jueves, 25 abril 2024

La familia Antoñanzas, VI Premio de ADEFAN, ya emplea a 1.700 personas

Su primera generación, representada por los hermanos Alfonso y Jesús, levantó de cero un grupo empresarial de referencia cuyos puntales son las firmas Exkal y Suministros Eléctricos Gabyl. El acto de entrega del galardón, patrocinado por CaixaBank y en el que colabora ARPA Abogados Consultores, será el 4 de noviembre en el Hotel Pamplona El Toro.


Pamplona - 14 octubre, 2022 - 10:00

Alfonso y Jesús Antoñanzas (primero y segundo en la fila de abajo), con sus hijos Iosu, Alfonso, Ion y Daniel. (Foto: Víctor Ruiz)

La Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar Navarra (ADEFAN) anunció este viernes la concesión de su VI Premio Empresa Familiar Navarra. Un galardón que este año ha recaído en la familia Antoñanzas, de Funes, representada por los hermanos Alfonso y Jesús. Ambos conforman la primera generación de un grupo levantado prácticamente de la nada. Este se define en la actualidad como “pionero y referente en sostenibilidad ambiental, económica y social, orientado a la excelencia y vinculado siempre a la unidad familiar”. Además, dicho consorcio emplea a 1.700 personas y sus puntales son las sociedades Exkal y Suministros Eléctricos Gabyl.

La entrega del premio, patrocinado por CaixaBank y en el que colabora ARPA Abogados Consultores, será el 4 de noviembre en el Hotel Pamplona El Toro en el marco de un almuerzo realizado con los miembros de la asociación.

«A nosotros siempre nos ha gustado trabajar porque no sabemos hacer otra cosa».

El Premio Empresa Familiar Navarra de ADEFAN busca reconocer aquellos negocios familiares de la Comunidad foral que han destacado por realzar como valores propios el arraigo al territorio y la vocación de permanencia. Junto a estos aspectos, también se valora la evolución seguida por la compañía, su compromiso con el empleo, así como la reinversión, el sacrificio y la ilusión constantes. Anteriormente, Venta de Ulzama-Grupo Castillo de Gorraiz (2021), Grupo Enhol (2019), Conservas El Navarrico (2018), Grupo Basarana Las Cadenas (antigua Hijos de Pablo Esparza) (2017) y Viguetas Navarras (2016) recibieron este galardón en sus cinco ediciones anteriores.

DE FUNES A GABYL

El inicio de la saga familiar Antoñanzas se sitúa en Funes con los abuelos Rosario y Eloy. “Ambos nos enseñaron el camino”, recuerdan sus hijos Alfonso (71 años) y Jesús (68). Eloy siempre estuvo vinculado al mundo de la electricidad, mientras que Rosario fue la primera emprendedora con la venta de helados y hielo. Precisamente, esa experiencia despertó en sus descendientes la vena empresarial. “A nosotros siempre nos ha gustado trabajar porque no sabemos hacer otra cosa”, confirman.

Siguiendo esa inquietud, los hermanos Antoñanzas iniciaron trayectorias profesionales diferentes. Con 23 años, comienza la aventura de Alfonso en el mundo de la refrigeración. “En ese momento la semilla ya está germinando porque es el inicio de una larga trayectoria en este sector”, comenta.

Por su parte, la andadura empresarial de Jesús se inicia en Gabyl, fundada en 1977 como una firma especializada en distribución de material eléctrico. Con ella inicia, bajo su punto de vista, “un bonito camino que cumple ya 45 años”. Añade, además, que su hermano Alfonso fue en todo ese tiempo el hombro donde poder desahogarse, su ayuda y su consultor. “En realidad, todo lo que ha venido después ha salido de su cabeza. No deja de darle vueltas a todas las cosas”.

Alfonso Antoñanzas: «Con Exkal asumimos la responsabilidad de impulsar y promover el progreso y desarrollo del producto de refrigeración».

Gabyl supuso, en ese sentido, un punto de inflexión. “Siempre hemos ido a sitios donde hemos podido aportar. Así que, tras adquirirla en la década de los 90, pusimos en marcha un sistema para crear empresas comerciales e industriales que hoy todavía mantenemos”, explica Jesús. Sistema que sigue creciendo a través de partenariados en diferentes empresas, en las que incluyen su ADN y a las que aportan su know how. De esta forma, impulsaron negocios y buscaron la forma de ayudar a otros que acudían a ellos. En 2005, sin embargo, surgió la oportunidad de hacer “el gran proyecto industrial” que siempre habían deseado: Exkal.

