miércoles, 2 abril 2025

Los belenistas de Pamplona expondrán más de 120 portales restaurados en Baluarte, San Jorge y la Mancomunidad

En 1953, un grupo de entusiastas fundó la Asociación de Belenistas de Pamplona con unos estatutos que, en su primer artículo, dejaban muy claro su propósito: "fomentar, por todos los procedimientos a su alcance, la tradicional costumbre de construir belenes o nacimientos”, así como la "ambientación de la Navidad". Más de siete décadas después, pueden decir que el objetivo está cumplido con creces, como podrá comprobarse en el LXII Congreso Nacional Belenista, el primer encuentro de este tipo que acoge la ciudad desde 2000. Un evento en el que exhibirán, primorosamente restaurados, un centenar largo de portales y dioramas.


Pamplona - 8 noviembre, 2024 - 18:40

El presidente de los belenistas navarros, Pedro Javier Martínez, se asoma al que representa un paisaje de Ochagavía. (Fotos: Maite H. Mateo)

La Asociación de Belenistas de Pamplona acostumbra a programar su trabajo con un ritmo que le permite llegar con la tarea hecha a su cita anual con la ciudadanía, la tradicional exposición navideña de los belenes creados durante el año. Pero este 2024 es especial porque será la anfitriona del LXII Congreso Nacional de Belenistas. Las múltiples tareas que requiere la preparación del evento, que tendrá lugar entre el 28 de noviembre y el 1 de diciembre de 2024, trastoca la cadencia habitual.

Lo normal en estas fechas sería que la sede bullese con grupos de belenistas que, ilusionados y sin regatear dedicación ni tiempo, ultimasen los detalles de los nacimientos que pocas semanas después serán admirados por el público. Sin embargo, en la gran nave en la que trabajan (la antigua parroquia del barrio de San Jorge) hoy solo hay tres o cuatro dioramas. Muy especiales, eso sí, y de gran tamaño: el nuevo que irá al zaguán de la Casa Consistorial; otro que recrea un rincón de Ochagavía, que habitualmente permanece en la oficina de turismo de la localidad y que ha sido solicitado para exponerlo con motivo del congreso, y el más original de los creados por la asociación, una gruta que se abre en los acantilados del flysch de Zumaia.

La Asociación de Belenistas de Pamplona cuenta actualmente con un taller en la antigua parroquia de San Jorge.

Los belenistas revisan los que no son nuevos para buscar cualquier posible desperfecto o error de montaje que reparar para que luzcan como si estuvieran recién terminados. Y no es tan sencillo, porque algunos tienen efectos de luz para simular el día y la noche, o mecanismos que hacen que llueva o incluso nieve en su interior. Los que saben de electricidad examinan conexiones e interruptores; si hace falta reforzar algo es quien tiene nociones de carpintería el que coloca la pieza que faltaba, y si es necesario rehacer parte de la estructura intervienen los que moldean el porexpan hasta convertirlo en un muro de piedra, en una columna o un tejado. Al final, pinceles y aerógrafos sabiamente manejados completarán la ambientación.

Es el presidente de la asociación, Pedro Javier Martínez, conocido por los belenistas como Pedroja, quien muestra los portales que están siendo rehabilitados. “No son muy antiguos porque hasta hace unos años no hemos dispuesto de un lugar donde conservarlos”. Explica que desde que se fundó, la asociación fue de un lado a otro, siempre en precario, hasta que en 1982 consiguió la cesión de la cripta de la iglesia de Cristo Rey. Allí se exponían en Navidad los belenes que eran creados en ese mismo lugar a lo largo del año. Unas obras de arte cada vez más perfectas que reproducían, con rigor y hasta el mínimo detalle, rincones de pueblos navarros que acogían el nacimiento, dioramas que lo situaban en lugares que evocaban a Palestina o interiores de pesebres y viviendas rurales, entre otros.

En el año 2009 se vieron obligados a abandonar el local de Cristo Rey, que no reunía las condiciones de seguridad exigidas para recibir cada Navidad a miles de visitantes. Tienen que emprender otro peregrinaje hasta que compran, gracias al esfuerzo de los socios, su sede actual, en la antigua parroquia del barrio de San Jorge. Una amplia bajera capaz para acoger el taller y el resto de actividades que realizan, especialmente los cursos de belenismo. Seguían, y siguen, sin un espacio expositivo propio, pero finalmente encontraron acogida en los salones de Baluarte. El aumento de visitantes corrobora el acierto que supuso la elección del lugar.

