sábado, 27 abril 2024

Javier Fernández de Manzanos, de la revolución eólica a la del hidrógeno

Este ingeniero navarro de 50 años es el 'Chief Technology Officer' de Nordex Electrolyzers, la empresa de reciente creación que desarrollará electrolizadores en Navarra con el fin de exportarlos al mundo. El reto es mayúsculo, pero cuenta con la ventaja de haber vivido en su día la transformación propiciada por la energía eólica. Por eso, Fernández de Manzanos se muestra entusiasmado ante este desafío, al que augura un gran recorrido. De hecho, es un firme defensor del hidrógeno verde.


Barasoain - 17 junio, 2023 - 00:02

Fernández de Manzanos se muestra entusiasmado ante el desafío que le ha tocado liderar. (Fotos: Maite H. Mateo)

El equipo que abandera, formado por quince ingenieros y un financiero, ya está probando un primer prototipo de electrolizador, cuya potencia es de 50 kW. Montado en la planta que Nordex Group tiene en Barasoain, su testeo se está realizando en Puertollano (Ciudad Real). “Está produciendo desde enero en una nave que tenemos como laboratorio de materiales y banco de ensayos. Y estamos contentos con los resultados”, detalla nuestro protagonista. El segundo modelo será de 500 kW, mientras que el tercero, probablemente, alcanzará los 2,5 MW. Si se cumplen las previsiones, este último será el que salga al mercado en 2026.

Como ya sucedió con la industria eólica, Navarra aspira a liderar la revolución del hidrógeno. Y, para lograrlo, el proyecto estrella de la región es Nordex Electrolyzers, la compañía participada por el gigante alemán y Sodena y cuya gestación adelantó Navarra Capital. Una firma que busca desarrollar un modelo propio de electrolizadores en la Comunidad foral, utilizable en el ámbito industrial y que sea exportable al mundo.

«El cambio me motiva porque es un tema totalmente nuevo. Llevaba veintiún años en las turbinas, aunque ha sido una experiencia emocionante porque ese mundo ha evolucionado mucho»

Nuestro entrevistado, Javier Fernández de Manzanos, ya participó en el despegue de las renovables. Lo hizo inicialmente en Energía Hidroeléctrica de Navarra (EHN). Por eso, en parte, lo propusieron para ser el director de Ingeniería o Chief Technology Officer (CTO) en Nordex Eletrolyzers.

Un cambio que le ha llevado a dejar los despachos y volver al terreno, a sentir la adrenalina de formar parte de un nuevo cambio, a reencontrarse con los viejos colegas de la planta de Barasoain. A sus 50 años, Fernández de Manzanos, casado y padre de un chico de 17 años y una adolescente de 13, se enfrenta a un desafío mayúsculo. “Me motiva porque es un tema totalmente nuevo. Llevaba veintiún años en el campo de las turbinas, aunque ha sido una experiencia emocionante porque ese mundo ha ido cambiando mucho y pasé de estar en un equipo de seis personas, de los que cada uno éramos especialistas en una materia, a uno de 200”, asiente entusiasmado.

La ilusión que derrocha se evidencia en una sonrisa redonda y permanente, que no borra en toda la conversación. Ni siquiera cuando habla sobre los desplazamientos diarios que debe hacer ahora a la localidad navarra, enclavada a unos veinticinco kilómetros de Pamplona. “No me da pereza. Aunque soy un poco despistado, de modo que si me dejo algo en casa y tengo que volver, me toca recorrer un trecho bastante mayor…”, comenta entre risas.

Pero, ¿qué pasos ha dado Fernández de Manzanos a lo largo de su vida hasta llegar a esta gran oportunidad? Cuenta con orgullo que es “muy de aquí”, que creció hasta los diez años en San Adrián, donde su padre trabajaba como veterinario. Después, la familia se mudó a Pamplona, donde estudió en las antiguas Francesas (hoy San Cernin) hasta que decidió cursar Ingeniería Industrial, rama de Mecánica, en la Universidad Pública de Navarra (UPNA).

«Volver a centrarme en Navarra era fundamental para mí. En parte, me han ofrecido este puesto porque la idea es que siga el mismo proceso que en su día hicimos con las turbinas eólicas»

Tanto el proyecto de fin de carrera como sus primeros pasos profesionales fueron en la antigua Luzuriaga, donde llegó a trabajar tres años en el Departamento de Calidad y uno como responsable en la sección de Acabados. Pero, cuando cumplió los 28, recibió una llamada que daría un giro a su carrera.

Miguel Núñez, el ingeniero que había ejercido de tutor con él en Luzuriaga, pasó a dirigir el “pequeño equipo” de EHN que diseñaba turbinas eólicas y le ofreció unirse “a la aventura”. “Las renovables y la eólica me atraían mucho. En 1998, EHN montaba los parques y vendía la electricidad, pero Gamesa le suministraba las turbinas. Luego Gamesa empezó también a buscar promociones de parques y comenzó a competir con EHN. Y a raíz de aquello, EHN montó un pequeño grupo de ingeniería en 2000, en el que estuve yo, y varios prototipos de turbinas. Así decidió dar el salto a la industrialización con Ingetur. Éramos solo cinco cuando entré en 2000, después diez, más tarde quince…”, relata para saltar acto seguido a cómo las góndolas de aerogeneradores que fabrica Nordex Group en Barasoain pesan unas 200 toneladas.

