¿Cómo se vive en las instituciones europeas la salida del Reino Unido de la Unión?
Hay de todo. Por un lado, malestar, ya no sólo por el referéndum y su resultado, sino por diversas declaraciones que se han hecho desde el gobierno británico. Por otro, sigue habiendo mucha sorpresa; no querer ver que esto es algo que se va a producir. Y, sobre todo, hay muchísima incertidumbre.
La primera reunión, celebrada del día 19, ¿ha restado algo de esa incertidumbre?
A priori parece que el Reino Unido ha aceptado la hoja de ruta de la UE. Es bastante positivo. Primero se van a negociar los términos de la salida, que son inmensos, y luego se acordará el estatus que tendrá el Reino Unido ante la UE. Pero una de las cosas que tienen muy claro aquí es que jamás, en toda la historia de la UE, ningún acuerdo se ha podido hacer en menos de cinco años. Con lo cual no hay mucho optimismo en que en 18 meses pueda acabarse todo.
Jamás en toda la historia de la UE se ha cerrado un acuerdo en menos de 5 años.
¿En Bruselas qué se ve más probable un Brexit duro o blando?
Aquí, lo que se comenta es que no existe un Brexit duro y otro blando. Brexit es Brexit. Pero separar los términos de la salida del futuro estatus es casi imposible. Y aquí se surgen los denominados Brexit duro o blando. Está el modelo noruego; que no es miembro de la UE, pero es parte del mercado interior gracias a la Asociación de Libre Comercio y también participa prácticamente de todos los programas. Esto lo hace porque paga una tasa, más alta de la que pagan los Estados miembros. ¿Cuál es el Brexit duro? No dejar participar a Reino Unido en nada.
En ese caso, ¿sería la UE quien no le dejaría participar o Reino Unido que no querría hacerlo?
Si no hay acuerdo, no participa. Pero, se abrirían dos opciones. Una: la prórroga, aunque nadie quiere pensar en eso porque si empiezas a negociar pensando en la prórroga no acabas nunca. La otra sería no tener previsión de lograr un acuerdo. A los dos años Reino Unido pasaría a ser un Estado tercero; ya no participaría en ninguna política y en lo relativo al comercio interior estaría sujeto a la Organización Mundial de Comercio. Eso sería un Brexit salvaje. No es bueno para nadie. Es obvio que va a haber un acuerdo, pero creo que la carta de la prórroga es muy posible que se use.
REPERCUSIONES PARA LAS EMPRESAS
Para Navarra, ¿qué sería lo menos malo?
Un acuerdo que limite la incertidumbre. Tuvimos una reunión con la mano derecha del negociador jefe Barnier y le trasladé la inquietud de las empresas que exportan a Reino Unido. Las regiones no vamos a estar implicadas en las conversaciones, pero sí hemos pedido al Estado español que haya una información fluida para que podamos ir informando a las empresas.
Si Reino Unido se mantiene en el mercado interior, seguirá siendo un país prioritario para Navarra
En la Estrategia de Especialización de Navarra S3, Reino Unido es un objetivo prioritario para las relaciones comerciales. ¿Ha quedado en papel mojado o habría que replantear esos objetivos?
Si vamos a un escenario, muy previsible, en el que Reino Unido hace todo lo posible para mantenerse en el mercado interior y por no salirse de los programas europeos, sobre todo, de innovación, entonces no es papel mojado. Todo lo contrario. Porque para nosotros son las áreas fundamentales para incrementar nuestras presencia y podríamos reforzarla. Si vamos a un escenario de Brexit salvaje, sí habrá que revisar a la baja, pero no sólo Navarra.
Aunque no hay nada en claro todavía, ¿qué mensaje trasladaría a las empresas exportadoras?
Creo que habría que realizar un encuentro con ellas para dialogar y ver cuáles pueden ser las necesidades. En 2018 no cambia nada. Pero para 2019 habrá que ir viendo posibles vías y si es necesaria una respuesta concreta a sectores más dependientes. Aunque ésta tendría que ser algo conjunto de todo el Estado.
¿En qué medida se notarán las consecuencias en los navarros que viven en Reino Unido?
El mercado interior se basa en cuatro libertadas básicas: circulación de bienes, servicios, capitales y personas. Para Theresa May lo más problemático es la libre circulación de personas. Pero la UE ha dicho que las cuatro o ninguna. Y ahí va a estar el quid de la cuestión. No tenemos datos de residentes británicos en Navarra ni de navarros allí pero habrá que ver qué pasa con ellos, con la tarjeta sanitaria única… Va a ir ligado 100% a cómo se negocie el mercado interior.
¿Cómo ha afectado a la unidad interna de la UE?
Están bastante sorprendidos de cómo se han cerrado filas. Una regla de oro es que no va a haber ningún Estado miembro que vaya a negociar nada con Reino Unido. El Brexit no sólo no ha generado un efecto contagio sino que está uniendo a los otros 27 Estados miembros en torno al proyecto de la UE. Es paradójico, pero a lo mejor el Brexit propicia un fortalecimiento del espíritu europeo.
Esa visión de que Reino Unido siempre ha sido un lastre para Europa no es real
¿Apuesta también por una mayor unidad política?
Aún queda mucho camino por recorrer. Está por ver. Esa visión de que Reino Unido siempre ha sido un lastre para Europa tampoco es real. Detrás de esa imagen de antieuropeo, de mal negociador, de caravinagre, hay una realidad de cumplimiento de la legislación europea por encima de la media. Yo no creo que Reino Unido fuera el mayor de los obstáculos.
¿Ha habido algún efecto negativo del Brexit en el seno de la UE?
Ha habido un efecto colateral en la política de cohesión. Gales es una región menos desarrollada, con una renta por debajo del 75% de la media de la Unión Europea. Recibe ingentes cantidades de dinero de la UE. Y, aún así, votó a favor del Brexit. Y eso se está usando como argumento por los detractores de la política de cohesión.
¿Qué opinión le merece toda esta situación?
Creo que tiene que haber una reflexión en todos los gobierno. No podemos seguir viendo a la UE como algo en lo que participamos pero que gestionan otros. Tenemos la responsabilidad, como Navarra y como ciudadanos, de informarnos, de participar y de criticar, pero también de ver todo lo que la UE ha aportado a nuestra vida. La UE ha producido una prosperidad sin precedentes en los territorios que la forman. Jamás en la historia de Europa se habían producido 70 años de paz, pero jamás antes se habían producido 70 años consecutivos de un relativo crecimiento económico, con sus paréntesis que todos conocemos. Es algo que hay que tener en cuenta.