Dedicada principalmente a la construcción de moldes de plástico y mecanizados, Mecacontrol es una de las dos empresas navarras que se han lanzado a producir EPI. Tras la entrevista concedida a NavarraCapital.es por la directora general de Política Empresarial, Proyección Internacional y Trabajo, Izaskun Goñi, este medio quiso profundizar en una iniciativa que puede ayudar a paliar las carencias de productos actualmente tan básicos y necesarios como mascarillas, guantes y batas.
En declaraciones a este medio, Ignacio Álvarez, CEO de Mecacontrol, explica las líneas principales de esta nueva línea de negocio, que complementará a la actividad tradicional de la compañía afincada en Cascante. De hecho, la empresa lleva produciendo pantallas faciales desde marzo y, ahora, se prepara para la fabricación de mascarillas y otros EPI imprescindibles de cara a garantizar la seguridad frente al coronavirus.
Precisamente, el uso de mascarillas es obligatorio desde este jueves, tanto en espacios cerrados como en la vía pública. De ahí que se prevea un incremento de la demanda muy significativo. Y el autoabastecimiento sería fundamental para evitar carencias de suministros y una dependencia excesiva de otros mercados.
PANTALLAS, EXTENSORES Y MASCARILLAS
Desde que comenzó la pandemia, Mecacontrol se involucró junto a otras empresas en la fabricación de pantallas faciales. Una iniciativa que cobró forma cuando empezaron a faltar este tipo de EPI en el sistema sanitario. “Hicimos un molde en menos de una semana. Empezamos a diseñarlo en casa y, el 26 de marzo, ya estábamos sacando las primeras pantallas”, relata Álvarez.
“Enfocamos estos proyectos como una forma de ampliar la línea de negocio que ya teníamos, centrada en mecanizados, automoción, línea blanca…”.
A partir de ahí, la empresa empezó a suministrarlas al Servicio Navarro de Salud, Protección Civil, Policías Locales y residencias de ancianos. “Empezamos colaborando como una donación hasta que el Servicio Navarro de Salud comenzó a pedirnos unas cantidades que se nos escapaban y decidimos industrializarlo. En estos momentos, somos capaces de fabricar 6.000 pantallas faciales al día”.
Paralelamente, el equipo de Mecacontrol constató cómo muchos sanitarios se quejaban de que las gomas de las mascarillas les hacían daño o tenían problemas de sujeción. Fue entonces cuando la compañía comenzó a desarrollar unos extensores para acoplarlos a las mascarillas. “Es una especie de diadema. Lanzamos un molde para fabricarlos hace algo más de dos semanas, el 4 de mayo. Y estamos esperando las certificaciones necesarias”, detalla.
Poco a poco, Mecacontrol estableció una relación fluida con el Servicio Navarro de Salud, que planteó a los responsables de la compañía la posibilidad de acometer la elaboración completa de las mascarillas. El motivo: la ausencia de empresas en la Comunidad foral que las estuvieran produciendo.
“Cogimos el guante y aceptamos el reto. Hemos comprado la maquinaria necesaria y, para mediados de julio, esperamos comenzar a hacer las primeras pruebas. Aunque la línea está preparada para elaborar diferentes modelos FFP 1, 2 y 3 con o sin filtro, vamos a comenzar haciendo mascarillas plegables, tipo FFP2 sin filtro. Seremos capaces de producir 72.000 unidades al día”, avanza Álvarez.
NANOPARTÍCULAS PARA IMPERMEABILIZAR TEJIDOS
Pero aún hay más. Mecacontrol también está colaborando en un innovador proyecto con el CDTI y el centro tecnológico Lurederra. Esta última entidad estaba desarrollando unos recubrimientos con nanopartículas para convertir un tejido normal en impermeable. Y Mecacontrol quiso involucrarse.
“Dimos un paso más allá para que, además, ese recubrimiento pudiera ser bactericida y virucida. Ahora, el problema que presenta cualquier EPI es que si entra en contacto con el virus, este se queda depositado durante horas. Este recubrimiento permitiría destruir las bacterias o virus que entraran en contacto con dicho tejido. Así, la persona que lo porta no corre el riesgo de contaminarse”, precisa.
La empresa ya ha invertido medio millón de euros en estos proyectos para EPI.
Y, además, la empresa ribera también está estudiando la posibilidad de fabricar guantes, aunque esta línea de negocio todavía no está tan avanzada.
“Estamos enfocando estos proyectos como una forma de ampliar la línea que ya teníamos, centrada en mecanizados, automoción, línea blanca… Esto nos ha venido sin esperarlo y queremos desarrollarlo como una actividad complementaria dentro del grupo. Vemos que no hay proveedores y que siempre va a haber necesidad de EPI. De toda crisis surgen oportunidades y así nos lo hemos planteado”, añade Álvarez.
Por el momento, su actividad habitual no se ha restablecido, de modo que la nueva línea de negocio les ayuda a paliar los efectos de esta crisis. Más adelante, los responsables de la compañía valorarán si resulta necesario ampliar la plantilla. Pero hasta ahora, ya han invertido medio millón de euros en estos proyectos para producir EPI.
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