La asociación que representa Isabel Guembe en Navarra celebró recientemente un encuentro en Pamplona para conmemorar su 50 aniversario. Una cita que tuvo a la fiscalidad del comercio electrónico como protagonista destacada, un fenómeno que crece de manera exponencial, y que, debido a su funcionamiento enteramente digital, se ha convertido en un reto tanto para los sistemas tributarios de las administraciones como para los asesores fiscales.
PREGUNTA (P): Una de sus representantes, Helena Pujalte, destacó en su conferencia de hace unos días en Pamplona que la UE quiere unificar las operaciones de servicios electrónicos en un solo régimen para 2021, ¿qué posibilidades hay de que esto ocurra?
RESPUESTA (R): Se supone que el régimen unificado del que hablaba Helena se produciría dentro de un marco consensuado, al menos entre los países de la UE. Uno de los retos fiscales en este sentido es la unificación de los tipos impositivos de IVA de los diferentes países, pero ninguno de ellos quiere renunciar a su “parcela fiscal”, y a su poder para manejar el IVA según le convenga a su economía. Después de tantos años sin ponernos de acuerdo uno puede confiar en que se cree un régimen único, pero no tener la certeza.
(P): ¿Tan importante es el IVA para el comercio digital dentro de la UE?
(R): Uno de los problemas más importantes, tanto de las operaciones electrónicas como de la venta a distancia dentro de la UE, es la falta de armonización del IVA. Si el IVA fuera igual para todos sería cuestión de que las administraciones se transmitieran la información e hicieran la cuenta de caja entre ellas. Significaría muchísimo, pero es una tarea muy complicada y no sé si la llegaremos a conocer.
El Suministro Inmediato de Información, SII, supone una carga enorme para las empresas, y dudo de que algunas puedan cumplirlo
(P)¿Cuáles son los aspectos esenciales a tener en cuenta al trabajar con la normativa del comercio electrónico?
(R): En las actividades económicas corrientes el cobro de los impuestos por parte de las administraciones está en función de los lugares físicos concretos donde tienen su sede las empresas, y donde se realizan las operaciones. Sin embargo, en el comercio electrónico estas fronteras físicas no están tan claras debido a la dificultad para establecer los domicilios fiscales de las empresas, o el lugar donde se consumen los productos o servicios. Una empresa que opera con servicios electrónicos puede establecer un domicilio ‘virtual’ en Sevilla o en Canarias con tan sólo trasladar su servidor a una de estas regiones.
(P): ¿Te llegan muchas consultas relacionadas con este tipo de comercio?
(R): Personalmente te puedo decir que mi perfil de clientes no opera electrónicamente, pero lo normal es que este tipo de comercio se extienda en el futuro. Es algo inevitable y forma parte de la nueva economía.
(P): El president de AEDAF, José Ignacio Alemany, dijo recientemente en una entrevista a otro medio que en alguno de estos últimos años de crisis ha habido más modificaciones en materia fiscal que días. ¿Es esto cierto?
(R): Sí, estos últimos años han sido una locura. Las normativa vienen y se van a golpe de decreto y de un día para otros aparecen modificaciones por todos los lados; es un no vivir.
(P): ¿Cómo se mantiene al día un asesor fiscal con todos estos cambios en las normativas?
(R): En primer lugar, tenemos que estudiar y reciclarnos constantemente, y en segundo lugar, para atender las consultas de nuestros clientes tenemos que consultar a diario las actualizaciones; asegurar cómo funcionan todas las cosas en cada momento es imposible.
(P) ¿Contáis con algún tipo de apoyo para llevar a cabo esta constante actualización?
(R): Solemos estar avisados en cuanto a los cambios por la propia AEDAF, que desarrolla un esfuerzo muy importante en este sentido, y el Club de Marketing de Navarra. Además, tenemos otro lugares donde acceder a la normativa como el BON, o la propia Hacienda Tributaria de Navarra, que sí que es verdad que hace un esfuerzo por estar actualizada.
“Si el IVA fuera igual para todos sería cuestión de que las administraciones se transmitieran la información e hicieran la cuenta de caja entre ellas”
(P): ¿Qué repercusiones tiene la creciente complejidad de la fiscalidad para el contribuyente y las empresas?
(R): Lo cierto es que la complejidad está trasladando una mayor carga fiscal indirecta al contribuyente y a las empresas, es decir, hay que invertir muchos más medios y esfuerzo para hacer frente a la creciente complejidad del cumplimiento con las obligaciones fiscales.
El SII (Suministro Inmediato de Información) es un ejemplo de esto: las empresas que facturan más de seis millones de euros al año, o las que están inscritas en el registro de facturación mensual (REDEME) van a tener que actualizar la información sobre el IVA cada cuatro días, cuando hasta ahora esto se hacía de manera mensual. El SII supone una carga enorme para las empresas, y dudo de que algunas de las que se encuentran cercanas al umbral de los seis millones puedan cumplir con este sistema con el personal y los recursos de que disponen.
(P): José Ignacio Alemany decía también que “se lo crean o no, animamos a nuestros clientes a cumplir con sus obligaciones fiscales, porque sabemos que dormirán mucho más tranquilos”. Parece una reflexión muy sabia, ¿a ti qué te parece?
(R): Yo te diría que los asesores fiscales realizamos una labor bastante importante en la recaudación de impuestos, y que desarrollamos una tarea importante en la educación y mentalización fiscal, concienciando a nuestros clientes de que tienen que hacer frente a sus obligaciones fiscales. Si nosotros no existiéramos las administraciones recaudarían bastante menos.
Una información (texto y fotos) de Miguel Ciriza© para ‘navarracapital.es‘