jueves, 28 marzo 2024

Los primeros títeres navarros vuelven a la vida

La historia de la familia Faro Bueno es de espectáculo. Así lo demuestran las más de 380 marionetas y el material escenográfico de 'Retablo de Figurillas' que están expuestas en la galería baja del Archivo de Navarra. La conservación del material y documentación generada durante décadas de trabajo y representaciones permite conocer la intensa labor del matrimonio conformado por Juan Faro y Ana Bueno. Un oficio que les llevó a crear la primera compañía navarra de títeres.


Pamplona - 10 diciembre, 2022 - 00:10

Los títeres creados por Juan Faro saltaron a la vida con la genialidad de Ana Bueno. (Fotos: cedidas)

Ana Bueno nació en Pamplona en el verano de 1930. Dos años después, entre las heladas de febrero, vino al mundo el lisboeta Juan Faro. No compartían ni el mismo idioma, pero sí una gran pasión por el teatro. Así lo supieron una tarde de 1954, cuando el entonces titiritero principiante prestaba el servicio militar como chófer de un alto cargo del ejército por­tugués que participaba en unas maniobras conjuntas de España, Portugal y Francia. En su viaje pararon en Roncesvalles, localidad que visitaron ese mismo día el grupo de las ‘cómi­cas’, una escuela dramática de humor a la que pertenecía Ana.

Después de intercambiar muchas cartas y un par de visitas, se casaron en Pamplona en 1960. Posteriormente se mudaron a Portugal, donde él trabajaba como profesor de Iniciación Musical. Ella quedó seducida por los trabajos que Juan desarrolla­ba con marionetas en su antiguo barrio, en la televisión y en otros foros. Una razón poderosa que le llevó a colaborar en los espectáculos de forma esporádica.

De esta forma, Ana pudo continuar haciendo teatro dentro de la barraca, donde profundizó junto a Juan en su manera de hablar detrás de un muñeco. Por su parte, y cuando se mudaron en 1970 a la capital navarra, Juan aprendió español y a escribir obras con la picardía, la jerga y los golpes que le aportaba la genialidad humorística de Ana. Y ese entendimiento mutuo les llevó a crear ‘Retablo de Figurillas’, la primera compañía navarra de teatro de títeres y marionetas. Un proyecto en el que también participaron sus hijos, Pilar y Juanjo.

La compañía permaneció en activo con espectáculos nuevos durante 25 años, siendo el periodo 1981 a 1997 el de mayor ac­tividad. Recorrieron toda la geografía navarra actuando en más de 120 pueblos, incluso en muchos de ellos en repetidas ocasiones. Por eso, el pasado 2 de diciembre se inauguró la exposición que reúne una selección de los materiales de la compañía de teatro de títeres y marionetas de la familia Faro Bueno. Una muestra organizada por el Ejecutivo navarro en colaboración con el Centro Internacional del Títere de Tolosa-TOPIC.

Representantes del Ejecutivo foral inauguraron la exposición junto a Ana Bueno y miembros de su familia.

Compuesto por una donación entregada en 2019 por Ana al Archivo Real y General de Navarra, el fondo incluye un total de 385 marionetas y material escenográfico realizado por Juan Faro para la puesta en escena de las obras y diversa utilería empleada en la construcción de los títeres y equipamientos. Con el fin de favorecer la adecuada conservación de las marionetas y del material escenográfico, la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana estableció un régimen de cesión temporal al Centro Internacional del Títere de Tolosa-TOPIC. De esta manera, ha contribuido, además, a su mayor difusión.

Juan Faro creaba sus propios monigotes con oficios que aprendió desde niño en Lisboa.

La exposición, que se organizó en colaboración con TOPIC después de que dicha entidad acogiera previamente la muestra entre el 14 de mayo y el 25 de septiembre de 2022, ofrece una selección de las piezas más emblemáticas que conforman su legado.

La conservación del material y documentación generada durante décadas de trabajo y representaciones permite conocer a través de esta muestra la intensa labor de Juan Faro, Ana Bueno y su compañía Retablo de Figurillas. En concreto, en la exposición podrán contemplarse algunos de los títeres más destacados de la colección como El Doctor Philicus y conjuntos escénicos como El Petardo de la Abuela, Suite Nº2, El Patito Cua-Cua, El Retablo de Don Cristóbal, Los Milagros de Nuestra Señora y varias Escenas Sanfermineras.

Con motivo de la exposición celebrada en Tolosa, ahora en Pamplona, el Centro Internacional del Títere de Tolosa-TOPIC, en colaboración con el Gobierno de Navarra, editó el catálogo Retablo de Figurillas, que se encuentra disponible en los puestos de atención al público del Archivo Real y General de Navarra. Por su parte, la exposición es de acceso libre y gratuito y permanecerá abierta en la galería baja del Archivo de Navarra todos los días del mes de diciembre de 10:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas.

LA COMPAÑÍA

‘Retablo de Figurillas’ comenzó a actuar con sus marionetas en festivales organizados por la escuela de Barañáin en la que estudiaban sus hijos. En 1972 participó en las fiestas de dicha localidad. Poco a poco sus actuaciones aumentaron hasta que, en 1981, la familia Faro Bueno se presentó en los primeros Festivales de Navarra como la compañía Retablo de Figurillas. Gracias a diversas campañas de difusión cultural de la Diputación Foral de Navarra, el grupo se dio a conocer en muchos pueblos de la comunidad. La actividad de Retablo de Figurillas continuó hasta 1998, momento de su disolución.

Las creaciones de ‘Retablo de Figurillas’ se inspiraban en antiguas leyendas navarras, así como en las tradiciones locales.

En un primer momento, la compañía se había dedicado a los títeres didácticos, pero pronto ampliaron su repertorio con obras de teatro que recuperaban leyendas navarras, adaptaciones de teatro clásico, obras musicales o autos de navidad. “La presencia de Retablo de Figurillas en el panorama escénico navarro de aquellos años tuvo una gran influencia en la difusión del teatro de marionetas y en la creación de nuevas compañías aficionadas impulsadas por profesionales de la disciplina”, explicaron desde el Archivo Real y General de Navarra.

Entre los años 1982 y 1990, su número de actuaciones fue “prácticamente equiparable” al de una compañía profesional, e incluso tuvo la oportunidad de presentar su trabajo fuera de las fronteras de Navarra, con actuaciones en distintas jornadas y festivales en el País Vasco, Aragón, Cataluña, Portugal y Francia. Los reconocimientos llegaron tras cesar su actividad con diversas exposiciones en Barañáin y Pamplona y con la entrega a Ana Bueno del X Premio Mariona Masgrau, concedido por la Asociación Txirlora de Bilbao.

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