Padre e hija capitanean una empresa familiar que desprende entusiasmo, ganas de trabajar e ilusión, muchísima ilusión. En estos tiempos postconfinamiento, en plena y temerosa apertura al mundo, representan las ganas de quienes desean dar lo mejor de sí mismos cada día.
Hablan en la misma dirección, sin pisarse y complementándose a la perfección. “No hemos caído en el derrotismo en ningún momento”, asegura Jesús Ostiz, responsable del Área de Integración e Instalación de Ostiz Audiovisuales. Completa sus palabras Lucía Ostiz, gerente de la compañía: “Eso lo llevamos impreso en el ADN: la ilusión y trabajo”. Tras las mascarillas que portan, se intuye una amplia sonrisa en ambos.
“Llevamos impreso en el ADN la ilusión y el trabajo”.
De esta forma afrontaron el confinamiento obligado Jesús y Lucía. Quince días en casa durante los cuales, a pesar de haber paralizado obras, congresos y eventos, no se desmotivaron. En aquellas semanas trataron de definir sin descanso nuevas salidas para su negocio que, por destacarse en el ámbito de los eventos, se veía abocado a una importante ralentización. De hecho, este año habían planificado cambiar de instalaciones por otras de mayor superficie. Y en aquellos días de encierro, llegaron a pensar que quizás no las iban a necesitar. Ahora mismo, la perspectiva ha cambiado por completo y les brillan los ojos hablando de las posibilidades que va a ofrecer su nueva sede de Mutilva. Pero no nos adelantemos, volvamos al confinamiento.
CONFINAMIENTO ONLINE
Durante esos quince días, descubrieron el potencial de zoom, streaming, los webinars y otros formatos que empezaron a utilizar para comunicarse con todo su equipo. “Ya los utilizábamos profesionalmente desde hace años, pero nunca los habíamos necesitado internamente como usuarios”, rememora Lucía. Todos aquellos recursos les ayudaron a mantenerse en la brecha. “Porque desde el minuto uno del confinamiento, quienes tenemos empresas seguimos al cien por cien desde casa”, asevera Jesús, quien recuerda que mantuvieron los mismos horarios laborales y rutinas desde casa. “A pesar de la dureza de lo que estamos viviendo, el parón nos ayudó a hacer algo para lo que nunca tenemos tiempo: pensar”, agrega.
“El parón nos ayudó a hacer algo para lo que nunca tenemos tiempo: pensar”.
Y pensando, pensando, cuando volvieron a abrir las puertas del negocio se dieron cuenta de que la pandemia les había mostrado todo un mundo de posibilidades tecnológicas: “Ofrecimos la instalación de circuitos en centros sanitarios, residencias, colegios mayores… Allí donde se estaban preparando habitaciones para acoger a enfermos por Covid-19, instalamos soluciones”, detalla Lucía. También “cámaras termográficas en centros comerciales y hospitales, televisiones en habitaciones…”, completa Jesús.
Esa necesidad de las empresas viró, sin que casi se dieran cuenta, hacia otra necesidad: “Las compañías necesitaban comunicarse a toda costa, pero de forma más profesional. Ya no se trata de poner ‘zoom’ y hacer una videollamada. Querían hacerlo bien”, relata Jesús. Todas querían salvar sus negocios en un momento en que no se podía viajar, organizar eventos ni reuniones… “Nos encontramos con que muchas de las empresas a nuestro alrededor, tanto clientes como proveedores, estaban encerradas, con miedo, con resignación y sin ilusión”, evocan.
Sin embargo, una sencilla instalación compuesta por una pantalla, micro, cámara, iluminación, realización y un software ha cambiado la perspectiva de estas compañías en gran medida. De hecho, padre e hija remarcan que las firmas navarras se están destacando, frente a las del resto de España, precisamente por su facilidad para seguir abiertas al mundo.
“Las compañías necesitaban comunicarse a toda costa, pero de forma más profesional. Ya no se trata de poner ‘zoom’ y hacer una videollamada. Querían hacerlo bien”.
