miércoles, 1 mayo 2024

Oxigenoterapia hiperbárica, una especialidad médica desconocida

Muchos creen que se trata de una técnica alternativa o intuyen que sus efectos son los mismos que pueden obtenerse al aplicar productos cosméticos engañosos o al someterse a procedimientos pseudocientíficos, pero lo cierto es que la Oxigenoterapia Hiperbárica (OHB) es un tratamiento médico con múltiples beneficios constatados, cuya aplicación debe hacerse exclusivamente de la mano de sanitarios preparados. Para garantizar la seguridad y la eficiencia del procedimiento en todo momento se debe introducir al paciente en un 'recipiente' donde pueda ser presurizado todo el oxígeno: una cámara hiperbárica. En la Comunidad foral, corroborar los efectos positivos de esta terapia es posible en Oxien, primero y único centro navarro avalado por la Sociedad Española de Medicina Hiperbárica (SEMH).


15 enero, 2022 - 00:10

Artículo patrocinado por OXIEN

Oxien es el único centro en Navarra avalado por la Sociedad Española de Medicina Hiperbárica (SEMH). (Foto: cedida)

Dr. Manuel Salvador
Jefe de la Unidad de Terapéutica Hiperbárica del Hospital General Universitario de Castellón

De un momento a otro, casi todos hemos oído hablar de la Oxigenoterapia Hiperbárica (OHB). Sin embargo, muchos creen que se trata de un tratamiento «alternativo» y lo confunden con la ozonoterapia, una práctica sin evidencia científica que no está relacionada con esta especialidad médica. La publicidad engañosa sobre cremas de belleza, bares y saunas «ricos en oxígeno», por otra parte, no han hecho sino un flaco favor a esta terapia tan beneficiosa.

¡No a los bulos! Al margen de ciertos eslóganes capciosos, lo cierto es que la OHB es la administración de oxígeno medicinal con fines terapéuticos en el interior de un recipiente presurizado o cámara hiperbárica. Y el oxígeno, en este contexto, es un fármaco. Por eso, su uso como medicamento debe estar prescrito por un médico y administrado por un sanitario. Esto se debe a que la «dosis» que reciben los pacientes supera en gran medida a la que podemos tomar de la atmósfera al respirar.

La OHB es la administración de oxígeno medicinal a dosis farmacológicas con fines terapéuticos en el interior de un recipiente presurizado o cámara hiperbárica.

Aquí, precisamente, reside la dificultad de su administración. Efectivamente, si se tratase de un medicamento convencional bastaría con aumentar el número de comprimidos o de líquido suministrado según el caso. ¡Pero el oxígeno es un gas! ¿Y qué pasa cuando el oxígeno puro no es suficiente?

En estos casos, solo nos queda el recurso de administrarlo a una presión superior a la atmosférica, lo que complica considerablemente el proceso. Así, resulta imprescindible introducir al paciente en un ‘recipiente’ donde pueda ser presurizado todo el oxígeno: una cámara hiperbárica. Todo ello, por supuesto, bajo la supervisión médica de personal cualificado, que brinde su dedicación absoluta durante la aplicación de este fármaco. En la Comunidad foral, someterse a este tratamiento es posible en el centro Oxien, ubicado en el Edificio Policlínica Artica.

El oxígeno es un elemento abundante en la atmósfera y por ello, no puede ser patentado como medicamento. Como consecuencia, ninguna compañía farmacéutica puede tener interés comercial en su promoción, lo que no ha ayudado en absoluto a popularizar una terapia que reporta beneficios notables para la salud. Este hecho, sin embargo, no ha impedido la creciente curiosidad despertada hacia este tratamiento, indicado para aliviar los síntomas asociados a enfermedades neurológicas, lesiones deportivas, fibromialgia y síndrome de fatiga crónica y enfermedades vasculares periféricas, entre otras dolencias.


INICIOS DE LA OXIGENOTERAPIA

Para conocer los orígenes de la Oxigenoterapia Hiperbárica (OHB) es necesario remontarse a mediados de los años 60 del siglo pasado. Fue en Holanda donde el profesor Boerema, cirujano cardiaco, diseñó el primer quirófano hiperbárico: una enorme cámara hiperbárica en cuyo interior podía operar a niños afectados por cardiopatías congénitas. De esta manera podía parar sus corazones durante tiempos cercanos a los 30 minutos, sin que sufrieran secuelas neurológicas.

¿Cómo se explica esta hazaña? El oxígeno disuelto en el plasma es mucho más fácil de «tomar» por los tejidos que el que está unido a la hemoglobina de la sangre. La falta de oxígeno, como bien es sabido, pone en riesgo la viabilidad de los tejidos y es la causante de muchas enfermedades. Dentro de una cámara hiperbárica, por otra parte, la elevada cantidad de oxígeno que se disuelve en el plasma sanguíneo por efecto de la presión tiene unos efectos inmediatos, pero también otros a largo plazo. Así, la OHB es capaz de hacer llegar el oxígeno a los tejidos dañados y poner en marcha mecanismos de cicatrización.

Durante muchos años, y a pesar de que los efectos positivos de la oxigenoterapia estaban más que constatados, los sanitarios no encontrábamos explicaciones científicas que respaldaran los beneficios constatados. Llegados a ese punto, nos quedábamos bloqueados. Sabíamos que la OHB contribuía a la formación de radicales libres y de especies reactivas de oxígeno y nitrógeno, moléculas con una doble faceta perjudicial y beneficiosa. Pero, ¿cómo actuaban estas?

El profesor estadounidense Martin Rodbell nos daría la respuesta. En el año 1994 le otorgaron el premio Nobel de Medicina por su labor en el descubrimiento de que los radicales libres y las especies reactivas de oxígeno y nitrógeno (RONS) actuaban como «transductores de señal». Su investigación permitió entender el papel de la OHB en determinadas reacciones bioquímicas. Así pudimos conocer algunos de sus mecanismos de actuación y avanzamos en el conocimiento de cómo actuaba esta terapia.

El camino es largo y los fondos de investigación escasos, pero las investigaciones sobre células HUVEC (Human Umbilical Venous Endotelial Cells) y microarrays de ADN nos permiten demostrar a nivel de activación o supresión de determinados genes los efectos de la OHB. Y lo que es más importante, no solo obtener mejores resultados con las presiones más adecuadas, sino abrir el abanico de sus indicaciones terapéuticas. Actualmente, las universidades de Israel y Suiza están continuamente realizando estudios acerca de esta especialidad médica.

PRÁCTICA CLÍNICA OBSERVACIONAL

Oxien es el primer y único centro en Navarra avalado por la Sociedad Española de Medicina Hiperbárica (SEMH). Actualmente, sus profesionales participan en un estudio de práctica clínica observacional liderado por el Dr. Mera, cuyo objetivo es determinar las posibilidades terapéuticas que la medicina hiperbárica proporciona a pacientes post Covid-19, con y sin pauta de vacunación.

Por eso, quienes sean pacientes post Covid-19 y hayan notado que su salud se ha alterado tras haber pasado el virus pueden ponerse en contacto con el equipo de determinación, liderado por la Dra. Cristina Lozano, a través del siguiente correo electrónico: [email protected].

El centro Oxien, de Medicina Hiperbárica está compuesto por doctores hiperbaristas y técnicos camaristas. Desde el año 2017 trabajan con pacientes tanto a nivel privado como público, de la mano de un equipo multidisciplinar comprometido con la tarea de mejorar la calidad de vida del paciente.

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