Todos conocemos el agotamiento que acompaña esos días de trabajo sin límites, con jefes demandantes y sin visos de mejorar la situación. El burnout laboral es una realidad que además se ha visto agravada por la pandemia. Y, en los peores días, quizá el único consuelo es volver al hogar, ese refugio de silencio y calma donde es posible descansar…
Pero muchas personas regresan a casa para lidiar con otro trabajo a tiempo completo: criar y educar a los hijos. El esfuerzo diario que requiere, combinado con el estrés laboral y el elevado nivel de exigencia que se autoimponen las personas para ser los padres perfectos, se traduce en lo que se denomina burnout parental. Entre 600 familias españolas con hijos de 2 a 8 años, el 67 % admite que la importancia concedida a ser un buen padre o madre y el esfuerzo llega a ser agotador, según una encuesta de la app de idiomas para niños Lingokids.
«La sociedad actual impone a los padres un grado de perfección, marcado por las imágenes idílicas que vemos en la televisión y en las redes sociales, que no es fácil de conseguir. Empeñarse en ser padres perfectos termina debilitando nuestra resistencia, provocando cuadros de estrés, cansancio físico y mental que, agravados por un exceso de intensidad laboral, pueden convertirse en un problema que llegue a afectar a la relación con nuestros hijos», sostiene Rhona Anne Dick, educadora y directora de Experiencia de Aprendizaje de Lingokids.
En lo que respecta al trabajo, siete de cada diez progenitores consultados reconocen sufrir estrés en la jornada laboral (un 23 % en grado muy elevado y el 49 % por temporadas), y casi la mitad (46 %) consideran que ese estrés laboral afecta a su vida familiar y a la relación con sus hijos (el 31 % admite estar más irritable con ellos por culpa del trabajo, y el 15 % destaca la dificultad de dejar los problemas del trabajo fuera de casa).
En cuanto a los aspectos del día a día que más les preocupan como padres, con opción a seleccionar múltiples respuestas, la más elegida ha sido, precisamente, equilibrar el tiempo que dedican a trabajar y el que dedican a atender a sus hijos (46 %). Le sigue la preocupación por proporcionarles una «educación rica en valores como la igualdad, el respeto o el cuidado del medio ambiente» (32%), por que mantengan una alimentación sana y un estilo de vida saludable (31 %) y por su correcta evolución en el colegio (27 %). En cuarto lugar se sitúa la dificultad de llegar a fin de mes con los ingresos familiares, seleccionada por el 26 % de los consultados.
NI SER PADRES NI ‘SELF CARE’
La encuesta de Lingokids destaca también que ocho de cada diez padres y madres españoles se sienten culpables, en mayor o menor medida, por no dedicar a sus hijos el tiempo que deberían (para el 18 % esta sensación es constante, para el 27 %, frecuente, y para un tercio de ellos, puntual). Tan solo hay un 22 % que nunca han tenido ese sentimiento de culpabilidad, bien por entender que les dedican el tiempo adecuado (14 %) o porque, poco o mucho, entienden que no pueden hacer más de lo que hacen (8 %).
Paralelamente, en esa misma proporción (ocho de cada diez consultados) se sienten frustrados, también en mayor o menor medida, por no tener apenas tiempo para sí mismos (al 24 % le pasa cada día, al 30 % habitualmente y al 27 % de forma ocasional). El 19 % no sienten esa frustración, en unos casos porque entienden que esa falta de tiempo para uno mismo va implícita en la tarea de ser padres (12 %) y en otros porque sí suelen sacar tiempo para sus propias aficiones (7 %).
El resultado de todos estos hándicaps familiares y personales es que los progenitores se ven afectados en su día a día por sensaciones negativas que, según este estudio, sitúan en primer lugar el agotamiento mental, seleccionado por un 43 % de los consultados; le siguen el agotamiento físico (36 %), el estrés (33 %), dormir mal por las noches (20 %), la ansiedad (19 %) y el mal humor o irritabilidad (17 %).
LAS SOLUCIONES
Al consultarles sobre los aspectos que, consideran, les ayudarían a sentirse menos estresados en casa, tres de cada diez padres desean encontrar alternativas con las que sus hijos puedan entretenerse solos para que ellos pueda dedicarse a trabajar, hacer las tareas de casa o disfrutar de tiempo para sí mismos.
El resto de los aspectos reductores de estrés serían la búsqueda de más actividades que realizar fuera de casa los fines de semana (27 %), contar con ayuda externa para las tareas del hogar (26 %) o el cuidado de los niños (22 %) y tener algún tipo de ayuda para su seguimiento y refuerzo educativo (20 %).
Por último, entre las actividades individuales que los progenitores realizan para mitigar la sensación de estrés y tratar de sentirse mejor, la más elegida es salir a caminar o a correr (40 %), seguida de leer o escuchar música (35 %), ver una película o una serie de televisión (33 %) o ir al gimnasio (24 %).