La Navidad es una de las épocas del año más esperadas por los pequeños de la casa. La llegada de Olentzero, Papá Noel, Santa Claus o de los Reyes; la decoración del árbol, las luces que caldean el ambiente y los momentos compartidos en familia convierten a esta fiesta en un oasis de disfrute y de descanso de las obligaciones escolares.
Sin embargo, estas pequeñas vacaciones también convertirse en la oportunidad perfecta para conocer las tradiciones de diferentes países, probar nuevas creaciones culinarias o experimentar nuevos juegos. Con ese objetivo en mente, la escuela de enseñanza de inglés Novakid repasa algunas de las costumbres decembrinas más peculiares del mundo, así como recetas y actividades de entretenimiento para intrigar e inspirar a los niños. ¿El objetivo? Motivar a los chicos a aprender nuevo vocabulario y canciones relacionados con esta temporada decembrina.
Y si hablamos de tradiciones, por supuesto, tenemos que empezar por la comida: el pilar más importante de muchas culturas. En Italia, algunos de los manjares típicos de la Navidad son postres como el panettone o el pandoro. Ambos tienen su origen en el norte del país, en Milán y Verona, respectivamente. La batalla por el mejor dulce entre ambos sigue viva y ampliamente debatida: para muchos, el pastel milanés representa mejor la Navidad gracias al sabor cálido y reconfortante de la fruta confitada y las pasas sultanas, mientras que los más jóvenes suelen preferir la dulzura y suavidad del pandoro.
En Francia, uno de los dulces típicos de Navidad es la explosión de chocolate. La Bûche de Noël (tronco de Navidad) es una receta muy sencilla y fácil de preparar, pero cada año se convierte en la estrella indiscutible de las mesas festivas gracias a su dulzor y refinamiento. Es un suave rollo de masa de galleta, relleno de una ganache, recubierto de chocolate para darle el color del tronco y adornado con pepitas de chocolate negro. Estas no solo lo hacen sabroso sino que simulan la corteza del árbol, dándole un aspecto muy realista. ¿El toque final? El azúcar glas que representa la nieve.
En Nochebuena, en Polonia, es costumbre tomar una sopa muy característica: Barszcz czerwony z uszkami. La sopa toma su color rojo de la remolacha, un ingrediente muy popular en la cocina polaca, que luego se enriquece con sabrosos ravioli rellenos de setas, perfectos para levantar el ánimo (y calentar el estómago) de los invitados.
Quizá la tradición más singular se dé en Japón, donde cada Navidad se forman colas interminables ante la famosa cadena de comida rápida KFC. Esta peculiar tradición tiene su origen en una campaña de marketing de 1974, y pero aún hoy las familias japonesas esperan todo el año para celebrarlo juntos comiendo Kurisumasu ni wa kentakkii!, también conocido como “¡Kentucky por Navidad!”.
“DONDE FUERES, HAZ LO QUE VIERES”
Cada país decora las fiestas de forma diferente, inspirándose en antiguas leyendas y tradiciones. En Cataluña, por ejemplo, los niños acostumbran a decorar un pequeño tronco de madera (el Tió) con una cara sonriente, una “barretina” (gorro típico catalán) y una mantita. En Nochebuena, los niños le cantan una canción mientras lo golpean con un palo, para después descubrir que les “caga” regalos debajo de la manta. Un toque de magia para hacer la Navidad aún más especial (y divertida).
Una vieja leyenda noruega cuenta que, en Nochebuena, los espíritus malignos y las brujas van de casa en casa buscando escobas que robar. El trabajo del padre es ahuyentarlos, mientras que las madres esconden todas las escobas para evitar que las brujas y los espíritus vuelen libremente, asusten a adultos y niños por igual y estropeen la fiesta más esperada del año.
Los niños alemanes aún siguen una tradición que se remonta al siglo XVI, según la cual se esconde un pepinillo encurtido entre los adornos del árbol. Los orígenes de esta costumbre siguen siendo un misterio sin resolver, que cada Navidad inspira debate y curiosidad. Algunas leyendas dicen también que el afortunado que encuentra el adorno escondido recibe el doble de regalos: una búsqueda del tesoro con la que sueñan todos los niños.
¿Y en los Países Bajos? Los niños solían dejar sus zapatos junto al fuego con la esperanza de que Sinterklaas (Papá Noel) los llenase de regalos. En lugar de renos, Papá Noel es ayudado por un hermoso caballo blanco llamado Amerigo, al que los niños dejan un saco de zanahorias para afrontar el largo viaje hasta los hogares de todas las familias holandesas.
En Turquía, la llegada del nuevo año se celebra en Nochevieja. Es muy común ver pavo asado al horno en la mesa. Como postre, se suele optar por un suave y dulce postre de calabaza servido con salsa de tahini y nueces. Otro ritual indispensable de Nochevieja es que toda la familia se reúna para jugar al bingo.