La Editorial Verbo Divino (EVD) se identifica con la Biblia desde los inicios de su actividad. «Nuestra misión es el anuncio de la Palabra», señalan sus responsables cuando definen la empresa a Navarra Capital. Siempre con esa premisa, ha creado un extenso fondo editorial que goza de un gran prestigio en el ámbito académico y un notable reconocimiento en el popular, sobre todo en Hispanoamérica, donde la Congregación del Verbo Divino cuenta con una fuerte implantación.
Su primer libro se remonta a 1959. Fue una austera edición de 10.000 ejemplares de Los Santos Evangelios, elaborado por el capuchino Felipe de Fuenterrabía. Casi setenta años después, dispone de un amplio catálogo en diferentes soportes, lo que le ha convertido en una de las editoriales del mundo con una mayor producción de libros de temática bíblica. El segundo texto que salió de su imprenta, El Nuevo Testamento, aún se encuentra a la venta convenientemente actualizado.

Diego Echeverría, trabajando en el diseño y la maquetación de un libro destinado al público infantil.
Su catálogo suma alrededor de 2.000 obras que, al igual que los cientos de títulos publicados en su día y hoy ya descatalogados, se caracterizan «por el rigor de sus contenidos». Sus responsables ponen como ejemplo el hecho de que cuentan con un volumen de 1.552 páginas con un comentario al Libro de Job, que en la Biblia apenas ocupa 40 páginas. Entre sus obras más emblemáticas destaca La Biblia del niño, que ya ha sido publicada en más de 170 idiomas, muchos de ellos minoritarios porque corresponden a regiones donde los Misioneros del Verbo Divino desarrollan su apostolado, o la Biblia Latinoamérica, cuya lectura se ha expandido con gran fuerza tanto en el sur como en el norte del continente.
Los volúmenes que publica EVD se agrupan en diferentes áreas temáticas como catequesis, espiritualidad, estudios bíblicos, exégesis (estudios e interpretaciones de la biblia), pastoral, religión en general o teología. De todos ellos, casi 150 corresponden a distintos tipos de biblias. En este sentido, los Misioneros del Verbo Divino también editan las revistas Reseña Bíblica, la Revista Internacional de Teología Concilium, Eucaristía, Revista Bíblica y Oriente Bíblico. «La especialización es nuestra fortaleza, nos identifica. Somos especialistas en lo religioso y, dentro de lo religioso, estamos especializados en lo bíblico», señala Elías Pérez, miembro del equipo editorial.
EDITORIAL EXPORTADORA
La mayor parte de su producción, entre el 90 y el 95 %, se destina a la exportación, especialmente a América. México es el país donde más libros comercializa la editorial, seguido por Estados Unidos (la creciente secularización experimentada en España limita las ventas en el país). En cualquier caso, se trata de una de las editoriales españolas que más exporta. De hecho, en sus instalaciones cuenta con un gran almacén donde se preparan los libros que van a ser enviados al extranjero, como una gran partida que ya está lista para su traslado a La Habana.

