La crisis provocada por el aumento de los precios de la energía y su impacto en los costes de gestión del aceite industrial usado no obstaculizó en 2021 su recogida en Navarra. De hecho, se pudo gestionar el 100 % de este residuo peligroso a través de la red de gestores que trabajan en el marco del Sistema Integrado de Gestión de Aceites Usados (SIGAUS). En concreto, se atendieron más de 1.200 establecimientos generadores de aceites usados distribuidos por 148 municipios navarros, en los que se recuperaron 5.652 toneladas.
Tras su recogida y tratamiento, el aceite usado se devuelve al mercado como nuevos lubricantes o combustible, haciendo posible evitar la emisión de más de 1.700 toneladas de CO2 y ahorrar 25 GWh de energía, en un modelo claro de economía circular. De esta forma, a través de SIGAUS se recogieron el pasado año en Navarra 5.652 toneladas brutas de aceites usados (incluyendo impropios como agua y otros sedimentos) repartidas entre 1.217 establecimientos (siendo el 46 % talleres mecánicos) de sectores tan diversos como la automoción, la industria, el transporte, el comercio o la construcción.
Según informó este viernes la institución, la generación fue “extremadamente dispersa” en el territorio, ya que más de la mitad de estos puntos productores de aceite usado (un 52 %) generaron menos de una tonelada de residuo, acumulando entre ellos apenas un 6 % del total del aceite usado generado. En total, para recoger todo el aceite usado fue necesario efectuar 2.800 operaciones de recogida entre 148 municipios navarros.
“La crisis en los precios de la energía tiene un fuerte impacto en los costes de gestión del residuo del aceite industrial”.
Gracias al sistema logístico puesto en marcha por SIGAUS, se recuperaron el pasado año 1.614 toneladas de aceite usado en 112 municipios rurales navarros, otras 964 t en municipios de montaña y 223 t en municipios de menos de 1.000 habitantes.
“En 2021 hemos sido testigos del aumento de los precios de la energía y de los combustibles, un incremento que en los últimos meses ha superado el 60 %. Dado que cada año es necesario recorrer miles de kilómetros para recuperar el aceite usado que se genera en Navarra, resulta evidente cómo la crisis en los precios de la energía tiene un fuerte impacto en los costes de gestión del residuo del aceite industrial”, analizó Eduardo de Lecea, director general de SIGAUS.
Así mismo, explicó que para que estos vaivenes del mercado no impidan que la gestión del aceite usado se lleve a cabo, la financiación que aporta SIGAUS para cubrir el déficit de estas actividades “resulta fundamental, para que ésta sea viable ambiental y económicamente”.
DESTINOS DEL ACEITE REUTILIZADO
Una vez recogido, el aceite usado fue trasladado a centros de transferencia para su análisis y eliminación de posibles impropios, proceso que una vez completado resultó en una cantidad neta de aceites usados de 2.748 toneladas, volumen finalmente tratado para obtener nuevos productos, siguiendo los principios de la economía circular.
De esta cantidad, más de dos terceras partes del residuo, 1.932 toneladas, fueron destinadas a regeneración. Se trata de un tratamiento que permite obtener nuevas bases lubricantes del aceite usado y que es el que prioriza la actual normativa. Gracias al residuo regenerado en Navarra durante el pasado año fue posible producir más de 1.200 toneladas de nuevos lubricantes y ahorrar cerca de 570.000 barriles de petróleo, en comparación a si esos lubricantes se hubiesen producido a partir del refino del crudo. Además, el aceite usado regenerado también permitió evitar la emisión de cerca de 1.300 toneladas de CO2 a la atmósfera, y un gasto de 25 GWh.
El resto del aceite usado no regenerado fue valorizado energéticamente mediante otro tratamiento que permite transformar el residuo en un combustible de uso industrial que suele usarse en hornos de cementeras, papeleras o en centrales térmicas de generación eléctrica, minimizando así el uso del fuel óleo o de otros combustibles provenientes del petróleo. Este tratamiento también reportó diversos beneficios a nuestro entorno, ya que gracias al aceite usado valorizado energéticamente en Navarra (816 toneladas) fue posible evitar la emisión de 447 toneladas de CO2 a la atmósfera y ahorrar 1 GWh de energía.
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