Ese deambular dificultó la conservación de los belenes más antiguos, pero en la exposición podrá verse alguno hecho en escayola, como se creaban antes de la llegada del porexpan y de los que hay un precioso ejemplo en el taller, e incluso en corcho y musgo, que siguen contando con un público incondicional.

TRES EXPOSICIONES

Pedro Javier Martínez aclara que, aunque hablemos de exposición en singular, serán tres los escenarios donde se mostrarán las obras de la asociación coincidiendo con el Congreso Nacional. Estarán en Baluarte, que acogerá también los actos de apertura y clausura del evento, y en el local social de San Jorge, al que solo podrán acceder los congresistas y donde podrá verse un monumental belén de 36 metros cuadrados que no se exhibe desde el año 2000, junto a los hechos este año por los alumnos de los cursos de belenismo. La tercera exposición pública se verá en la sede de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, que ha cedido su salón Ansoleaga (la antigua capilla del convento de Las Salesas): “En total serán más de 120 belenes los que se expondrán al público durante las jornadas, y algunos se mantendrán hasta las Navidades.”

La carencia de una sede ha impedido la conservación de portales más antiguos

La organización del congreso absorbe estos días todo el trabajo de la asociación. Quedan pocos días para su inauguración el 28 de noviembre y todo tiene que estar a punto para entonces. Los lunes ha venido reuniéndose la comisión que se encarga de la coordinación de los preparativos, que fueron encomendados a varias subcomisiones, y entre todos han elaborado un completo programa que incluye, además de las exposiciones, charlas y mesas redondas, un mercadillo belenista o visitas guiadas a lugares que acogen portales hechos por la asociación, como la Casa de Misericordia, Mutua Navarra o Civican, cuyo belén ya pudo ser admirado en el anterior congreso nacional organizado por la entidad de Pamplona en el año 2000.

En las muestras se expondrán belenes creados con porexpan, escayola, corcho y musgo.

Es que no es la primera vez que los belenistas de Pamplona organizan un congreso nacional. De hecho, es la sexta. Las anteriores se celebraron en 1964, 1972, 1979, 1988 y la citada del año 2000. Podría suponerse que esa experiencia tendría que venir bien para facilitar el trabajo en esta ocasión, pero Pedro Javier Martínez advierte de que “todo ha cambiado en estos veinticuatro años y, además, queremos dar un poco la vuelta a la forma como se venían haciendo los congresos”.

Destaca la implicación en las diferentes tareas de los asociados, unos 670 de los que alrededor de 170 son socios activos. «Somos la asociación más grande de España, mayor incluso que la de Madrid, que ha ido decayendo”. Al preguntarle por el nivel de los belenistas pamploneses comienza por señalar que los mejores del mundo son los italianos, que por algo fueron los pioneros y mantienen muy arraigada la tradición, al igual que en Cataluña, donde cuentan con la asociación más antigua del mundo. “Nosotros somos alumnos de los catalanes. ¿Nuestro nivel? Yo diría que es buenísimo, y destacamos por el lado expositivo. Es que hay lugares, como Sevilla, donde está surgiendo una modalidad más domiciliaria”.

Apunta que cuidan el aspecto expositivo porque, además de acercar al público el trabajo hecho en el taller, “sirve de enganche, hay gente que cuando ve esos belenes se interesa por las técnicas que empleamos, cómo se hace tal o cual cosa… y alguno decide venir a los cursillos”. Por esa misma razón, dan gran importancia al belén que se muestra en el zaguán del Ayuntamiento, que visitan cientos de personas cada día. “No se suspendió la exposición ni siquiera cuando la pandemia”, recuerda el presidente de los belenistas de Pamplona.

En Navarra hay, además, otras asociaciones “que hacen muy bien las cosas, como las de Olazagutía, Tafalla, Estella, Villava, Corella o Arre”. Podría pensarse que el belenismo es una actividad propia de personas mayores, pero el presidente asegura que eso no es del todo cierto y que existe relevo generacional: “Es verdad que la mayor parte de los nuevos ingresos son recién jubilados, pero cada año vienen más de cien personas a nuestros cursos y ahí tienes gente de todas las edades que va enganchándose”. Entre los socios hay desde empleados de fábrica hasta médicos o “directivos de empresas de primerísimo orden”, y la tradición familiar suele tener su peso. Y es que en los hogares donde se instalan habitualmente nacimientos es fácil que surja un belenista.


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