La posada-albergue de Beintza, «uno de los primeros albergues turísticos de Navarra», cumplirá el próximo 8 de octubre 35 años de funcionamiento, con un contrato hasta finales de 2030. Sin embargo, y tras una denuncia presentada ante el Servicio de Turismo del Gobierno de Navarra por un vecino de la localidad, el Ayuntamiento de Beintza-Labaien ha iniciado «una serie de trámites que, de llevarse a cabo, van a suponer el cierre de la posada-albergue por falta de viabilidad económica y organizativa».
Así lo afirmaron este viernes representantes de su empresa gestora, Orbela, con el apoyo de varios vecinos de esta y otras localidades, la Asociación Navarra de Pequeña Empresa de Hostelería (Anapeh), la Federación de Turismo Rural y la Asociación Turística Baztan-Bidasoa Turismo Elkartea.
«Sin bien Turismo ha archivado el expediente donde se nos acusaba de diversas irregularidades y el Consistorio no ha sido denunciado por este vecino, el Ayuntamiento ha decidido proseguir con aquellas cuestiones relativas al uso de instalaciones municipales para comedor y de espacios públicos de la localidad para actividades para grupos», alertaron Mikel Albisu e Idoia Etxeberria, propietarios de la firma gestora.
Beintza-Labaien, con unos 225 habitantes, «ha perdido el 25 % de su población» en lo que va de siglo y, al igual que otras localidades de su entorno, «sabe lo difícil que es gestionar un negocio y servicio de hostelería en un pueblo pequeño y apartado». En ese contexto, la posada ha estado ligada a una actividad turística que ha asegurado su viabilidad. La familia que lo gestiona creó la empresa Orbela y, tras superar las crisis de 2008 y la pandemia, «siguen desarrollando un proyecto basado en la cultura, el euskera y el entorno natural de una forma respetuosa».
El albergue, que emplea a cinco personas a lo largo del año, ha ofrecido sus servicios a «más 50.000 personas» a lo largo de su historia
«En la actualidad, el albergue emplea a cinco personas, así como entre siete y ocho en verano. Más de 50.000 personas han pasado estos años por el albergue, la mayoría grupos escolares, de tiempo libre, familias y cuadrillas que han encontrado, además, una gastronomía basada en la sencillez y el buen gusto, con mucho producto local. El apoyo al comercio local, sobre todo de Santesteban, cabecera comarcal, es otra apuesta del proyecto», incidieron sus responsables.
Por ello, Albisu y Etxeberria «no entienden» la postura del Ayuntamiento de Beintza-Labaien: «Este ha decidido, tras un intento de anular un acuerdo de la corporación anterior y que ha sido rechazado por el Consejo de Navarra, retirar el derecho a uso como comedor de una sala municipal situada en el mismo edificio, alegando un uso indebido (actividades y/o talleres con niños), lo que dejaría a este albergue de 42 plazas con un comedor de apenas treinta». Así mismo, indicaron que «la solución ofrecida por el Ayuntamiento, basada en un informe de Turismo para usar una sala situada entre dormitorios, no es viable».
CONFLICTOS CON NUEVAS REGULACIONES
A su juicio, el Ayuntamiento «está desarrollando las ordenanzas de regulación del uso de espacios públicos (sobre todo, el frontón situado junto al albergue)» que, de llevarse a cabo, «dificultarían o imposibilitarían» la organización de actividades para los grupos alojados. «Esto es grave y contrario al pliego de condiciones de gestión de la posada-albergue de 2010, año del último concurso, que valoraba en 35 puntos sobre 100 la organización de actividades en el pueblo por empresas registradas en Turismo. Las actividades se vienen desarrollando de forma respetuosa con el uso de los vecinos, y prueba de ello es que en 34 años apenas se han registrado quejas por ello», defendieron sus gestores.
Según ellos, el Consistorio «ha venido tomando acuerdos y desarrollando normativas al margen de la solicitud formulada por varios vecinos en septiembre de 2023″. Este batzarre se realizó finalmente el 23 de febrero de 2024, cinco meses después, «con gran participación (casi cien vecinos)». Y, «aunque no es vinculante, pedía al Ayuntamiento una solución positiva al problema, al tiempo que llegase a un acuerdo con los gestores de la posada-albergue» para asegurar así su continuidad.
«Estos últimos han pedido una moratoria de aplicación de las medidas hasta el 1 de septiembre, ya que más de veinte grupos escolares tienen reservada su estancia de primavera y la campaña de campamentos de verano ya está en marcha. Estas campañas, fundamentales en la viabilidad de la posada-albergue y que se desarrollarán de todas formas, pueden ver afectada su programación», concluyeron desde Orbela.
