La ingeniera en Tecnologías Industriales por la Universidad Pública de Navarra (UPNA) Patricia Alegría ha instalado por primera vez en el mundo generadores termoeléctricos geotérmicos sin partes móviles en el Parque Nacional de Timanfaya (Lanzarote). Su investigación, fruto de su tesis doctoral leída en la UPNA, ha demostrado la viabilidad de estos dispositivos para «aprovechar yacimientos de roca caliente seca que en la actualidad en día no se pueden explotar». El trabajo de esta investigación se enmarca en el proyecto Electrovolcan, cuyo principal objetivo es transformar el calor de origen volcánico directamente en electricidad.
Según informó este jueves la UPNA, los generadores termoeléctricos «están funcionando a la perfección, lo que resulta un hito en la generación termoeléctrica». «Estos dispositivos, al no tener partes móviles, requieren muy poco mantenimiento y minimizan el impacto ambiental debido a la ausencia de ruidos y vibraciones. Además, permiten el autoconsumo, algo que no es posible en plantas geotérmicas convencionales», explicaron desde la institución educativa.
La termoelectricidad se ha identificado como una de las «tecnologías clave» para aprovechar el potencial geotérmico.
La tesis doctoral de Alegría, que obtuvo la calificación de sobresaliente cum laude, fue dirigida por el catedrático David Astrain y la profesora Leyre Catalán, ambos docentes del Departamento de Ingeniería de la Universidad Pública de Navarra. Una labor por la que la investigadora ha recibido ocho premios, otorgados por diferentes entidades como la European Thermoelectric Society, el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Navarra (CEIN), Banco Santander, la UPNA y Caja Rural de Navarra.
«Los dispositivos permiten generar electricidad de forma respetuosa con el medio ambiente y mejorar la implantación de energías renovables como la geotermia. Tras un profundo desarrollo experimental, se han instalado dos de estos generadores en el Parque Nacional de Timanfaya, donde a pocos metros de profundidad del suelo pueden encontrarse temperaturas de hasta 500 grados», precisó Alegría. Los generadores termoeléctricos llevan en funcionamiento ininterrumpido entre agosto de 2020 y junio de 2021, y generan una energía eléctrica de 560 kWh al año.
POTENCIAL DE LA TECNOLOGÍA
En ese contexto, esta investigadora indica que la termoelectricidad se ha identificado como una de las «tecnologías clave» para aprovechar el potencial geotérmico, ya que «los generadores termoeléctricos tienen grandes ventajas como la robustez y fiabilidad, su escalabilidad y su facilidad de instalación causando un mínimo impacto ambiental». Por ello, se han desarrollado por primera vez estos generadores sin partes móviles «para aprovechar las anomalías geotérmicas disponibles en Lanzarote de manera sostenible y rentable para altas y bajas potencias, de forma que es una tecnología totalmente escalable».
A raíz de la investigación y los buenos resultados obtenidos en estos años, tanto el Gobierno de Canarias como el Ayuntamiento de Lanzarote mostraron interés por convertir el Parque Nacional de Timanfaya en un lugar autosuficiente en términos de energía eléctrica. En ese sentido, el informe ‘Estrategia de la Geotermia en Canarias’ elaborado por el Ejecutivo canario identificó esta tecnología eléctrica como «la única opción viable para aprovechar la geotermia de alta entalpía en Lanzarote».
SOBRE LA INVESTIGADORA
Tras cursar el Grado en Ingeniería Industrial en la UPNA, Alegría realizó el máster en Ingeniería Industrial y ahora el doctorado en la misma institución. En la actualidad trabaja en el proyecto de investigación Geoteg, relacionado con el desarrollo de su tesis doctoral, e imparte clases en la UPNA.
Compagina su trabajo con la impartición de charlas y talleres divulgativos en centros escolares e institutos. «Una iniciativa que me permite mostrar la investigación que hacemos y dar visibilidad al trabajo de las mujeres en el ámbito científico-tecnológico», resaltó. Como resultado de su investigación, asimismo, ha publicado artículos científicos en revistas especializadas de impacto, ha participado con contribuciones en «más de una quincena de congresos» y ha trabajado como investigadora en diversos proyectos con financiación pública.
