Eduardo Arbizu, of Counsel de Pérez-Llorca y abogado navarro del Estado en excedencia, fue el protagonista de un webinar organizado este lunes por Institución Futuro, en colaboración con NavarraCapital.es. Arbizu reconoció que la pandemia del Covid-19 está siendo “una crisis sin precedentes”, caracterizada por la incertidumbre. “La crisis debería haber desembocado en una falta de solvencia mayor, pero no lo ha hecho por las medidas transitorias establecidas”, señaló en referencia a los ERTE o los préstamos ICO, que han evitado un hundimiento mayor de la economía y han paliado en cierta medida la destrucción del empleo.
Sin embargo, Arbizu hizo hincapié en que, tarde o temprano, habrá que avanzar en la senda de la recuperación y dejar atrás ese tipo de medidas. El letrado, que también fue secretario general y asesor jurídico de Barclays España, consejero delegado y responsable de Banca Comercial de Barclays en Europa Continental y ostentó diversos cargos en BBVA, señaló que el fin de la crisis económica estará supeditado a la propia evolución de la crisis sanitaria. Y añadió que resultará clave poner en marcha otra clase de medidas para que los casos de insolvencia no se traduzcan en cierres masivos de empresas. Eso pasa también por que las ayudas públicas prioricen a las organizaciones viables frente a las empresas zombies.
Eduardo Arbizu auguró que la recuperación económica podría llegar entre el segundo semestre de 2021 y el segundo semestre de 2022.
Sin embargo, la incertidumbre acerca de los efectos que el plan de vacunación tendrá en el número de contagios impide adelantar “cuando y cómo va a ser la salida”. Aun así, se mostró optimista y aseguró que las previsiones “son mucho mejores que hace solo unos meses”. Incluso vaticinó que la vacunación abrirá la senda de la recuperación.
Ahora bien, para dar ese paso harán falta otro tipo de iniciativas complementarias a las aprobadas hasta ahora. “Esta crisis ha tenido menos consecuencias porque los poderes públicos han proporcionado liquidez a las empresas”, destacó para apostillar poco después que, “en España, esa liquidez ha llegado en mayor medida a través de los bancos y con una menor proporción de ayudas directas a las empresas”.
Se refería, por ejemplo a los préstamos ICO, las moratorias o los ERTE. Medidas que, tarde o temprano, se van a tener que levantar. Por eso, pidió abrir un debate, “importante y urgente”, sobre qué otras precauciones tienen que tomarse y cómo estar preparados para aprovechar las oportunidades que la crisis genere: “Lo peor sería tener que volver al escenario de la crisis de 2008”.
LA ANESTESIA
Para evitarlo, demandó “que se tomen esas medidas a tiempo” y que estas “sean transparentes, objetivas, que no distorsionen la competencia, que no lastren las cuentas públicas, que no permitan mantener a empresas zombies y que no perjudiquen la viabilidad del sistema financiero”. Hizo hincapié en la necesidad de apoyar a las compañías viables “porque los recursos son limitados” y utilizó un símil con un hospital de campaña. “Hay que atender primero a los heridos con posibilidades de sobrevivir. Va a doler”, dijo convencido, ya que el proceso será similar al de un paciente recién operado a quien, en algún momento, hay que quitarle “la anestesia”. Y, a este respecto, confirmó que “por el camino se van a perder empleos”.
En ese contexto, incidió en algunos de los defectos que, a su juicio, presenta el sistema de créditos impagados y de gestión de la insolvencia en España. Ahí, hizo hincapié en la necesidad de mejorar el sistema concursal. “Es particularmente ineficiente a la hora de resolver el problema de la microempresa y el autónomo”, lamentó.
Pero, a pesar de todo, concluyó la ponencia con un mensaje positivo: “La recuperación podría ser más rápida de lo que esperamos”. Es más, se atrevió a augurar que podría llegar entre el segundo semestre de 2021 y el segundo semestre de 2022.
Entra aquí para leer más sobre el impacto del coronavirus en Navarra.