La determinación podía leerse en las caras de los estudiantes que entraron a la carrera de Arquitectura en el año siguiente a la crisis de 2008. “Sois unos valientes”, elogiaban los profesores de la Universidad de Navarra. Pero para Enrique Huesa era mucho más que una cuestión de arrojo. De padres promotores, este pamplonés se crio en plena plaza de los Fueros, precisamente en un edificio construido por la empresa de su abuelo. “Mi padre me dijo que seguramente no me dedicaría a la arquitectura, pero que me iba a servir para tener la cabeza muy amueblada y hacer lo que quisiera”, explica este joven de 33 años a Navarra Capital, que en la recta final de la carrera decidió especializarse también en ingeniería de la construcción.
Al terminar sus estudios, encontró una oportunidad de trabajo en Madrid y dio el salto a la capital española para probar suerte en un despacho de arquitectos. “En los nueve meses que estuve allí, me di cuenta de que, en efecto, no era lo mío. Pero pude conocer, a través de un amigo, a Jorge Gancedo, con quien compartía el deseo de emprender. Paralelamente, mis padres adquirieron un pequeño estudio con una balconera a la calle Mayor que estaba en la calle 7 de Julio. ¡San Fermín! -relata entre risas-. Me encargaron que lo reformase y lo pusiera en alquiler”, rememora.
Tras dejar el estudio de arquitectura, Huesa volvió a principios de 2016 a Pamplona en busca de una idea emprendedora. Sobre todo, le llamó la atención el modelo de negocio de Airbnb, por entonces aún desconocido en España: “Nos reunimos tres amigos unos meses después para analizar la creación de una empresa basada en la gestión de pisos para alquiler de corta estancia. Finalmente nos metimos solo Jorge y yo, y empezamos precisamente con el piso que mis padres habían comprado en el centro de la capital”.
Leeways gestionó un volumen de negocio superior a los 4 millones de euros en 2023
Ese fue el germen del Leeways, una gestora de propiedades que se encarga en la actualidad de “más de cien pisos” dentro de la M-30 madrileña, incluyendo edificios completos y viviendas independientes en las modalidades de corta o media estancia.
Así, emplea a veinte profesionales que realizan diversos servicios como reformas e interiorismo, estrategia de precios, coordinación de operaciones, mantenimiento o la gestión de inquilinos, cuya media anual ronda la cifra de 18.000. Tras ocho años de actividad, la firma ha consolidado su actividad. En 2023 movió una cifra de negocio superior a los 4 millones de euros y facturó 2,2 millones. “La mayoría de nuestros propietarios son españoles, pero también llevamos las propiedades de migrantes latinoamericanos y asiáticos. No trabajamos con fondos ni otras empresas, sino para particulares que viven y pagan impuestos en España en el marco de la legalidad”, incide Huesa.
EL CAMBIO NORMATIVO
Desde 2018, el sector de los pisos turísticos vive sumergido en una constante lucha por mantener los inmuebles que gestiona. “El Ayuntamiento de Madrid considera ilegales los pisos turísticos que estén sobre la primera planta, mientras que para la Comunidad de Madrid son legales. Por eso, vivimos constantemente en una situación de alegalidad que vamos sorteando como podemos. Nos intentan cerrar pisos, en algunos casos ganamos y en otros perdemos, nos multan por intentar mantener una vivienda que tenía su licencia antes de que se aprobara la normativa… Nos movilizamos mucho desde el sector porque se utiliza como chivo expiatorio cuando las viviendas turísticas no llegan ni al 2 %”, defiende el joven pamplonés.
“La mayoría de nuestros propietarios son españoles, pero también llevamos las propiedades de migrantes latinoamericanos y asiáticos. No trabajamos con fondos ni otras empresas”
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los pisos categorizados en esta modalidad aumentaron un 9,2 % en España el año pasado hasta alcanzar un total de 340.424, que representan el 1,3 % del total de viviendas. Y Madrid se sitúa como la séptima comunidad autónoma con más pisos turísticos con 16.970, de los que 14.133 se concentran en la ciudad.
El pasado mes de abril, el Consistorio madrileño decidió no conceder más licencias para pisos turísticos hasta la aprobación de la Modificación del Plan General, prevista para el primer trimestre de 2025, con el que se pretende afrontar el fenómeno desde múltiples perspectivas. “Evidentemente ha habido muchos malos gestores en nuestro sector, pero ya existe la tecnología para mantener una convivencia apacible como los sistemas de control de ruido. Queremos un modelo de turismo sostenible y respetuoso con los vecinos, mientras generamos riqueza en los barrios donde operamos”, defiende Huesa.
NUEVA ETAPA
Leeways está experimentando importantes cambios este año. En concreto, la firma se mudó a unas nuevas oficinas en el portal 1 de la calle San Pedro, que centralizan todas las operaciones de la firma en sus 300 metros cuadrados, distribuidos en tres plantas. “El espacio está preparado para que podamos duplicar el tamaño de Leeways en el futuro, venga lo que nos venga”, añade el navarro con ilusión.