Eroski donó más de 2.500 toneladas de alimentos destinados a los colectivos más desfavorecidos durante el primer semestre del 2020, a través de su programa Desperdicio Cero, por el que garantiza que «ningún alimento apto para el consumo sea desechado» en sus tiendas, sino que sea entregado a organizaciones sociales «del entorno cercano de cada tienda».
Gracias a este proyecto, se logra anualmente una cifra equivalente al consumo de alimentos para 5.000 familias. Para desarrollar la iniciativa, Eroski colabora con la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal) desde 1996, así como con Cáritas, Cruz Roja y Asociación Reto a la Esperanza, entre muchas otras entidades sociales que ayudan a colectivos desfavorecidos y personas en riesgo de exclusión.
Con este programa, se logra anualmente una cifra equivalente al consumo de alimentos para 5.000 familias.
Precisamente, la cooperativa ha sido reconocida con el Premio Espiga de Oro, el máximo galardón que otorga la Fesbal a aquellas organizaciones que destacan por su colaboración en la redistribución solidaria de los excelentes alimentarios. “Los alimentos se desperdician en toda la cadena: producción, almacenamiento, transformación, distribución… Como parte integrante en esta cadena, nos proponemos no desperdiciar ningún producto alimenticio apto para el consumo”, señala el director de Salud y Sostenibilidad de la compañía, Alejandro Martínez Berriochoa.
Todos los alimentos «están siempre dentro de la fecha de caducidad o de consumo preferente y en perfecto estado».
La empresa ha desarrollado un protocolo de actuación que «vela escrupulosamente por la seguridad alimentaria de los productos donados». En el caso de los alimentos frescos, garantiza el mantenimiento adecuado de la cadena de frío también en la entidad receptora de la donación, «que debe asegurar que cumple las mismas garantías en su transporte e instalaciones».
Los alimentos donados son productos frescos y de alimentación que Eroski retira de sus lineales «para cumplir su compromiso de frescura máxima con sus clientes, o simplemente porque su envase presenta una pequeña deficiencia como puede ser una simple abolladura o rotura de embalaje que impide su venta». Todos los alimentos están siempre «dentro de la fecha de caducidad o de consumo preferente y en perfecto estado».
DESPERDICIO CERO ENTRE LOS 10 COMPROMISOS
El alcance del programa, además de la reducción del desperdicio alimentario vinculada a un fin solidario de donación, persigue también potenciar un modelo de economía circular. Así, cada año, Eroski da una segunda vida a 5.000 toneladas de alimentos que destina a la producción de harinas y aceites animales y de piensos para alimentación animal. El objetivo de desperdicio cero se recoge dentro de los diez compromisos de la cooperativa por la salud y la sostenibilidad, que incluyen también la promoción del consumo responsable y una alimentación sostenible.
“Desarrollamos también diversas campañas de concienciación al consumidor para impulsar la reflexión sobre el desperdicio de alimentos en el hogar”, detalla Martínez Berriochoa, quien recuerda que también ponen a disposición “conocimientos, recursos y herramientas prácticas para racionalizar su compra, aprovecharla al máximo y minimizar el despilfarro alimentario, con el consiguiente ahorro que ello conlleva a la sociedad y a la economía de las familias”.
El programa persigue también potenciar un modelo de economía circular.
Eroski se ha sumado a la tercera edición de la Semana Contra el Desperdicio Alimentario, promovida por la Asociación de Empresas de Gran Consumo (AECOC), que se llevará a cabo hasta el próximo 4 de octubre, coincidiendo con la primera celebración del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio Alimentario.
Los distintos canales de la cooperativa programarán contenidos específicos sobre el Desperdicio Cero a lo largo de la semana, donde será posible participar en un concurso a través de la web corporativa y conocer más acerca de la labor del Grupo en esta materia.
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