Una breve pausa para dar algunas pinceladas de contexto. Entre 2003 y 2004, Acciona compró el 100 % de la empresa navarra e Ingetur: “Cuando Acciona adquirió EHN, la llamó Acciona Energía, mientras que Ingetur fue bautizada como Acciona Windpower”. Esta última fue adquirida en 2015 por Nordex Group. La operación ascendió a 785 millones de euros, aunque Acciona se hizo con un porcentaje adicional del 13,3 % en la firma alemana previo pago de 335 millones. Fernández de Manzanos vivió toda esa evolución.

CRECIMIENTO PROFESIONAL

Desde 2000 hasta finales de 2019, formó parte del área de Ingeniería de Turbinas. Allí ocupó distintos cargos como los de responsable de Proyectos; de Diseño; y de Soporte de Industrialización, donde gestionaba las dos áreas anteriores más la de Procesos… Llegó a tener más de cien personas a su cargo. Su último puesto fue el de vicepresident of Service International Division, que desempeñaba desde las oficinas de Acciona Energía en Sarriguren.

El CTO de Nordex Electrolyzers está casado y es padre de un chico de 17 años y una adolescente de 13.

El CTO de Nordex Electrolyzers está casado y es padre de un chico de 17 años y una adolescente de 13.

“Me tocó viajar mucho porque tenemos plantas como esta en España, en Estados Unidos, Brasil, India, China… Pero volver a centrarme en Navarra era fundamental para mí. Me han salido oportunidades para irme un par de años fuera, pero no es lo mío. En parte, me han ofrecido este puesto porque la idea es que siga el mismo proceso que en su día hicimos con las turbinas”, constata mientras la fotógrafa le insta a colocarse junto a una maqueta de un aerogenerador, a lo que accede de buen grado. “Para estas cosas soy un mandado”, vuelve a reírse mientras se acomoda.

LA ‘MASTERCLASS’

En 2025, el equipo de ingenieros de Nordex Electrolyzers pasará a estar compuesto por 35 personas. Y la compañía prevé sumar unos 150 trabajadores en total cuando se inicie la comercialización un año más tarde. La inversión inicial del proyecto asciende a 30 millones, aunque la acumulada llegará a 70 millones.

“El Departamento de Estrategia vio que había potencial para generar hidrógeno verde en lugares remotos, con alto factor de capacidad para la energía renovable. Por ejemplo, en Tierra del Fuego (sur de Chile), hay muchísimo viento, pero no existen puntos de consumo cercanos. La idea es montar parques eólicos en lugares de ese tipo; producir allí hidrógeno verde con la energía del propio parque y la electrólisis, llevada a cabo gracias a los equipos fabricados en Navarra (aún no ha trascendido dónde se fabricarán); transformar el hidrógeno verde en una molécula líquida tipo metanol o amoniaco, ya que no es fácil de transportar; e introducirlo en barcos para, una vez llegado a Europa, disociarlo de nuevo”, comienza a desglosar.

«Queremos hacer un hidrógeno verde competitivo frente al gris y el azul»

Lo cierto es que se le ve disfrutar como un chaval cuando explica el proceso de producción de este vector energético. Así que le dejo explayarse para que me ilustre: “El electrolizador, a través de una reacción producida con consumo de electricidad renovable, disocia la molécula de agua en la electrólisis, que separa el hidrógeno y el oxígeno. Puedes hacer la electrólisis con la electricidad de un grupo electrógeno que usa gasoil, por ejemplo. Pero entonces no sería hidrógeno verde. El verde necesita que la energía empleada para disociar la molécula de agua sea renovable”.

Aunque niega ser un divulgador elocuente, atrapa con su cercanía a los profanos que, como yo, siempre hemos tenido la mollera un poco dura para entender los entresijos de la energía. Es más, ha logrado despertar mi curiosidad. “Suelo dejar las presentaciones a otros. Así como en algunos temas creo que soy un poco espabilado, no inteligente, en esa faceta siempre me hago de menos. Pero el trato con la gente me gusta”, se resta importancia.

El electrolizador tiene dos partes: el stack, donde se materializa la electrólisis del agua y que teóricamente se fabricará de forma automatizada, y el BOP (Balance of Plant), una serie de sistemas periféricos que controlan la disociación (entre ellos, por ejemplo, el de refrigeración). “Y si usas agua normal con minerales, se va contaminando el electrodo y baja el rendimiento. Necesitas agua desionizada, con una calidad y pureza concretas… De modo que hay un sistema periférico de donde coges el agua. Todo eso está, a pequeña escala, en el electrolizador. Creo del BOP también podremos hacer cosas”, augura.

