Una de las empresarias más importantes de España, la presidenta del Grupo Eulen, María José Álvarez, ha asegurado, en los Desayunos Empresariales de NavarraCapital.es patrocinados por CaixaBank e IMQ Navarra, que “las mujeres estamos dispuestas a defendernos por nosotras mismas” por lo que ha reclamado “que no nos molesten, que no nos protejan tanto, que nos dejen trabajar”.
La invitada a dicho encuentro, en el que también han colaborado la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar en Navarra (Adefan), la Fundación Navarra para la Excelencia y la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y que se ha celebrado en el Hotel Tres Reyes de Pamplona, se ha opuesto al mismo tiempo a cualquier tipo de política de cuotas porque, según ha dicho, “no quiero que nadie me diga que estoy en un puesto de responsabilidad por ser mujer” así como al lenguaje inclusivo al que ha definido como “una tontería”.
Álvarez, introducida para la ocasión por el presidente de Adefan, Francisco Esparza, ante un auditorio formado por personalidades del mundo directivo y empresarial de nuestra región como el presidente de la CEN, José Antonio Sarría, el de la Cámara Navarra de Comercio e Industria, Javier Taberna, el expresidente foral, Miguel Sanz, o los parlamentarios Guzmán Garmendia e Iñigo Alli, entre otros, ha ido desgranando en su conferencia ‘Empresa Familiar y Mujer’ lo que ha sido su trayectoria profesional desde que se incorporó en 1982 a la compañía que hoy preside, que emplea a más de 90.000 personas en 14 países y que presenta unas cuentas consolidadas en 2017 de 1.700 millones de euros.
“La ilusión es imprescindible porque trabajar solo por el salario debe ser durísimo”.
Precisamente, ese repaso le ha permitido hacer un alegato a favor del empresario y de los “valores tradicionales” que, bajo su punto de vista, le deben caracterizar. De esta forma, el primero que ha mencionado ha sido la ilusión “porque trabajar solo por el salario debe ser durísimo”, ha opinado. A éste le han seguido el riesgo, el sacrificio y el esfuerzo ya que, según ha manifestado, “la empresa no espera” por lo que quien esté a su frente “debe saber que se lo juega todo y que, si fracasa, no cabe otra que levantarse y empezar de nuevo desde cero”, ha expuesto. Además, habría que añadir una visión a medio y largo plazo “que le permita subir la escalera paso a paso”, ha comentado.
CONTRA LA SUBIDA DEL SMI
De ahí que María José Álvarez, galardonada entre otros con el premio Mujer Empresaria del Año por la Federación Española de Mujeres Empresarias o Business Leader of The Year por la Cámara de Comercio de España-Estados Unidos, ha defendido la necesidad de implementar una “formación orientada” para que los futuros empresarios puedan dominar todos esos conocimientos y habilidades que ha mencionado. Una demanda que ha contrapuesto con una generación “que no quiere arriesgarse ni sacrificarse, que sólo quiere aprovecharse de los beneficios de su carrera cuando la empresa no se puede hacer si no hay riesgo y sacrificio”.
“Un emprendedor que ya tiene un empleado ya es un empresario. Yo me siento empresaria, no emprendedora”.
Igualmente, ha defendido su visión frente a los que ensalzan a la figura del emprendedor de tal modo que ha llegado a asegurar que “me siento empresaria, no emprendedora”. Para ella, además, “un emprendedor que ya tiene un empleado es ya un empresario” por lo que ha concluido invitando a los asistentes a animar a sus hijas “a formarse para que puedan ser ellas las que, de forma consciente, puedan tomar las decisiones que les ayuden a construir su propio futuro”.
Una vez finalizada su intervención y en el turno de preguntas, se le ha cuestionado sobre algunas de las medidas previstas en el proyecto de presupuestos del Estado promovido por el Ejecutivo de Pedro Sánchez. En ese punto, la presidenta de Grupo Eulen ha considerado que dicha propuesta va justo en la dirección contraria de lo que quieren las empresas “que estamos intentando sacar la cabeza de la crisis, pero nos aprietan demasiado”, ha expuesto para denunciar a continuación que, si se aprueba la subida del salario mínimo interprofesional contemplada en dichas cuentas “puede acarrear la pérdida de 200.000 empleos en España”, ha sentenciado.