Referente indiscutible de la mejor noche pamplonesa, el Club Nicolette cumple 20 años. Y lo hace en un momento excepcional para la historia reciente del hombre y la mujer: los últimos coletazos de un interminable estado de alarma desatado con motivo de la pandemia mundial. Un coronavirus que aún mantiene cerrados los locales de ocio nocturno, junto a teatros, auditorios y grandes conciertos. Aunque se estima que pronto, muy pronto, volverán a abrir su puertas.
Por ello sus propietarios y socios, Eva Gómez y Santos Ayesa, ya miran al futuro con el mismo optimismo del 2000, año en el que abrió sus puertas uno de los pubs, sin duda, con más personalidad de nuestra vieja ciudad. Su música, su ambientazo, su (poca) luz, su constante aforo (lleno hasta la bandera), y su apuesta incansable por dotar a Pamplona de ese espacio “moderno, independiente y de mente abierta” que tanto le hacía falta, definen la identidad de este afamado local de la calle Tejería de la capital navarra.
“Perras al club” exclama con intención irónica uno de sus cuadros con más solera. Quizá como queriendo condensar en solo un eslogan tantos momentos de diversión, alegría y eternidad allí dentro exprimidos. Eva Gómez y Santos Ayesa conocen muchos de ellos. Por eso repasamos con ambos el presente, pasado y futuro de un club que ha marcado un antes y un después en la cada vez más pausada marcha nocturna pamplonesa.
El Club Nicolette cumple veinte años, ahí es nada, abanderando la vanguardia de la noche pamplonesa. ¿Qué balance hacéis de estas dos últimas décadas?
Santos Ayesa: Nuestro balance es muy positivo. Ha sido nuestra forma de ganarnos la vida y, también, El jardín de nuestro recreo.
Eva Gómez: Nos queda la satisfacción de haber creado un espacio en nuestra ciudad que nos parecía que hacía falta.
¿Qué recuerdos, momentos, sensaciones, olores… golpean con más fuerza la mente al echar la vista a atrás y rememorar esos primeros compases del año 2000, iniciado ya el nuevo milenio?
Santos Ayesa: Yo lo recuerdo con mucha agitación, mucho baile…. ¡Y esas ganas de pasárnoslo muy bien!
Eva Gómez: Mis recuerdos son de vivir momentos muy intensos y, sobre todo, tremendamente divertidos.
Sin embargo, la noche (y en especial la fiesta gay) vive momentos de absoluta transformación. Muchos son los empresarios afincados en Chueca que hablan de “crisis total”, afirmando incluso que la noche actual ya no es la sombra ni de lo que fue en los 90 o años 2000. ¿Compartís estas sensaciones? ¿Tanto daño ha hecho al ‘copeo’ las nuevas ‘APPs’?
Eva: Está claro que la noche no es lo que era en aquellos años, lo que no tengo tan claro que sea solo por las apps. Pienso que antes había mucha más permisividad a la hora de salir a la noche. Tampoco podemos olvidar lo siguiente: están cambiando mucho las costumbres de la gente.
También es cierto que el Nicolette nunca se ha definido como Club exclusivamente LGTBI. Basta con pisarlo cualquier noche festiva para cerciorarse de la cantidad de público de todos los colores que se halla entre sus fieles. Entre nosotros… ¿cuál es el secreto para colgar el cartel de completo casi todas las noches?
Santos: Pues precisamente ese, el Nicolette siempre ha sido y será un espacio para todo tipo de personas con la mente abierta, independientemente de su orientación sexual, Aquí es bienvenido todo el mundo que acuda con ganas de divertirse, bailar y se comporte de forma respetuosa.
No cabe duda que, durante años, el Nicolette fue referente de libertad para la comunidad gay de una Pamplona tremendamente conservadora. Quizá el primer pub de ambiente para muchos homosexuales de nuestra ciudad. ¿Habéis ejercido mucho de confesores?
Santos: La verdad es que si las paredes hablasen… (risas).
Una curiosidad: tan afamado como el local es ese ‘perruno’ cartel interno que exclama: “¡Perras al club!”. Seguro que esconde una jugosa historia detrás…
Eva: En realidad, la imagen fue una foto para un cartel y unos flyers, pero en la imprenta se confundieron y nos mandaron un letrero de esas dimensiones. Y como nuestro lema es si te dan limones haz limonada… pues hicimos ese cuadro.
Tras veinte años viviendo a tope la noche… ¿el cuerpo pide más? ¿O a uno ya le entran ganas de sustituir búho por jilguero?
Santos: Como tu dices, después de tantos años ya no se vive la noche como cuando tienes veinte o treinta años, la verdad. Pero de todas formas, aún tenemos cuerda para rato.
Este aniversario llega en un momento excepcional para la historia reciente del hombre y la mujer. Dos meses de confinamiento y una “nueva normalidad” que mantiene, de momento, cerrados los locales nocturnos, discotecas, teatros y grandes conciertos. ¿Cómo creéis que se va a desarrollar la desescalada nocturna?
Eva: Pues la verdad no tenemos ni idea. Todo esto que está sucediendo es muy marciano, y todavía no sabemos muy bien en qué momento acabará, por lo tanto nos iremos adaptando conforme vayan pasando los días, meses… Como nos hemos ido adaptando estos últimos años a la ley del tabaco, aforos, diversas crisis, el uso de la calle…
Hay quien destaca, incluso, que 2020 puede convertirse en el año “más aburrido” jamás vivido.
Santos: El más confuso sí, el más aburrido no creo.
¿Creéis que el Covid-19 cambiará las reglas de la noche para siempre? Parafraseando a aquel famoso spot publicitario: ¿El rozar se va a acabar?
Ambos: Lo dudamos mucho. (risas)