colaborativa móvil, el escaneado 3D y la fabricación aditiva (impresión 3D), así como la realidad aumentada. De esta forma, los participantes podrán tener un criterio bien formado para aplicarlas en los procesos de sus compañías. 

Las jornadas están dirigidas a personal de gerencia o técnicos, responsables de producción y, en general, a todas las personas responsables de innovación y mejora en las empresas. Impartidas por Iruña Tecnologías e Hirudi Sistemas 3D, la próxima sesión estará dedicada a las aplicaciones industriales de la fabricación aditiva y tendrá lugar el miércoles 9 de octubre, de 16:00 a 18:00 horas. 

Los exoesqueletos pueden mejorar la calidad de vida de los trabajadores.

Este exoesqueleto ayuda al operario en trabajos en los que los brazos sobrepasan la altura de los hombros.

EL CAMINO HACIA LA FLEXIBILIDAD

La robótica colaborativa, por ejemplo, permite dar un salto definitivo: pasar del mero hecho de tener un robot, con sus riesgos y medidas de precaución, a poder trabajar con él de manera eficaz e integrada. Así, se le puede programar en castellano, es una herramienta flexible y el operario puede aprender a usarlo rápidamente. El ser humano y la máquina crean su propio ámbito de colaboración. «Con estos talleres, pretendemos dar una pincelada a los asistentes sobre estos temas para que tengan un previo conocimiento. Además, si vamos avanzando, daremos un taller práctico de robótica colaborativa con impresión 3D y mostraremos cómo se integran ambas tecnologías», añade Gonzalvo.

El curso mostrará las ventajas de la impresión 3D para elaborar prototipos, utillaje o piezas finales.

Pieza impresa en poliamida sin necesidad de montaje.

Estas herramientas se pueden aplicar en casi todos los sectores, aunque algunos están más focalizados en la fabricación avanzada como los de la manufactura mecatrónica, la aeronáutica o la automoción. «La robótica colaborativa también es un mundo que no se reduce a un brazo robótico o a una impresora 3D. Es un ecosistema que resulta importante conocer para saber las posibilidades que ofrece a las empresas de cara a lograr una fabricación flexible y avanzada, una economía circular y un ahorro de recursos, de tiempos, de costos… Es un mundo nuevo que va a ser condición indispensable conocer para ser competitivo en el mundo empresarial y económico que se está dibujando, aunque tampoco va a ser suficiente. Es condición necesaria, pero no suficiente. La clave es el conocimiento», apostilla Mikel Arbeloa, de Hirudi Sistemas 3D

Arbeloa: «La robótica colaborativa es un ecosistema que resulta importante conocer para saber las posibilidades que ofrece a las empresas».

Los responsables de estos talleres subrayan que las empresas más grandes son las pioneras en este ámbito, las que tienen recursos, dinero y personal para generar el conocimiento necesario. Pero recuerdan que, actualmente, la tecnología se está democratizando y ya está llegando a las pymes. De modo que el tamaño de la compañía no debe ser un impedimento para explorar la implementación de estas herramientas.

MÁS PERSONAS CUALIFICADAS

Así mismo, destacan que este profundo cambio tecnológico no será perjudicial para los empleos. «Si una empresa trae una nueva tecnología que ayuda y no quieres aprenderla, sobras. Si quieres conocerla, tendrás un trabajo más cómodo. Se busca que el empleado tenga menos problemas ergonómicos, que esté mejor en el puesto de trabajo, que sea más productivo… Pero para ello debe aprender a utilizarlo. ¿Que algún puesto de trabajo sobra? Sí, pero se modifica, se recualifica», recalca Gonzalvo.

En este sentido, la fabricación aditiva se centra en la impresión 3D. Pero quienes apuestan por ella se están topando con una importante dificultad: faltan personas especializadas, que sean capaces de manejarla con destreza, que sepan exprimir todo su potencial. «Las empresas se encuentran principalmente con un problema, no tanto de dinero, sino de encontrar qué operario cualificado necesitan para trabajar con estas máquinas o qué diseñadores necesitan para diseñar específicamente algo. Y no los encuentran. Este perfil no existe en FP, ni siquiera en las ingenierías, y el mercado lo está demandando. Ahí hay un ‘gap’ que tenemos que suplir entre todos. Es necesario aprender. Los trabajadores siguen siendo el recurso crítico», incide Arbeloa.

Quizás por eso, el Gobierno de Navarra haya incluido impresoras 3D y robots en los centros de FP, tras acometer una importante inversión, y tanto Gonzalvo como Arbeloa hagan especial hincapié en que esta tecnología no es un riesgo para los empleados si estos se adaptan al cambio, sino una oportunidad de calado tanto para los trabajadores como para las empresas «porque les da competitividad», sentencia Arbeloa.

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