A pesar de llevar un apellido tan navarro como Goñi, nació en Algorta (Vizcaya) en 1970. “Es que mis abuelos paternos eran navarros. Se fueron a vivir a Algorta justo antes de la Guerra Civil”, relata. Allí transcurrió la primera etapa de su vida, hasta el punto de que sus compañeros de la universidad se sorprendían de lo poco que conocía de Bilbao. “‘¡En Algorta tengo todo lo que necesito!’, les solía decir. De Bilbao sabía dónde estaban el pabellón de La Casilla, San Mamés y El Corte Inglés”, atestigua antes de lanzar una sonora carcajada.
Juanan Goñi estudió Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad del País Vasco, en el campus de Sarriko: “Me pareció que podía ser lo más útil. No me van las letras porque uso más el lado izquierdo del cerebro que el derecho y no me motivaban las ingenierías. Pensé que estudiar esa carrera podía tener aplicación casi en cualquier ámbito”. Después hizo un máster en Auditoría Fiscal. “Mientras estaba en la universidad, jugaba al basket y, durante los meses de la renta, hacía declaraciones en una entidad bancaria. Me gustaba y como en aquella época, alrededor de 1995, encontrar trabajo era muy complicado, pensé que podía ayudarme a encontrar empleo”.
De hecho, y gracias a un contacto, fue contratado por KPMG. “Fue una experiencia… maravillosa”, recuerda muy sonriente. “Lo que aprendes en una de las ‘big four’ te lo llevas para toda la vida porque, además de que aplican unas pautas de trabajo y unas rutinas muy buenas, ves cómo hace las cosas gente que es de lo mejor en su profesión”, rememora.
Estuvo en la empresa entre 1998 y 2001, cuando pasó a Dominion, firma tecnológica especializada en procesos de transformación digital y liderada por los propietarios de Gestamp. El proyecto, que se había puesto en marcha en Bilbao apenas un par de años antes, creció hasta el punto de transformar una compañía local en una multinacional: “Cuando me marché, estábamos en 35 países”.
“Jugué al basket en equipos federados hasta los 45 años. No lo dejé, el baloncesto me dejó a mí”.
Allí, en 2008, llegó a la Dirección General de “todo lo que no era negocio, recursos humanos, financiero, legal, sistemas…”. Y, a partir de 2010, con la salida a Bolsa, fue director general de la División Digital. Otro buen lugar para el aprendizaje, ¿no? “Vamos, el 95 % de lo que sé profesionalmente se lo debo a Dominion, y en el plano humano también. Sufrimos una gran crisis en 2008 que casi nos mata, pero sobrevivimos. De ahí sacas un montón de experiencias. Había días que pensaba que no iba a tener fuerzas para poder enfrentarme a un problema, pero me levantaba y descubría que sí las tenía. Con aquella crisis, supe que uno puede resolver prácticamente todo“. Por eso, una vez superado el bache y cuando llegaba alguien nuevo a la compañía, Goñi le saludaba con un irónico “tienes la desgracia de no haber sufrido una crisis como la que hemos pasado”.
UN PUESTO A SU MEDIDA
Su siguiente movimiento profesional le llevó, en 2020, a la fundación de la operadora de telefonía móvil Guuk, de la que Dominion posee el 25 % del capital, mientras que la guipuzcoana Masmovil cuenta con el 60 %, Elkargi con el 5 % y Caja Rural de Navarra con el 10 %. Masmovil tenía el problema de que su ratio de clientes en Euskadi y Navarra era inferior al del resto del país, y algo parecido le ocurría a Dominion, una de sus proveedoras.
Por eso, la operadora decidió aliarse con la empresa tecnológica, con la que ya había colaborado, para crear una marca independiente, cuyo consejo también es independiente. La idea era que la gestionase alguien que hubiera lanzado negocios en el territorio y lo conociera muy bien. “Pensaron en mí y les dije a la primera que de acuerdo. Sobre todo porque es un proyecto que, conociendo a las personas que están detrás, sí o sí apetece hacer”.
Desde luego parece un encargo hecho a su medida. Esa es la conclusión que obtenemos al leer su perfil de LinkedIn: “Mi trayectoria profesional está marcada por la participación en proyectos que, intentando crecer y convertirse en globales, han generado riqueza para el territorio. Algunos han salido bien, otros regular y otros un poco peor”. Porque, detrás de esas palabras, interpretamos que él no es de los que se rinden tras un fracaso: “Mi mujer me dice que tengo muy marcado ese perfil navarro, que soy, lo voy a poner en positivo, tenaz. ¡Jajaja! Y, además, tengo un optimismo natural, es muy difícil desanimarme. Siempre veo el lado positivo de las cosas”.
También señala en LinkedIn que, en todos esos proyectos, ha creado equipos con las personas adecuadas. “Eso es algo muy importante que te llevas de la experiencia deportiva. En un equipo de baloncesto son diez o doce personas. Todas quieren jugar, pero el éxito y la clave están en anteponer el bien del grupo a los intereses personales. Ese aprendizaje llevado al mundo de la empresa te enseña que buena parte de tus logros, que nunca son individuales, se deben a que te has rodeado de gente que es mucho mejor que tú. Mi papel es ayudar a cada persona a desarrollar todo lo que puede hacer. He aprendido a convivir con ello”, añade en la entrevista.
“Mis principios son sólidos. Hay cosas por las que no estoy dispuesto a pasar y eso me ha penalizado”.