La Universidad de Navarra, la UPNA, los dos centros comerciales de Pamplona, Nordex Energy Group (Acciona), Siemens Gamesa, Volkswagen Navarra, Viscofan… Empresas de todos los tamaños están confiando en estas soluciones de Ostiz, sobre todo “en Navarra, aunque también fuera”.
“Ha habido un antes y un después, desde luego”, reflexiona Jesús. “Y es algo muy efectivo y una forma de trabajar que ha venido para quedarse”, puntualiza Lucía, quien se muestra convencida de que en estos meses hemos aprendido a “mirar a nuestras casas de otra forma, a valorarlas y apreciarlas más”, igual que sucede con nuestras oficinas: “Las necesitamos más completas y nos tienen que permitir encontrarnos remotamente con nuestros clientes y hacer conferencias desde ellas”. Una visión que, además, permite ahorrar tiempos y costes. “Todos veníamos oyendo hablar del teletrabajo. Pero hace unos meses, en Navarra no se podía organizar un congreso para 4.000 personas y ahora sí, y desde la propia sede”, aseguran al unísono.
“Hace unos meses, en Navarra no se podía hacer un congreso para 4.000 personas y ahora sí, y desde la propia sede”.
“Este sistema permite aumentar tu audiencia exponencialmente”, incide Lucía Ostiz. “Antes, para reunir a 200 personas físicamente necesitabas mucha infraestructura, pero ahora lo puedes hacer desde tu sede y congregar a miles si es preciso u optar por una opción híbrida que permita reunir un número de personas y darle a ese evento mucha visibilidad a través de la red”. Sin duda, ha sido un descubrimiento y es lo que rescatan de toda esta situación vivida: “Ves en redes cómo un ‘influencer’, desde su casa, llega a 45.000 personas. Pues ahora hemos descubierto que las empresas también pueden llegar muy lejos y con calidad”, resalta Jesús, quien es consciente de haber dado con la tecla para poner a disposición empresarial una herramienta de difusión muy importante. Por eso, en este momento tienen una larga lista de clientes esperando para que les instalen esta solución. “Solo podemos decir que estamos muy contentos de habernos reconvertido y poder seguir trabajando, de estar ayudando a tantas empresas. Te llena de orgullo y te empodera”, insiste Lucía.
LOS SANFERMINES
Cada año, veinte días antes de San Fermín, las instalaciones de Ostiz Audiovisuales bullían y no paraban de hacerlo hasta el 15 de julio: instalación de altavoces en la vía pública; de pantallas para emitir el chupinazo en distintos puntos del centro de Pamplona, así como en la plaza de toros cada mañana para el encierro (y que cada día desmontaban después para la corrida vespertina)… “Los Sanfermines para nosotros son fechas muy intensas, antes y durante”, sostiene Jesús.
“Profesionalmente, hemos dado una vuelta de forma natural al negocio, así que no echamos de menos los Sanfermines“.
Este año, nada de eso va a ocurrir. Pero ninguno de los dos se lamenta: “Ya lo íbamos viendo, como cuando el 14 de marzo nos confinaron y, durante los días anteriores, se fueron sucediendo las cancelaciones de eventos”. Aun así, Jesús, que ha vivido unas cuantas crisis, confiaba en que en unos días todo volviera a la normalidad. Pero no fue así…
Afortunadamente, esta empresa familiar, además de estar especializada en la organización de eventos, también trabajaba en el sector de la instalación y la integración, una línea por la que quizás no eran tan conocidos y en la que, de la noche a la mañana, se han convertido en pioneros. De hecho, fuera de micro confiesan que varias empresas españolas les han dicho que en ninguna otra comunidad las firmas están destacando tanto como en Navarra por sus sistemas de comunicación.
De modo que será un año diferente, sin Sanfermines. Pero los doce trabajadores de la compañía no los van a echar en falta porque seguirán trabajando. “Profesionalmente, hemos dado una vuelta de forma natural al negocio, así que no echamos de menos la festividad. Y aunque es muy triste la situación, estamos contentos de la confianza de nuestros clientes y de todos los nuevos que nos están llamando”, rematan padre e hija.
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