El consejero de Industria y de Transición ecológica y Digital empresarial, Mikel Irujo; la directora general de Energía, I+D+i empresarial y Emprendimiento, Uxue Itoiz; y la directora del Servicio de Transición Energética del Gobierno de Navarra, Esperanza Aristu, presentaron este viernes el Balance Energético de Navarra 2022.Un informe elaborado por el Servicio de Transición Energética en el que, según informó el Ejecutivo foral, “se refleja el uso y consumo de las diferentes fuentes de energía de la comunidad foral”. Entre sus conclusiones principales se encuentra que “Navarra consiguió mejorar su eficiencia energética un 16,30 % en los últimos diez años”.
Durante su intervención, Irujo destacó “el esfuerzo que la industria y la sociedad está realizando para afrontar la transición energética”. “Si queremos depender cada vez menos de fuentes de energía del exterior y ser más eficientes, tenemos que descarbonizarnos”, concluyó el consejero.
Para medir la eficiencia energética se tiene en cuenta un indicativo conocido como intensidad energética final, que muestra la energía final necesaria para producir una unidad económica. Para medirlo, se relaciona el consumo final de energía con el PIB. Según los datos del Balance Energético 2022, la intensidad energética final de Navarra “fue de 85,9 tep/euro, mientras que en 2012 fue de 102,6 tep/euro (tep: Toneladas Equivalentes al Petróleo). Esto supone una mejora en eficiencia energética del 16,30 %”.
Esta mejora se debe a que tanto la industria como las administraciones públicas y la sociedad “están realizando procesos de descarbonización”. Es por esto que “se ve un aumento del porcentaje que representan la electricidad en el mix energético final, que pasó de representar el 19 % en 2021 al 21 % en 2022”. Sin embargo, el gas y el petróleo siguen representando el 68 % del mix energético, lo que deriva en una “gran dependencia” energética del exterior y que “afecta a las subidas de precio que se produjeron en 2022 debido al contexto mundial”.
MENOS ENERGÍA CONSUMIDA QUE EN 2022
La energía final que se consumió en Navarra durante 2022 supuso 1.873.860 teps. Esta cifra es un 8,3 % inferior a los 2.043.829 teps consumidos en 2021. En lo que refiere a las fuentes de energía, se aprecia un descenso en todas ellas, siendo el carbón y coques (-15,81 %), el gas natural (-13,91 %) y el petróleo y derivados (-8,36 %) los que más descendieron. La biomasa y otros (-4,39 %) y la electricidad (-0,7 %) fueron las fuentes de energía que menos bajaron. Estos datos ponen de manifiesto “la tendencia a la descarbonización tanto de la industria como de la administración y la sociedad en general”.
Por sectores, el transporte sigue siendo el que acapara el mayor porcentaje de consumo de energía final con el 37,83 %. En segundo lugar, están la industria (36,25 %); el sector doméstico, el comercio y los servicios (17,94 %); la agricultura (6,03 %); y, por último, la administración y los servicios públicos (1,96 %).
Dentro del Balance Energético de Navarra también se analiza el consumo de energía primaria, es decir, el total de energía necesaria en Navarra tanto para procesos intermedios, como son las cogeneraciones, como para el uso final de la misma. En este sentido, la región necesitó 2.654.943 teps de energía primaria en el año 2022, lo que supone un descenso del 3,31 % respecto al año anterior.
El 45 % de esta energía fue el gas natural, utilizado tanto por los particulares y las empresas para generar calor como para transformarse en electricidad a través de las centrales de cogeneración y térmicas. El petróleo y derivados es la segunda fuente de energía primaria más utilizada (31 %), seguido de la electricidad generada por energías renovables (13 %), la biomasa (6 %) y el carbón y los coques (3 %). Por último, el biogás y el biodiesel representan cada uno de ellos un 1 % del total de energía primara mientras que el biometanol, la energía solar térmica y la geotermia tienen una representación muy residual.