Poco a poco, la entrevista se convierte en una gráfica disertación, que escucho casi sin pestañear. “Lo que más influye en el coste del hidrógeno es la electricidad empleada. La solar y la eólica son las energías más competitivas ahora mismo. De modo que si voy a sitios donde la capacidad de generación es mayor, estoy reduciendo más el coste. Ojo, que el coste de la electricidad supone el 50 % del coste de producción del hidrógeno. Queremos hacer un hidrógeno verde competitivo frente al gris y el azul”, prosigue el ingeniero navarro.

Además, nadie en España tiene ahora mismo un diseño propio de electrolizadores “a escala industrial”, con la potencia final prevista por Nordex Group. Por eso, nuestro entrevistado se muestra convencido de que el proyecto también generará oportunidades de negocio a otras empresas navarras.

«Interesa que la cadena de suministro sea lo más corta posible, sobre todo en el arranque. Hay proveedores que serían los mismos, pero seguro que entrarán más porque se requieren productos nuevos»

“Obviamente, interesa que la cadena de suministro sea lo más corta posible, sobre todo en el arranque. En parte, el éxito de la eólica en la Comunidad foral se debió a eso. Claro está, deberán salir adelante los proyectos y deberá existir una demanda, pero estamos seguros de que la habrá. Hay proveedores que serían los mismos que ahora, pero seguro que entrarán muchos otros, sobre todo para la parte química, ya que se requieren productos nuevos (mallas de níquel, catalizadores, etc). Tenemos tres años para los prototipos, llegar a un producto competitivo y encajarlo con los grandes proyectos que hay en Tierra del Fuego, Patagonia, el centro de Estados Unidos, Brasil, África…”.

El Perdón, por poner un ejemplo, es uno de los “mejores puntos de Europa en generación de viento”, con 2.800 o 3.000 horas equivalentes de producción al año. Pero en estos emplazamientos, el representante de Nordex Electrolyzers habla de “unas 7.000…”. “Cada vez que tomo un café con el equipo, aprendo muchas cosas. Eso para mí es la leche”, agrega.

Fuera del trabajo, se declara amante del esquí y de la bicicleta de carretera.

Fuera del trabajo, el ingeniero navarro se declara amante del esquí y de la bicicleta de carretera.

Eso sí, Fernández de Manzanos es muy consciente de la responsabilidad que ha asumido. Quizás por eso tenga muy claro también dónde poner el foco: “Cuanto mejor es la gente con la que trabajas, mejor vas a parecer. Yo no tengo que ser el experto que diga cómo debe hacerse tal o cual cosa, sino contar con el equipo que más sepa y mejor lo haga”.

ELECTRIFICACIÓN

Su discurso y sus formas me resultan muy auténticos y, más importante todavía, muy sinceros. De hecho, asume las limitaciones que, al menos en estos momentos, está demostrando este nuevo vector energético.

«Tenemos tres años para los prototipos, llegar a un producto competitivo y encajarlo con los grandes proyectos en Tierra del Fuego, Patagonia, el centro de EEUU, Brasil, África…»

“Soy partidario de electrificar todo lo que se pueda. Porque, al final, la electrificación directa genera un rendimiento muy superior a cualquier transformación. Pero, aunque hay coches que ya emplean el hidrógeno, no creo que vaya a entrar con fuerza en el transporte porque va a 600 bares en un tanque que debe aguantar hasta balas. En los trenes y el transporte pesado, tampoco lo veo. ¿Y en barcos y aviones? Ahí no puedes electrificar. Ahora hay estudios de barcos con motores que funcionan con amoniaco. El problema del hidrógeno es que se trata del elemento más abundante, pero no se encuentra en estado puro”, valora.

En este punto, hace hincapié en que, actualmente, el 95 % del hidrógeno producido en el mundo es gracias al craqueo del gas natural. “Ese hidrógeno se usa en muchos sitios, pero es gris, no verde. Si tienes una captura del CO2 que emites, es azul. Y el azul resulta muy caro”, matiza.

FUERA DEL TRABAJO

Fin de la ponencia. ¿Y hay algo fuera del trabajo que le entusiasme tanto como el hidrógeno? De lunes a viernes no cultiva “grandes aficiones”, pero el fin de semana se da al deporte. En invierno, esquía en familia. “Soy de los tradicionales de Candanchú. A mi mujer no le gusta el esquí, pero a mis hijos sí. Así que voy con ellos”, atestigua.

En verano, cambia los esquís por la bicicleta de carretera: “No le doy muy a tope, pero me gusta salir, respirar libre, pararme a tomar un café en un pueblo… Hago etapas de hasta 80 kilómetros más o menos, a veces con un grupo de amigos. Empecé con la de monte, pero en muchas ocasiones voy solo y me da más respeto por si me pasa algo y no hay nadie para ayudarme. En la carretera, alguien me verá…”.

Mi intento ha sido en vano. Habla con mucha más pasión de los electrolizadores que de las dos ruedas… “Los electrolizadores cansan menos que la bici”, sentencia para provocarme una última carcajada.


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