La directora gerente del Servicio Navarro de Empleo, Paz Fernández, y el director del Servicio de Desarrollo de Competencias Profesionales, Ignacio Catalán, han conocido esta mañana en Lizaso a los 22 alumnos que asisten al curso de Bioconstrucción donde conocen esta novedosa técnica al tiempo que levantan un pequeño edificio con forma de caracol.
Los alumnos de este curso, que se inició el pasado mayo, aprenden estos días la técnica de muros de paja
Fernández ha destacado que éste es un proyecto surgido de la colaboración público-privada, con una metodología de aprendizaje generadora de valor.
Por su parte, la responsable de la graja escuela, Beatriz Otxotorena ha subrayado la motivación del alumnado, interesado en levantar empresas y cooperativas.
Casi todos los materiales utilizados proceden de Navarra. Así, por ejemplo, para la cimentación se han utilizado casi 500 ruedas de coche, así como roble de las serrerías de Burgi y Jaunsaras, y se ha construido un lucernario de madera sin clavos ni tirafondos.
Los participantes en este curso han recibido formación sobre prevención de riesgos laborales de la construcción; cimientos y sobre-cimientos; carpintería: estructura, suelo y tejado; techos vivos. Actualmente reciben formación sobre muros de paja y, posteriormente, se abordará temas de revoques de tierra arcillosa e introducción a la cal.
La iniciativa busca convertirse en el Ier curso oficial específico sobre Bioconstrucción en toda España
Está dirigido por el arquitecto bioclimático Iñaki Urkia y lo imparten profesores de referencia.
Además, se realiza en colaboración con la Fundación Ultzama, que está impulsando en Lizaso un área vinculada al desarrollo sostenible. Desde septiembre de 2013 tiene abierta su Granja Escuela, desde la que se sensibiliza a centros escolares, familias y turistas en general sobre la importancia del sector primario (animales, taller de cuajadas, alimentos kilómetro 0), la ecología y la permacultura.
Cabe recordar que los responsables de la citada Fundación se han marcado como objetivo construir la primera escuela “slow food” del mundo, sobre comida sana, con proyección internacional. Para ello, el edificio principal, de 225 metros cuadrados, tendrá la forma de un caracol.
El curso es gratuito, dado que el SNE-NL asume el costo del profesorado y la Fundación Ultzama el de los materiales
Frente a la construcción convencional (hormigón y ladrillos), la bioconstrucción ofrece como ventajas
el respeto al medio ambiente (menos huella ecológica),
la salud (menos materiales tóxicos),
eficiencia energética (aislamiento térmico con menor uso de calefacción o de refrigeración artificial) y
coste de realización de la obra (relación calidad/precio).
En Navarra, se ha recurrido a este sistema en edificios dotacionales (Lorenea, en el Parque de los Sentidos de Noáin; el gaztetxe de Berriozar), de uso turístico (camping de Arbizu) y también en viviendas (Usún).