La mayor parte de los libros producidos por EVD, entre el 90 y el 95 %, se destinan a la exportación.
La EVD da trabajo a más de veinte personas que, además de la maquetación, diseño y edición tradicional de sus libros en papel, también se valen de las nuevas tecnologías. Por eso, muchas de sus obras se encuentran disponibles en formato de libro electrónico.
Pérez indica que cerca de mil títulos, lo que supone casi la mitad de su catálogo, ya han sido digitalizados. «Las ventas en papel son las que nos sostienen. Tenemos que acostumbrarnos a las nuevas tendencias y, de hecho, contamos con media docena de libros en audio. Pero el retorno de la inversión aún es escaso», analiza. Igualmente, muestra su disgusto e impotencia frente a prácticas fraudulentas como la piratería informática: «Hay que tener en cuenta que los libros de la Biblia están escritos en hebreo, arameo o griego antiguo, lo cual exige traductores especializados a los que hemos tenido que pagar un dineral cuando se trata de editar, por ejemplo, estudios sobre los textos bíblicos. Eso hace que los precios de esos volúmenes sean elevados, pero en unos meses están pirateados en internet».
EVD no imprime actualmente sus libros. Lo hizo hasta que, en julio de 1979, vendió toda la maquinaria a Gráficas Lizarra, que se hizo cargo también de las dieciocho personas que trabajaban en la imprenta. Al tiempo, la editorial asumió formalmente la obligación de encomendarle los trabajos de imprenta que precisara, siempre que sus tarifas no fueran superiores a las del mercado. «Las editoriales religiosas somos importantes para el sector del libro», asegura Pérez.
Hoy, una decena de comunidades religiosas editan libros en España -Jesuitas, Maristas, Carmelitas, Dominicos, Claretianos, Paulinos e incluso la propia Conferencia Episcopal, entre otras-, a las que hay que sumar otras laicas que también publican textos religiosos. En total son alrededor de veinte, que suman una facturación importante y que crece de manera moderada aunque sostenida desde hace una década. Para las órdenes religiosas los libros suponen, además de una fuente más o menos interesante de ingresos, un instrumento útil para desarrollar su apostolado.
Cuentan con un público fiel y se trata de un sector al margen de las modas y tendencias que sí afectan a otros productos editoriales. Pero eso no significa que contemplen un horizonte totalmente despejado. «Hay que tener en cuenta el envejecimiento de nuestro público. Por eso, tenemos que pensar en cómo atraer al público en general». Tampoco les favorece la progresiva secularización de la sociedad española y de la europea en general, una circunstancia que se ve compensada por la espiritualidad de los países latinoamericanos y de Estados Unidos.

La biblia de los niños es una obra emblemática de la empresa navarra, que ya ha sido traducida a 170 idiomas.
Son obras que, siempre desde el enfoque de la divulgación de la Palabra de Dios, como reiteran quienes dirigen la editorial, se caracterizan por «la apertura y modernidad de sus enfoques», sin que ello suponga un encuadramiento en una corriente de pensamiento religioso: «Digamos que estamos en una línea de pensamiento de vanguardia».
PIONERA EN ESTELLA
Por otra parte, EVD ha tenido una notable influencia en la configuración del panorama empresarial de Estella. Su implantación atrajo nuevas editoriales a la localidad, que con el paso del tiempo pasaría a conformarse como un polo de empresas del sector gráfico en el que destacó Salvat, llegada en 1968 gracias a los incentivos fiscales y facilidades para la implantación que ofrecía el Plan de Promoción Industrial (PPI). La presencia de EVD fue uno de los argumentos esgrimidos por los promotores del PPI para conseguir que Salvat decidiera instalarse en Estella pese a que su plan inicial era hacerlo en Pamplona. La editorial catalana fue comprada por el Grupo Hachette en 1988, que se desentendió del negocio de la imprenta. El equipo directivo de Salvat se hizo con la titularidad de la editorial cuatro años después, que pasó a ser la actual Gráficas Estella con el apoyo del Gobierno de Navarra.
Desde EVD destacan que su labor no sería posible sin contar con la creatividad y el saber de sus autores; la colaboración de los profesionales de la cadena del libro, como traductores, diagramadores, correctores, distribuidores, libreros, y «muy especialmente» la de sus compañeros del Grupo Editorial Verbo Divino, «con delegaciones en América y África»; y, por supuesto, «sin la confianza de millones de lectores y lectoras en todo el ámbito hispanohablante».
Con estos sólidos cimientos, Editorial Verbo Divino mira al futuro con ilusión y atenta a los signos de los tiempos, a la evolución en los modos de difusión y a la demanda de contenidos de calidad que ofrezcan respuestas fiables, disfrute y conocimiento. Y lo hace desde Estella: «Seguiremos fieles a la localidad, con voluntad de trabajar y realizar cuantas acciones sean necesarias para ser una empresa puntera y puesta al día».