En la tribuna pasada planteaba que, en la actualidad, no es posible ser competitivos si no somos sostenibles. Y esto se debe a que las dimensiones económicas, sociales y medioambientales afectan la manera de hacer negocios. Y, dando un paso más allá, los inversores reconocen cada vez más la sostenibilidad como una prioridad estratégica que implica riesgos y oportunidades para las empresas.
Son varios los informes que afirman que la sostenibilidad es mucho más que gestionar los riesgos y la comunicación con las partes interesadas, establecer objetivos, cumplir con la normativa y presentar informes. La sostenibilidad va de cambiar la mirada porque es una invitación a transformarnos a nosotros mismos. En pocas palabras, va de ser y hacer. Por eso, me gustaría compartir algunas ideas que nos puedan ayudar a integrar la sostenibilidad en las empresas de manera exitosa.
Para hacer de la sostenibilidad un asunto que involucre a toda la organización y se convierta en pilar estratégico, se podría comenzar con una reflexión sobre la capacidad de liderazgo de nuestros directivos. Sí, necesitamos un liderazgo capaz de acompañar el proceso de transformación que implica integrar la sostenibilidad en nuestras empresas.
Sumado a lo anterior, si queremos gestionar correctamente la sostenibilidad, necesitamos que esta sea un componente central de nuestra estrategia corporativa, no una iniciativa aislada más, porque esto ya no es suficiente para que una empresa sea sostenible.
Esto enlaza con una tercera idea. Una vez tenemos una estrategia corporativa clara, es preciso determinar y priorizar qué aspectos de la sostenibilidad se van abordar y cuáles no. Por eso, es imperativo analizar aquellos aspectos materiales de la sostenibilidad que son prioritarios para nuestra empresa, ya sea por la importancia que tienen para nuestro negocio o porque son áreas en las que nuestra compañía marca la diferencia.
“Es importante que el equipo encargado de dinamizar este proceso de cambio cuente con autonomía suficiente para tomar decisiones y ejecutar el cambio”.
Después de definir los aspectos materiales, podemos preguntarnos si nuestra estructura organizacional está diseñada para tratar la sostenibilidad como una cuestión empresarial estratégica. Y es que, para integrar de verdad a la sostenibilidad, debemos asignar recursos: capital, financiación para I+D o personal, entre otros.
A esto hay que añadir la importancia de que las personas o el equipo encargado de dinamizar este proceso de cambio cuente con autonomía suficiente para tomar decisiones y ejecutar el cambio. Así debe ser, sobre todo, en aquellos temas prioritarios de la sostenibilidad que afectan a múltiples áreas o funciones de la organización o bien en aquellos aspectos que tienen un impacto relevante en la compañía en general.
Por último, progresivamente y respetando siempre los propios tiempos de cada organización, se pueden incorporar prácticas empresariales más sostenibles a través de una transformación completa. Esto requerirá de distintas acciones que motiven, empoderen y acompañen a todos los miembros de la organización para que actúen sobre estos temas.
María Eugenia Clouet
Consultora especialista en transformación organizacional, sostenibilidad e innovación social – Facultad de Económicas Universidad de Navarra