Salud ha comenzado las obras para la reposición de las casi 1.500 cúpulas que conforman la característica cubierta de la planta baja de la antigua Clínica Ubarmin, integrada actualmente en la estructura del Hospital Universitario de Navarra. El objetivo de esta actuación, según informó el Gobierno foral, “es la mejora de la eficiencia energética del edificio, así como de su confort interior, tanto térmico como lumínico, mediante la subsanación de las deficiencias de la actual cubierta y respetando en la medida de lo posible el carácter y el valor arquitectónico de la construcción”.
Las obras, “de una complejidad técnica destacable”, se desarrollarán en diferentes fases hasta su finalización, prevista en el mes de septiembre. Con el fin de minimizar la afectación provocada por cada fase de los trabajos, “se han habilitado locales en la cuarta planta del edificio para acoger en cada momento a los servicios cuya actividad deba verse alterada”.
Los trabajos de renovación cuentan con una financiación parcial de fondos de la Unión Europea, a través del Objetivo Específico ‘REACT-UE 4. Apoyo a inversiones que contribuyan a la transición hacia una economía verde’, del Programa Operativo FEDER 2014-2020 de Navarra. En concreto, la subvención europea alcanza los 2.842.350 euros, del presupuesto total de 4.419.060,78 euros (IVA incluido), mientras que el resto de la inversión se asumirá con cargo a los Presupuestos Generales del Gobierno de Navarra. El proyecto fue diseñado por el estudio de arquitectura Araiz Huarte Asociados y la ejecución de las obras corre a cargo de la empresa Jacar Montajes.
Uno de los problemas que presenta la cubierta actual son “las filtraciones que provienen de cúpulas y bases rotas, sumideros desconectados, juntas despegadas de las láminas de PVC, deformaciones o fisuras debidas a tensiones por dilatación de los materiales, el excesivo soleamiento en el interior y la gran pérdida energética debido a la falta de aislamiento en la cubierta y a la vejez de las cúpulas”.
La cubierta de la Clínica Ubarmin está compuesta por 1.452 cúpulas de lucernario, un tercio de las cuales (472) aporta luz. Desde su inauguración, “el edificio contaba con lucernarios condenados, seguramente debido a la incompatibilidad de estos con las actividades que se realizaban bajo ellos, ya que son una importante fuente de entrada de calor y de deslumbramiento”.
La actuación plantea, por un lado, “sustituir las cúpulas de los lucernarios que vayan a quedar abiertos por nuevas cúpulas de policarbonato bivalvas, con mejores prestaciones térmicas y de protección frente al fuego”. Las bases de poliéster “se mantendrán, salvo necesidad de sustitución porque se detecte que se encuentran en mal estado”.
Por otro lado, se sustituirán los lucernarios cerrados (con base de poliéster y cúpula) por una cubierta tipo ‘deck tradicional’, compuesta por una chapa perfilada, dos capas de aislamiento térmico, una de ellas con formación de pendientes y una lámina de PVC. Sobre la cubierta se fijará una subestructura metálica para, sobre esta, colocar otras cúpulas nuevas y conseguir simular así los lucernarios originales y mantener el carácter arquitectónico del edificio.
Asimismo, se colocará una capa de formación de pendientes mediante la última capa de aislamiento térmico (panel rígido de lana de roca de alta densidad mecanizado) de espesor variable y se sustituirá la lámina impermeabilizante por una nueva lámina de PVC.
UN DISEÑO “MODERNO Y SINGULAR”
El edificio de la Clínica Ubarmin fue construido durante los años 1968-1974. Diseñado por el arquitecto navarro Fernando Redón Huici, es una de las piezas “más singulares” de la arquitectura navarra del siglo XX. “Por su singularidad y valor arquitectónico, fue incorporado en otoño de 2019 al catálogo de la organización Docomomo, encargada de destacar a nivel internacional la arquitectura perteneciente al Movimiento Moderno”.
Igualmente, la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana lo ha incluido en su inventario. “A pesar de que ello no da al edificio una protección legal, sí resalta la preocupación por destacar y proteger en cierto modo su arquitectura”.
Desde su concepción, el destino de la clínica era ser un centro traumatológico y asistencial. Esto se traduce en la separación en dos volúmenes diferenciados volumétrica y conceptualmente: la torre y el cuerpo bajo (objeto de esta actuación). Este contrapunto es llevado hasta el extremo por Redón, otorgando al edificio-torre un carácter cerrado y pesado, como si fuera una fortaleza (tan utilizado anteriormente en su arquitectura); y al cuerpo bajo le da un aire liviano, traslúcido, con el “mar” de cúpulas que recubre toda su cubierta.
A su vez, en el último trimestre del año, Salud tiene previsto realizar las obras de reforma de la Carretera Clínica desde el cruce del paseo de la Fuente hasta la propia clínica, estableciendo un paso peatonal que unirá la localidad del Elcano con el centro. Actualmente, el acceso presenta una capa de rodadura degradada, con fisuras y carece de aceras.
Los trabajos de reforma del vial se harán con cargo a los Presupuestos Generales del Gobierno de Navarra. El proyecto ha sido realizado por el estudio de arquitectura OFS Architects por un importe de 558.903,01 euros (IVA incluido). También se va a realizar una ampliación del parking existente de la clínica hacia la zona suroeste con 65 plazas nuevas. Esta obra nace de la necesidad actual de un aumento de plazas para estacionamiento de los usuarios. El proyecto lo está realizando Aierdi Ingenieros.
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