Imagine que está sentado a la mesa en un asador rural de Navarra. Con un carta en una mano y una copa de vino en la otra, se encuentra ante la tesitura de elegir como segundo plato entre un solomillo de ternera a la brasa o una paletilla de cordero lechal. O tal vez esté contemplando el mostrador de una de esas carnicerías locales donde comprar se convierte en una experiencia que casi se puede saborear. Seguramente, en ambos casos tenga ante usted una variada oferta de las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) Ternera de Navarra y Cordero de Navarra, amparadas bajo Reyno Gourmet y cuyo objetivo es diferenciar estos productos emblemáticos de la gastronomía regional, garantizar su calidad y contribuir a la organización del sector. En la actualidad, la primera ya cuenta con 170 puntos de venta solo en la Comunidad foral y la segunda, con 91. Ahora, de cara al futuro, los representantes de estas marcas de calidad ya vislumbran cómo crecer más allá de las fronteras de nuestra región…
Los productores de estas dos IGP, al igual que el resto de sus colegas, también se enfrentan a importantes retos como el relevo generacional en el campo, la sostenibilidad económica de sus negocios o la despoblación. Pero mantienen una representación constante y muy notable en cada uno de sus respectivos sectores.
Creada en 1994, la IGP Ternera de Navarra / Nafarroako Aratxea suma en la actualidad 438 ganaderías registradas, el 33,18 % de las explotaciones navarras dedicadas a la producción de carne bovina, y 14.864 de las 27.869 cabezas de ganado contabilizadas en la región para este fin, es decir, el 53,33 % (solo el año pasado, se comercializaron 1,16 millones de kilos certificados).
Fermín Irigaray (IGP Ternera de Navarra): “Queremos que la sociedad sea consciente de que, al comprar nuestra carne, está cuidando la cultura y la naturaleza de la Comunidad foral”
Por su parte y tras veintiún años de trayectoria, la IGP Cordero de Navarra / Nafarroako Arkumea reúne a 109 granjas, el 5,7 % del total de explotaciones navarras de ovino de carne, y suma 69.770 cabezas de las 268.226 existentes en este segmento (26 % del total). El año pasado, además, vendió 215.965 kilos certificados.
“Las cifras evidencian que las marcas de calidad vertebran y mantienen la vida social y económica del campo navarro. Todas estas explotaciones están localizadas en las zonas rurales donde se originaron, y su mayor mayor mérito es cuidarlas. En este sentido, los ganaderos luchan todos los días para mantener sus negocios con un producto en su mayoría proveniente de razas navarras y bajo unos estándares que facilitan su trazabilidad desde la granja hasta la mesa”, valora Carmen Díaz de Cerio, secretaria de ambas IGP.
Una opinión que comparten Fermín Irigaray, presidente de la IGP Ternera de Navarra, y Javier Ayechu, su homólogo en la IGP Cordero de Navarra. “Somos granjas con cuadras y volúmenes pequeños que hacemos un manejo extensivo de los animales, una forma de ganadería amable con el medio ambiente. Por eso, desde la IGP tenemos que trabajar en difundir las bondades de los productos y de la actividad, así como abrir nuevos mercados y conseguir nuevos clientes. Queremos que la sociedad sea consciente de que, al comprar Ternera de Navarra, está cuidando la cultura y la naturaleza de la Comunidad foral”, señala el primero.
Javier Ayechu (IGP Cordero de Navarra): “Mantenemos unos estándares de calidad altos y vendemos prácticamente al mismo precio que el resto, pero defendemos lo nuestro”
Ayechu, que se dedica desde hace más de cuarenta años al ovino, trata de reflejar igualmente los valores diferenciales de su producto frente al que ofertan quienes apuestan por la ganadería intensiva. “Quienes tenemos una dedicación especial, que seguimos entendiendo la importancia de nuestra labor y que el producto debe ser nuestra bandera, somos los que formamos parte de la IGP. Mantenemos unos estándares de calidad altos y vendemos prácticamente al mismo precio que el resto, pero defendemos lo nuestro”, subraya.
NUEVOS HORIZONTES
En ese contexto, los representantes de estas dos marcas de calidad, gestionadas por INTIA, ya trabajan para ampliar el número de mercados donde comercializan sus productos. Una estrategia clave para garantizar la sostenibilidad de las granjas y crecer tanto en producción como en ingresos. “La Rioja y País Vasco son zonas interesantes para comercializar nuestro cordero. Ambos territorios tienen una gastronomía poderosa y saben apreciar los productos de calidad”, añade Ayechu.
Por su parte, desde la IGP Ternera de Navarra ya están dando los primeros pasos para lograr comercializar su producto más allá de las fronteras forales. “Estamos convencidos de que nuestra carne es tan buena como otras reconocidas a nivel nacional. Así que queremos centrar ahí nuestra labor durante los próximos años para aumentar el volumen de ventas. Eso sí, aún hay mucho trabajo por delante para aprovechar este nicho”, avanza Irigaray.
Al mismo tiempo, los presidentes de las IGP coinciden en la importancia de fomentar la colaboración para el futuro de sus respectivos sectores. “Somos negocios y tenemos que mirar por lo nuestro, pero debemos colaborar para mantener un medio rural vivo. Como somos complementarios y nos necesitamos, tenemos que trabajar de forma conjunta”, añade el máximo representante de la IGP Ternera de Navarra.