EXKAL, «LA JOYA DE LA CORONA»

Alfonso Antoñanzas recuerda con agrado su época como máximo responsables de la ingeniería de Ibérica del Frío. “Sentía que mi trabajo influía en el resultado de una compañía muy enfocada hacia la calidad del producto y la eficiencia energética”, resalta. Por eso, cuando fue comprada por un grupo extranjero y se produjo un cambio en las prioridades, Antoñanzas consideró que había llegado el momento de iniciar una nueva etapa. “Los grandes de la refrigeración comercial estaban comunicando al sector que la refrigeración comercial había llegado a su máximo nivel de desarrollo y que, por mucho que invirtieras, era casi imposible mejorarla”. Exkal nació, por lo tanto, con un objetivo muy claro de continuar con la mejora: focalizarse en la eficiencia energética, el ciclo de vida y la sostenibilidad. “No quisimos abandonar al producto de refrigeración y asumimos la responsabilidad de impulsar y promover su progreso y desarrollo”, asegura.

Siguiendo esa línea de trabajo, la industria de los Antoñanzas empezó a marcar un hito tras otro hasta convertirse en “la joya de la corona” de su grupo.  En 2007, junto con Eroski, impulsaron el primer supermercado en Europa con la certificación ISO:50001. “Y para cuando pusimos el primer mueble con puertas en Francia, ya habíamos puesto 20 kilómetros de ese tipo de instalación en España”, destaca.

Exkal va a sumar en breve otros 160.000 metros a los que ya tiene construidos en Marcilla.

Paralelamente, las cifras del proyecto no dejaban de crecer. Así, de los 2.000 metros cuadrados de su primera sede de Pamplona, pasaron a los 80.000 que ya tienen construidos en Marcilla y a los que van a sumar en breve otros 160.000. “Y en estos diecisiete años hemos crecido a una media de dos dígitos. Es una auténtica barbaridad”, destaca su máximo responsable.

Asimismo, hay otro elemento en el que sobresale esta compañía. Su inversión en I+D supera el 5 % anual, tres veces más que la media española y el doble que la europea. Alfonso Antoñanzas expresa con orgullo que, en el cierre de ejercicio, “no hay reparto de dividendos y sí reinversión en la empresa”. “Esta es una práctica muy habitual en la empresa familiar”.

En este punto, Daniel Antoñanzas, uno de los hijos de Alfonso y que próximamente se convertirá en el director general de Exkal, apunta otra de las claves del éxito de esta compañía. En su opinión, ese factor ha sido creer “de verdad” que las personas con las que trabajan son importantes “y sentirlas como parte de la familia”. “No son números ni recursos”, recalca.

ESTUDIAR, PREPARSE Y SER FELIZ

Alfonso y Jesús constituyen la primera generación de una familia que completan sus hermanos Maribel y Eloy, quienes han permanecido al margen de los proyectos que se han mencionado. No obstante, todos ellos siempre han ejercido como punto de unión de una ‘gran familia’ que, en la actualidad, está compuesta por 38 miembros.

Daniel Antoñanzas: «Las personas que trabajan con nosotros son parte de la familia. No son números ni recursos».

La segunda generación, formada por los hijos (Alfonso, Daniel, Iosu y Ion), han participado del proyecto de la familia desde muy jóvenes. Sin embargo, su incorporación se ha realizado “de forma predeterminada y con alevosía”, explican sus progenitores. “Nuestro interés siempre ha sido que los hijos estudien y se preparen lo máximo posible y, sobre todo, que tengan como principal visión ser felices”, detallan. De ahí que su irrupción en el mercado laboral estuviera condicionada por el cumplimiento de dos requisitos previos: trabajar fuera del grupo familiar siempre y cuando hubieran aprobado antes todas las asignaturas. Una vez cumplidas esas obligaciones y pasado el tiempo, hoy tres de ellos (Alfonso, Daniel y Ion) forman parte de Exkal, y el cuarto (Iosu) de Gabyl.

Y a todos ellos está previsto que les sucedan una tercera generación. Se trata de la formada por los nietos de Jesús y Alfonso (Olga, Asier, Iñigo, Aitana, Mario y Samuel), que todavía están en ciernes ya que los dos primeros “justo acaban de iniciar este año su formación universitaria”, informan sus abuelos.

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