Navarra no cuenta en su Gobierno con una consejería en la que figuren los términos de Agricultura y Alimentación a pesar de tener un potente sector agroalimentario. No sólo no tiene un departamento específico sino que, con el paso de los años, hemos visto cómo, progresivamente, se han diluido estas palabras en una multidisciplinar macroconsejería salvo la gestión de la industria alimentaria, ubicada en otro departamento.
El no disponer de una consejería propia con una orientación específica ha propiciado la eliminación de organismos muy valorados en el pasado, de reconocida necesidad y de gran prestigio nacional e internacional. Desapareció EVENA (Estación de Viticultura y Enología), desaparecieron Riegos de Navarra y los Institutos Técnicos de Gestión y otros organismos incluida la pérdida de la denominación ‘Agricultura, Ganadería y Alimentación’.
Como consecuencia de estas realidades las funciones relativas a estas actividades se reparten y languidecen en una dirección general, en sociedades públicas y en un departamento económico.
En la Comunidad foral, el sector agroalimentario tiene una gran importancia económica y laboral (son más de 33.000 personas las que trabajan directamente en este sector). Factura más de 3.500 millones de euros. Exporta más de 1.300 millones de euros. Genera una complementaria e importante actividad económica y laboral en el transporte, energía, vidrio, cartonaje y otros.
Sostiene al mundo rural. Recibe de la PAC más de 100 millones de euros anuales que se distribuyen y afectan a más de 16.000 agricultores y ganaderos y a más de 1.300 industrias de alimentación. Y ante estas realidades, la agricultura, la ganadería y la alimentación de Navarra parecen olvidados y su tratamiento en el Gobierno se encuentra infravalorado y disperso con variados interlocutores con la consecuente disfunción que ello conlleva.
Y la creciente globalización del mercado, la cambiante PAC, la modernización de la cadena alimentaria, los acuerdos comerciales de la UE, la necesidad de adaptarse a los crecientes mercados van a precisar de una administración regional que debiera tener claras sus funciones y no diluirlas en una amalgama dispersa de cometidos y como consecuencia una escasa y confusa presencia en los foros alimentarios que no ayuden a un sector que necesita tener y ser un actor importante para con ello poder tener un mejor futuro.
Contrasta esta realidad con la importancia y el tratamiento que se le presta en la UE y consecuentemente en España. En la UE, la agricultura, la alimentación y la cadena alimentaria se les considera un sector estratégico al que se le aplica una política específica, unificada como es la PAC en donde su gestión se encuentra en una sola dirección general de Agricultura y Desarrollo Rural y en España en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
PETICIÓN AL NUEVO GOBIERNO DE NAVARRA
Esta unidad de gestión y de atención preferente es lo que se tuvo en Navarra y se ha perdido. No hay que ser nostálgico del pasado pero nuestro sector agroalimentario, con departamentos de Agricultura, Ganadería, Alimentación y Medio Natural, fue pionero en muchas cosas. Era un escaparate y modelo para muchos. Estaba en vanguardia. Se desarrolló a través de múltiples y novedosas iniciativas que parecen haberse olvidado.
Navarra necesita un departamento de Agricultura y Alimentación que aglutine todo lo referente a estas materias para con ello modernizar estructuras para adaptarse a los nuevos tiempos.
Fue la primera y pionera en la utilización de denominaciones de origen en productos alimentarios no alcohólicos, pionera en un modelo de gestión de regadíos, líder en centros tecnológicos, pionera en legislación de infraestructuras agrarias, modelo en la gestión de fondos de la PAC, copiada en su programa de Desarrollo Rural y muchas cosas más. Y todo ello era reconocido, prestigiado y reproducido en otras regiones, trasladando una imagen de alimentos de calidad, competitividad y una administración adaptada a las necesidades del sector.
No se puede olvidar al Canal de Navarra y los regadíos como base de la mejora estructural del sector agrícola y no se puede comprender cómo en estos últimos cuatro años no se ha licitado ninguna obra de mejora de regadíos, ya no solo del Canal, sino de ningún otro.
Ante estas realidades, esperemos que el nuevo Gobierno de Navarra que salga de las urnas sea más sensible y receptivo a estas necesidades y no olvide a sus agricultores, ganaderos, cooperativas, industria alimentaria, sector forestal y los relegue al olvido.
José Cruz Pérez Lapazarán
Exconsejero de Agricultura, Ganadería y Montes
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