Ahumado, especiado, avellanado, con notas de caramelo o chocolate, de hierbas, de miel, de frutas… El abanico de aromas que pueden desprender los distintos varietales de café de especialidad, una corriente cada vez más extendida entre los amantes de este producto, es muy amplio. Precisamente, las redes sociales han ayudado a su expansión gracias a multitud de vídeos, casi ceremoniales, donde se disecciona hasta el más mínimo detalle para intentar transmitir todas las propiedades de los granos.
Desde hace quince años, la empresa navarra Markibar se ha especializado en el diseño y fabricación de molinos de café automáticos de alta gama. José Ángel Markotegi, pamplonés de 62 años y socio fundador de la compañía junto a Alfonso Ibarrola y Francisco Infantes, destaca a Navarra Capital que la firma está «muy bien posicionada» de cara a entrar en los principales mercados extranjeros de este segmento. No obstante, el 70 % de sus ventas se concentran en España.
Los tres socios fundaron la compañía en 2009, después de dos décadas en el Grupo Azkoyen. Tras pasar por los Viveros de Innovación de CEIN, ahora opera en una nave de 1.500 metros cuadrados ubicada en el polígono industrial Noáin-Esquíroz.
El 30 % restante de sus ventas se reparte entre Alemania; Inglaterra; Israel; Arabia Saudí; y, en mayor medida, Australia. «Son países con una gran cultura cafetera, donde el café de especialidad está en boga», destaca para añadir acto seguido que, «si en Italia usan siete granos para hacer un café, en Australia son veintidós». Esa labor, por tanto, requiere de más tiempo. Y es ahí donde entran los molinos automáticos de la firma navarra. «Lo extraen instantáneamente y, por eso encajamos como anillo al dedo en este tipo de mercados. Somos más rápidos y eficaces», apostilla Markotegi.
FACTURACIÓN AL ALZA
De hecho, el crecimiento de Markibar está siendo exponencial, sobre todo tras la pandemia: «El Covid-19 frenó nuestra evolución. Ingresamos 4 millones de euros en 2020, mientras que en 2019 llegamos a los 5″. Sin embargo, en 2023 se quedaron cerca de los 9 millones y, para este ejercicio, los responsables de la firma esperan superar los 10 millones. «Vendemos como nunca», resalta Markotegi.
La evolución de la compañía no solo se refleja en el balance de ingresos, sino también en el número de molinos producidos. En 2023 fabricaron 14.000 unidades, mientras que en sus primeros años apenas superaban las 200. Hoy, el socio de Markibar estima que hay repartidos unos 80.000 molinos de su marca por España: «Ya tenemos alrededor de trescientos clientes». Entre ellos, destacan tostadores de café con servicio técnico propio como Cafés Plaza del Castillo, Cafenasa o Barrós, en Navarra; y Baqué, Delta, La Brasileña, Cafento o Candelas en el resto de España, entre otros. «Es imposible acordarme de todos», bromea.
De hecho, su producción está orientada a unos pocos modelos con nombres propios fácilmente reconocibles por los amantes de la montaña. «Los molinos Izaga y Orhi combinan innovación, tecnología avanzada y una estética moderna para responder a las necesidades de un local con un alto consumo de café». Y, además, garantizan un molido preciso y sin desperdiciar un gramo. El modelo Aspe, la joya de la corona, está pensado para los baristas y profesionales más exigentes y, recientemente, la empresa ha parado la producción del molino Quimboa para centrarse en los otros tres modelos.
De cara al futuro, Markibar tiene marcado como objetivo principal la entrada en China, Canadá y Estados Unidos, a pesar de su exigente legislación alimentaria. De hecho, Markotegi quiere acudir con un ‘stand’ propio a la Coffee Specialty Association de Houston (Texas) en abril del año que viene.
En este sentido, las ferias internacionales funcionan como el principal escaparate para seducir a nuevos clientes. Por eso, Markibar ha acudido en los últimos años a reputados eventos del sector como el London Coffee Festival, la Hostelco de Barcelona o el HostMilano de la ciudad transalpina, donde pudieron contactar con los principales fabricantes del mercado. Además, en junio viajarán a Copenhague para la feria World of Coffee.