Como sus alusiones al basket son numerosas, nos interesamos por el asunto. Podíamos intuir que lo había practicado porque es alto y de manos grandes. “Jugué más de veinte años en Getxo. Conozco casi toda Euskadi y Navarra por los polideportivos”, asiente riéndose. Le hubiese gustado ser profesional, pero “la realidad me puso en mi sitio”. De todas formas, siguió compitiendo en equipos federados hasta que cumplió 45 años: “Siempre digo que yo no lo dejé, el baloncesto me dejó a mí. Llegó un momento en el que estaba más pendiente de no hacerme daño y pensé ‘se acabó’. Pero me encanta, ahora como espectador, claro”.
Aún tiramos un poco más de LinkedIn, donde indica que cuenta con unos “principios sólidos”. ¿Tanto como para renunciar a un objetivo por no traicionarlos? “Sí, es una actitud de vida. Hay cosas por las que no estoy dispuesto a pasar y eso me ha penalizado. Quizás lo políticamente correcto hubiera sido sacrificar un peón y tu posición hubiera sido mejor, pero entonces no sería yo mismo. Lo importante es no tener que echarte nada en cara cuando te metes cada noche en la cama“.
‘ALGO MÁS QUE NOSOTROS’
Ya lleva más de nueve meses al frente de Guuk. Por cierto, un nombre que deriva de ‘guk’, cuyo significado en euskera es ‘nosotros’ y, al añadirle otra ‘u’, pasa a significar ‘algo más que nosotros’. Le preguntamos por el balance hasta ahora, que viene precedido por la exposición de la política de la compañía: “Nacemos con una propuesta diferente a la de cualquier otra telco, basándonos en una tecnología puntera y unos valores y principios que en este territorio se entienden bien: transparencia, honestidad, claridad, no tenemos letra pequeña ni entramos en la pelea de contraofertas, no exigimos permanencia, te puedes dar de baja cuando quieras, nos comprometemos a no subir las tarifas… Es que pensamos que sobre eso no se construye nada de valor ni de futuro. Ese modelo, que en cierta forma es disruptivo, lo primero queríamos validarlo y, nueve meses más tarde, podemos decir que tiene buena acogida y funciona. ¡Ah! Y hacemos todo con proveedores y partners locales”. En este sentido, animan a las startups navarras a contactar con Guuk para incluir su producto en el portfolio de la operadora: “Será un socio leal y les ayudará en su recorrido”.
“Caja Rural nos ha sorprendido con su involucración y dinamismo. Es un socio superactivo”.
Aún añade que la firma se va a distinguir por la calidad en el servicio. “Auditores independientes han certificado que tenemos la fibra más rápida”. También en su atención al cliente, que no tendrá que ir obedeciendo las órdenes de una máquina cuando quiera relacionarse con Guuk porque será atendido por personas “locales” y cuenta, así mismo, con tiendas como la que acaba de abrir en la calle pamplonesa de García Ximenez para cualquier gestión. “Además, tenemos el apoyo de las casi 160 sucursales de Caja Rural de Navarra, donde se puede pedir información sobre Guuk. Eso nos da una gran capilaridad que para llevar nueve meses en el mercado. Es muy importante”, destaca.
Cuando les expusieron el proyecto, los responsables de la entidad financiera “no solo lo validaron, sino que decidieron participar”, lo que supone “un respaldo fundamental”. “Lo que más nos ha sorprendido es su involucración y dinamismo. Es un socio superactivo. Ha puesto las sucursales a nuestra disposición y cuenta con gente joven con muchas ganas de hacer cosas. Nos está dando un gran apoyo en el lanzamiento de la línea de empresas y en cómo llevar esta tecnología a los clubes que apoyan”, remarca.
En Guuk son conscientes del “hartazgo” de la ciudadanía hacia ciertas prácticas de las empresas del sector. “Esperamos tener muy pocas reclamaciones y romper con esa imagen. Es cierto que en este periodo de lanzamiento hemos cometido errores, así que hemos llamado a los afectados para pedirles perdón y disculparnos. No hay mayor aval a la fe en el servicio que damos que el hecho de no exigir permanencia. Y, por ahora, la gente que viene no se da de baja”. Tampoco sus comerciales van a atosigarnos con insistentes llamadas y triquiñuelas en busca de clientela. “Eso debería estar prohibido”, defiende.
Ya, pero Guuk se lanza a un sector con grandísimos actores y una competencia feroz. Quizás es un poco osado, ¿no? Goñi duda un poco antes de contestar que poner en marcha cualquier actividad “requiere una gran ilusión que muchas veces roza la inconsciencia“: “¡Fíjate que la sacamos en plena pandemia!”. Recalca que el proyecto nace de dos compañías “que hace veinte años no existían y ahora están donde están”. “Por eso, no podemos decir a sus fundadores que no lo vamos a intentar. Es que ni se me pasa por la cabeza”, apostilla.
“Somos conscientes del hartazgo de la gente hacia ciertas prácticas de las telcos. Esperamos romper con esa imagen”.
Masmovil es accionista, proveedor tecnológico y competencia de Guuk, un aparente lío que su CEO no ve como tal. “Teníamos clarísimo desde el primer minuto que íbamos a competir contra todos. Por eso, llevamos al mercado una oferta de valor completamente distinta, que incluye a Masmovil en el grupo de la competencia. La aproximación al mercado y al territorio no tiene nada que ver. Los dos queremos que nos vaya bien, pero en el territorio aspiramos a que nos vaya mejor a nosotros”, concluye riéndose de nuevo.