Recordaba en mi última tribuna que estoy trabajando en una investigación académica sobre innovación social en el sector de la producción de contenidos audiovisuales, uno de los sectores por el que se está apostando aquí en Navarra. El pasado día 22 de abril, celebramos el Día de la Tierra y estuve pensando hasta qué punto la “conversión” medioambiental de un sector pasa, en realidad, por el cambio que debe realizar cada una de las personas que lo componen. Y cuando hablo de conversión no me refiero a palabras ni a relatos, sino a estilos de vida.
En 2015, el Papa Francisco decía en su encíclica Laudato si, refiriéndose a la cuestión medioambiental, que “el problema es que no disponemos todavía de la cultura necesaria para enfrentar esta crisis y hace falta construir liderazgos que marquen caminos, buscando atender las necesidades de las generaciones actuales incluyendo a todos, sin perjudicar a las generaciones futuras”.
Han pasado siete años desde que se publicaran estas palabras y me pregunto cómo puede contribuir el sector audiovisual en Navarra a liderar este asunto. Desde luego que por su actividad puede trasladar mensajes muy importantes a la sociedad, y de hecho ya lo hace cada vez que se relatan historias sobre el medio ambiente, el respeto y el cuidado de la madre tierra. Historias con las que muchos jóvenes aprenden a vivir y muchos mayores se transforman y reflexionan. Historias que permiten pensar en el ecosistema y también en el impacto social de cada una de las acciones que se realizan.
Pero aunque es muy importante el mensaje que se lanza a la sociedad, no es menos cierto que la coherencia como sector es necesaria. ¿Cómo trabajar en los rodajes? ¿Cómo velar por que estos sean respetuosos con el medio ambiente? ¿Cómo equilibrar la balanza de los productores (al igual que sucede en otros sectores), con el respeto al medio ambiente por un lado y la optimización de costes por otro?
“Pronto saldrán sellos de calidad, tal y como está sucediendo en otros países y en otros sectores”.
Hace seis meses, la Academia de Cine sacó una Guía de Buenas Prácticas del Sello Verde, un manual adaptado a la producción cinematográfica española con recomendaciones sobre cómo afrontar el reto de la sostenibilidad en los rodajes. Con estas ideas se puede reducir el impacto ambiental y social. Hay que tener en cuenta muchas cosas a la hora de pensar en esto, ya que el objetivo no puede ser ahora mismo consumo 0, sino intentar aportar algo. De ahí que también se piense en las acciones de compensación con el fin de dejar las cosas mejor de como las hemos encontrado. Entre los temas que hay que considerar están los alojamientos, la movilidad (tipo de transporte que se usa), la energía empleada, el uso de los materiales y su reutilización, la gestión de residuos, los catering y el consumo de agua.
Pronto saldrán sellos de calidad, tal y como está sucediendo en otros países y en otros sectores. Pero pienso que el verdadero reto, más allá de los que tiene este sector en Navarra, está en ser capaces de crear y desarrollar una industria fuerte en el contexto de un mundo, el nuestro, que reclama sostenibilidad. Se trata, por tanto, de un reto y de una oportunidad. ¡Aprovechémosla!
Isabel Olloqui
Directora del Gabinete de la rectora en la Universidad de Navarra y directora de Desarrollo en la Facultad de Comunicación
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