Un buen sueldo ya no es suficiente para retener el talento. Los tiempos cambian, y también las aspiraciones de quienes trabajan en las empresas. De ahí que los profesionales de Recursos Humanos deban afrontar en esta última década un reto hasta ahora desconocido: enamorar a sus empleados. Hacer atractiva la empresa, no sólo para que quieran entrar a formar parte del proyecto, sino también para hacerles permanecer en él. Y no siempre resulta sencillo.
Abordar estos aspectos era el objetivo que se planteó el ‘Empoyee Centricity’, un evento organizado por el departamento de Career Services de la Universidad de Navarra, en el que participaron José Luis Risco, Teresa Cervera y Cristina Virseda, directores de Recursos Humanos de EY, Douglas y Sodexo, respectivamente.
Estos tres profesionales se reunieron, primero, con empresas de la Comunidad foral; y, después, con alumnos del máster en Dirección de Personas en las Organizaciones. Esta última sesión estuvo moderada por Francisco García Cabello, fundador y director del ‘Foro de Recursos Humanos’.
EXPERIENCIAS POSITIVAS
Para estos tres profesionales, lo fundamental es situar al trabajador “en el centro de las estrategias de la empresa”. Si en el mundo comercial se habla de la “experiencia del cliente”, de conseguir que el comprador viva una experiencia única y agradable con el producto adquirido, algo similar hay que hacer en la empresa, apuntó Cristina Virseda.
Las empresas están en una guerra abierta por atraer y retener el talento y, en esa pelea, resulta imprescindible escuchar y entender a los empleados.
“Si somos capaces de generar experiencias positivas en nuestros empleados, retornará en la experiencia de los clientes”. “Tenemos que entender qué es lo que esperan nuestros profesionales y segmentar las soluciones. Es un reto porque al final del día, lo que nos preocupa es atraer, retener y motivar a los mejores”, señaló la directora de RRHH de Sodexo.
Escuchar y entender se convierten, así, en tareas imprescindibles dentro de la empresa. Un paso previo para poner en marcha herramientas y soluciones que atraigan y enamoren a los trabajadores. Porque, de no conseguirlo, ese talento se irá.
“Nos encontramos en el mundo de la inmediatez, la información y la intolerancia. Las nuevas generaciones son inconformistas y esto genera nuevas necesidades en el mundo de la empresa. Tenemos que focalizarnos en lo que cada empleado necesita y el que no cambie, perderá talento”, afirmó el director de Recursos Humanos de EY, José Luis Risco.
Precisamente, esta nueva actitud se ha intensificado más en la generación millennials, que ha entrado ya en el mercado laboral y cuya actitud es completamente distinta a la de los trabajadores de generaciones anteriores, tal y como precisó la directora de Recursos Humanos de Douglas, Teresa Cervera.
El talento, según José Luis Risco de EY, depende de uno mismo en la medida en que es la unión de actitud, responsabilidad, valores y conocimientos.
A su juicio, el mercado laboral está en plena transformación por esta nueva mano de obra y por la digitalización. “Los millennials no tienen problema en manifestar lo que piensan. Ellos son los que deciden dónde trabajar y con qué condiciones”, sentenció. De ahí que los profesionales de Recursos Humanos, añadió, deban adaptar su formación a estas habilidades y comportamientos nuevos.
Por su parte, los trabajadores actuales y los del futuro deberán tener ese talento que las empresas buscan para resultarles también atractivas a ellas. Y, para José Luis Risco, el talento no es sino “actitud, responsabilidad, valores y conocimientos”. Lo bueno, concluyó, es que “en gran parte, dependen de uno mismo”.
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