CEPES Navarra, confederación que representa a las diferentes familias de la Economía Social, celebró este lunes un encuentro para compartir experiencias de vida y trabajo de mujeres que están desarrollando su carrera profesional en este tipo de organizaciones. Entre ellas figuraban representantes de fundaciones, cooperativas agroalimentarias, cooperativas de iniciativa social, empresas de inserción, centros especiales de empleo y entidades de Economía Social y Solidaria.
El acto sirvió para analizar sus desafíos diarios, las dificultades que encuentran en la búsqueda de la equidad y el impacto de sus empresas en sus comunidades. Y fue organizado por el grupo Equidad de Género de CEPES para potenciar desde sus empresas y organizaciones, «de forma efectiva y práctica, un enfoque que contribuya a la transformación social». El objetivo era «mostrar la diversidad de las empresas y organizaciones de Economía Social y cómo incluir la perspectiva de género está mejorando la gestión y generando innovación», así como poner en valor «el impulso que las mujeres están dando a las mismas».
El encuentro dio comienzo con la intervención de Susana Villanueva en representación de CEPES Navarra y contó también con la participación de María Bezunartea, directora de Gestión en Navarrabiomed-Fundación Miguel Servet y miembro de la Junta Directiva de Fundaciones de Navarra, quien se centró en cómo incorporando la perspectiva de género a la investigación en salud «se mejora la calidad de vida de las mujeres» y se genera un impacto positivo «en toda la sociedad».
También intervino Leire Landa, técnica de Malerreka Common Zerbitzuak, empresa de inserción asociada a EINA y dedicada a la economía circular, la gestión y el mantenimiento de espacios rurales y urbanos. Situada en Elgorriaga, Malerreka Common Zerbitzuak es una microcooperativa que apoya a las personas en riesgo de exclusión social de la Comarca del Bidasoa para acompañarlas en su incorporación social y laboral. Así, se rige «por los principios de una nueva economía justa, solidaria y verde, colocando a las personas en el centro».
Por otro lado, Mari Carmen López, gerente de la Cooperativa Cerealista Urroz Villa, se centró en la presencia de las mujeres en el sector cooperativo agroalimentario y en la agricultura navarra. Y Marrubi Rodríguez, coordinadora general y socia-trabajadora de Txiribuelta, explicó cómo esta empresa asociada a ANEL se dedica a proporcionar servicios a personas con discapacidad intelectual y con necesidades complejas de apoyo y a sus familias. En este sentido, abordó que su compañía esta compuesta por socias-trabajadoras y resaltó que es necesario visibilizar y reconocer «el papel crucial» desempeñado por las mujeres en el cuidado de personas dependientes, tanto en el ámbito formal (sanidad, educación, asistencia social) como en el informal (familias, comunidades).
Así mismo, intervino María Ruiz, responsable del Departamento Comercial en el Centro Especial de Empleo Amimet, con sede en Tudela y adherido a CEISNA. AMIMET trabaja desde su fundación por «conseguir la plena inclusión social de las personas con discapacidad» de la Ribera y cuenta con un área empresarial con su Centro Especial de Empleo de Iniciativa Social.
Tomó parte igualmente Anahí Sarasola, formadora certificada en Comunicación NoViolenta, facilitadora de grupos, mediadora y terapeuta, como parte de REAS. Sarasola partió de una idea clave: el mundo «puede ser un lugar más amable donde sean escuchadas, atendidas y cuidadas las necesidades de todas las personas». «más poderosa y eficaz».
