El espíritu de la Navidad llega a Hermanas Hospitalarias – Centros de Navarra tras la festividad de la Inmaculada Concepción. El fin de semana próximo a este acontecimiento, mientras los pasillos del centro están en calma, la hermana hospitalaria Sor Dolores Jiménez envuelve con bolitas y estrellas la entrada principal y los pasillos que la siguen. Sin entorpecer en la labor del lugar y viceversa, aprovecha esos tranquilos instantes para adornar los espacios acercando el espíritu navideño de la hermandad a todos los que se acerquen a la organización estos días.
Año tras año, un viernes de principio del mes de diciembre, trabajadoras, trabajadores y familiares de usuarios abandonan el centro como otro día cualquiera, pero lo que esperan es que el lunes, al volver, la Clínica Psiquiátrica Padre Menni les recibirá dándoles la bienvenida a la fiesta del nacimiento de Jesucristo.
Sor Dolores: “En un mundo de sufrimiento, como el de la salud mental, el transmitir la alegría y hacerla presente es esencial”.
Este 2021, tras atravesar la puerta, puede visualizarse el mensaje Emmanuel, Dios con nosotros. Es la temática elegida por Sor Dolores para esta Navidad tan especial. Con él, busca reflejar el sentido de esta festividad incidiendo en que “Dios habitó entre nosotros y en medio de nosotros, como un hombre cualquiera. Y que, “en un mundo de sufrimiento, como el de la salud mental, el transmitir la alegría y hacerla presente es esencial”, afirma.
Desde 1996, es decir hace 25 años, lleva esta hermana haciéndoles llegar el sentimiento de la entidad a todos los que les visitan. Y consigue su objetivo. Señal de ello es el Belén artesanal con el que les obsequió el familiar de un usuario hace ya algunos años. Nacimiento que todos los años Sor Dolores se encarga de poner y guardar tras la visita de los Reyes Magos.
“En Navidad queremos compartir la fraternidad y el encuentro de vivir nuestra fe. Y vivir la alegría de esta fiesta con todas las personas que están en la organización”, indica Sor Dolores. Sugerencia que comparte semanalmente Teresa Jaurrieta, de la Hermandad de la Pasión del Señor, en los talleres que realiza junto a sus hermanos de la soledad con las personas usuarias del centro. Dice diferenciarse del resto de actividades por ser “un taller desde la fe y para compartir la fe entre todos”.
Esta actividad es fruto del proyecto Apadrina un paso, realizado por la Hermandad de la Pasión tras la imposibilidad de sacar las procesiones de Semana Santa debido al Covid-19. En ella, realizaron una campaña con la intención de acercar las procesiones a los usuarios, y marcó un precedente, ya que desde entonces, cada martes de cinco a seis, acuden al centro para realizar actividades con ellos.
El último mes lo han centrado en el adviento realizando sesiones especiales como manualidades home made, que después las usuarias y usuarios han lucido “orgullosos” en sus unidades. Digamos que Sor Dolores es la encargada de que todo aquel que visite la entidad sienta la Navidad, y las personas usuarias son las delegadas de compartir y vivir el sentimiento dentro del centro. “Es muy gratificante ver lo contentos que se ponen cuando hacen algo por sus propias manos. Pensamos que estamos haciendo algo por ellos, y la verdad, es que están haciendo ellos por nosotros”, declara Teresa.
Teresa: “Es muy gratificante ver lo contentos que se ponen cuando hacen algo por sus propias manos”.
Desde la hermandad intentan realizar manualidades originales con las que trabajar la psicomotricidad de los usuarios y compartir la fe mientras las realizan. Han creado adornos navideños con un simple rollo de papel higiénico, convirtiéndolo en una brillante estrella. Han decorado también unas cajitas en las que guardar sus cosas, y hasta han confeccionado pulseras artesanales que después los usuarios regalan a las enfermeras y familiares. El pasado martes, última sesión antes de la Nochebuena, les prepararon una salida muy especial: acudieron a ver la exposición de Belenes a Baluarte por la que estaban “como niños con zapatos nuevos”, confiesa Teresa.
Otra de las actividades más aclamadas sigue siendo el taller de música que realizan con Gonzalo Huici, voluntario de los centros de Hermanas Hospitalarias. Dos días a la semana, los martes en el Centro de Día y los miércoles en la Clínica Psiquiátrica Padre Menni, este apasionado de la música acude con su guitarra a amenizar el rato animándolos a cantar. Boleros, canción ligera, tunas… insonorizan el ambiente de los centros cuando Gonzalo acude. “Yo canto canciones con ellos, yo no les canto, yo canto con ellos”, remarca. Insiste en que se trata de un taller participativo en el que al final siempre acaban cantando y participando todos “aunque al principio son tímidos”, admite.
Gonzalo: “Yo canto canciones con ellos, yo no les canto, yo canto con ellos”.
Gonzalo, “a nivel aficionado”, siempre ha estado ligado a la música, desde los 14 años. Ha participado en coros, en la tuna. aprendiendo y enseñando un poquito en cada sitio. Lleva más de dos años con los talleres de “musicoterapia” en Padre Menni pero, ya poseía experiencia antes de comenzar. Tuvo a su padre ingresado en una residencia y cada vez que iba a visitarle se ponía a cantar con él, “convirtiendo el salón de la residencia en un hervidero”.
El músico autodidacta tiene una gran sorpresa preparada para celebrar la Navidad. El próximo 29 de diciembre acudirá como siempre con su guitarra, pero esta vez, el repertorio será diferente. Cambiará los boleros por los tradicionales villancicos: Vamos Pastores, Noche de Paz, Adeste Fideles, y muchos más.
Pero aquí no acaban los festejos navideños en Padre Menni. Celebrarán el nacimiento de Jesús “como Dios manda”. Y después de desear un próspero año nuevo, llegarán Melchor, Gaspar y Baltasar para repartir regalos a cada uno de los usuarios del centro. “Desde la organización nos encargamos de que todos los usuarios tengan un pequeño obsequio. Siempre les hace ilusión, por muy deteriorados que puedan estar. La Navidad es uno de los primeros recuerdos que se guardan en la mente, y reviven ese sentimiento al recibir su regalo de la mano de los Reyes Magos de Oriente”, concluye Sor Dolores.