Como si se tratase de una película, Guiomar Alfaro tiene dos vidas. Esta profesora de 54 años dedica gran parte de sus días a enseñar inglés en la Escuela Oficial de Idiomas, de cuyo cuerpo forma parte desde hace un poco más de tres décadas. Pero cuando surge la oportunidad, se enfunda en ropas de diseñador y camina al ritmo de las mejores pasarelas españolas como la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid o la Gran Canaria Swim Week. En ambos oficios, existe un aspecto que no cambia en su semblante: la sonrisa de quien vive un sueño hecho realidad.
“Estas cosas me pasan por mi tipo de personalidad. Me encanta conocer y hablar con muchas personas”, explica a Vanity Capital entre risas. Y, por hablar, no solo se desenvuelve en español e inglés, sino también en francés. Su madre, María Antonia Pablos, es catedrática de esta última lengua y trabajó por cuarenta años en el IES Benjamín de Tudela, de modo que se aseguró que Guiomar y su gemela, Judith, aprendiesen el idioma desde casa. Por su parte, su padre, Julio Alfaro, trabajó “toda su vida y de forma incansable” como oficial en la notaría de su localidad, Corella, para poder dar a las hermanas “todas las oportunidades del mundo”.
“Estudiamos en la Compañía de María y, posteriormente, en Jesuitas. Y gracias a la recomendación de mi tío Jesús, un sacerdote salesiano muy visionario, nuestros padres siempre velaron porque aprendiésemos idiomas en el extranjero, por lo que viajábamos mucho a Inglaterra. En Tudela, nos llamaban las gemelas trilingües. Gracias a él y a mis padres, estoy aquí”, rememora visiblemente emocionada.
Precisamente, esa pasión las impulsó a estudiar Filología Inglesa y Filología Francesa en Madrid. Con la mayoría de edad recién cumplida y gracias a su personalidad carismática, ambas hermanas pudieron terminar en tres años la primera de estas dos licenciatura, al tiempo que modelaban para desfiles, publicidades y casas de ropa como el Corte Inglés. Hasta que llegó el momento de dejarlo: “Cuando me casé y empecé a tener una familia, vi que había que priorizar otros aspectos de mi vida”.
El parón se alargó durante dos décadas y tuvo su fin hace escasos dos años y medio. Todo comenzó cuando la agencia madrileña Unomodels fichó a su hijo, Rubén Serrano. “Fue de la manera más graciosa. Él estaba saliendo de una discoteca y lo vio una agente. No se lo podía creer -apunta Guiomar-. Pero al año de trabajar en el sector, me dijo muy seriamente que la que tenía que volver a las pasarelas era yo”. Entonces, la tudelana atravesaba una crisis causada por la menopausia, por la que sufría “pequeñas depresiones”, además de los característicos sofocos. “Estaba rota. ¡Volver me devolvió la alegría!”, exclama con ilusión.
EL REGRESO
De esta forma, Guiomar se convirtió en una modelo silver, una categoría que la jerga del sector concede a modelos mayores de 50 años que desafían los estándares de belleza tradicionales y representan la diversidad etaria en la moda. Su primera pasarela después del regreso fue la Allianz Ego ,celebrada en junio de 2022, a la que fue de la mano de la firma diseñadora Evade House.
“Ahí conocí a Esther García Capdevila, fundadora de Esma Events y principal promotora de la Madrid Fashion Week. Me preguntó: “Guiomar, ¿dónde has estado metida?” ¡Y yo le respondí que en mi casa! Finalmente, me fichó para ir a la Gran Canaria Swim Week, de moda para clima cálido. Al principio tuve mis dudas porque no quería que mis alumnos me viesen en bikini”, explica Guiomar con pudor. Entonces, seguía “escondiendo” su vuelta a las pasarelas.
Pero, desde entonces, no falta a una de las ediciones de este desfile. Así mismo, ha trabajado en campañas de Adolfo Domínguez, Zara Pre-owned, Georges Rech… Hasta que llegó la pasada edición de la Madrid Fashion Week, celebrada entre el 15 y el 19 de febrero: “Ya había participado en ediciones anteriores, pero esta vez fue muy especial. Desfile junto a mi hijo para la marca Acromatyx en su primera pasarela después de muchos años. Esa sinergia llamó la atención”. Precisamente, un encuentro con la periodista Estefanía Esteban en el backstage propició que su historia se conociese y, desde entonces, no han sido pocas las revistas y periódicos que le han llamado. “Mi hija Alexandra me llamó sorprendida porque me había visto en un monográfico extenso sobre mi vida personal y profesional en la revista Elle“, añade con desparpajo.
VIVIR DÍA A DÍA
A la pregunta sobre cómo compagina ambos estilos de vida, Guiomar tiene una respuesta clara: “Disciplina y organización. Es la fórmula que me ha servido desde la infancia. También aprovecho las vacaciones lectivas y fines de semana para viajar, si es necesario”. Eso sí, reconoce que el apoyo de sus hijos, de su pareja y de todos sus amigos ha sido crucial en este nuevo rumbo profesional. “He podido colaborar con profesionales a los que tengo en mucha estima, como Jaime Calatrava o Pablo Erroz. Y conocer a muchas otras personas interesantes como la directora del Ifema, Ana Rodríguez, o el director artístico de Balenciaga, Denma“, detalla.
Pero aunque la planificación sea fundamental, Guiomar no habla de proyectos de futuro: “Vivo en el día a día porque, en este sector, todo va muy rápido. Es posible que la semana que viene vaya a Milán. Pero también me toca decir que no muchas veces por mi trabajo en la Escuela Oficial de Idiomas”. Y, cuando mira al pasado, recuerda con nostalgia su último paso por Tudela. “Fuimos a la casa de mi padre y me gustó ver la ciudad tan bonita y cosmopolita. Extraño mucho la verdura que comía y a mis amigas del colegio, especialmente a Bea Sola“, suspira.