sábado, 20 abril 2024

Presupuestos en beneficio de todos

El autor reflexiona sobre los procesos que se han seguido para la elaboración y aprobación de los Presupuestos de Navarra y del Estado. En este sentido, concluye que, debido a la falta de recursos, habría que analizar con detalle el destino de cada euro público para asegurar que llegue a quien más lo necesite.


Pamplona - 11 enero, 2021 - 07:00

Francisco Esparza.

Francisco Esparza.

Estos días se habla mucho de los Presupuestos. Navarra y el Estado aprobaron recientemente sus cuentas para el próximo ejercicio. Y eso, a priori, es positivo. En una primera lectura, es mejor trabajar con unos números adaptados a la realidad que encajar «a martillazos» cifras pasadas que nada tienen que ver con el panorama que nos ha dejado el Covid-19. Ahora bien, inevitablemente preocupa cómo se ha desarrollado el proceso de discusión, elaboración y debate de los Presupuestos con un tinte más electoral y de contentar opciones de partido que de medir la realidad. Esto poco se parece a una gestión presupuestaria responsable, tal y como sucede en el caso de las empresas.

Los presupuestos nacen de adecuar los gastos a los ingresos que se prevén obtener. La primera discusión, y más incierta, es fijar esos ingresos con los que sostener o crear empleo, inversión, cuidar el entorno y remunerar el capital invertido. Si el mercado cambia y baja de forma inesperada la entrada de recursos, lo normal es reducir proporcionalmente la salida para evitar un déficit que aboca a la ruina.

El Covid-19 no solo ha alterado de forma sustancial ese flujo sino que, además, ha impuesto una serie de restricciones de larga duración que afectan a lo que debería entenderse como una actividad económica normalizada a corto y medio plazo, como poco. En ese sentido, y ante la incertidumbre general, los Presupuestos se han solucionado con subidas de impuestos para cubrir unos gastos al alza. ¿Es creíble, con una actividad económica aún dañada, incrementar los ingresos por la vía más de impuestos, a pesar del deterioro que el coronavirus ha traído a las rentas y al mercado? Me suena a decir en la empresa que voy a vender mi producto más caro para ganar más por unidad, todo ello sin aportar nada al producto que lo valorice más.

Por otro lado, extraña que ante ese contexto apenas se analice la oportunidad del gasto en determinados apartados. ¿Es adecuado todo el gasto planificado? Cuesta creer que sí, y preocupa que el déficit se pueda disparar aún más. En efecto, son muchos los damnificados por la pandemia, entre ellos sectores económicos tan importantes como el hostelero, el turístico o el cultural. Por ello, debido a la falta de recursos, habría que analizar con detalle el destino de cada euro público para asegurar que llegue a quien más lo necesite y, ahí, incluyo el respaldo a quienes pueden generar riqueza cuando esta crisis sanitaria se controle.

«El Covid-19 ha impuesto una serie de restricciones de larga duración, que afectan a lo que debería entenderse como una actividad económica normalizada».

Los representantes públicos deben crear un entorno adecuado para que las empresas y las personas puedan vivir y buscar su propio desarrollo. En el caso de la Comunidad foral, por ejemplo, los cambios fiscales de los últimos años, los más recientes y otros que se atisban en el horizonte van siempre a la contra de favorecer inversiones y ser esa comunidad atractiva para inversores que fuimos. Nuestra autonomía fiscal bien usada es una ventaja competitiva, pero también puede ser lo contrario: más impuestos sobre la renta, más impuestos al ahorro, más impuestos por patrimonio, más impuestos por herencia o donación.

Como navarro y presidente de una asociación de empresas familiares, me preocupa que familias empresarias o personas físicas con un patrimonio o rentas elevadas hayan decidido irse de Navarra con la merma de ingresos por sus impuestos a la Comunidad foral. Siento que estamos perdiendo posiciones de competitividad dentro del Estado y, con ello, inversiones que nos permitirían contar con esos ingresos recurrentes.

«Como navarro y presidente de una asociación de empresas familiares, me preocupa que familias empresarias o personas físicas con un patrimonio o rentas elevadas hayan decidido irse de Navarra».

Por supuesto que pagar impuestos es una obligación que debemos asumir para sostener el Estado y sus servicios. Sin embargo, una excesiva carga impositiva, como la que se propone en los proyectos que acaban se acaban de aprobar para Navarra y España, desincentiva al tejido productivo y nos hace menos competitivos. Además, frente a la pérdida de ingresos recurrentes, veo el efecto contrario en los gastos con partidas que pueden generar dependencia en sectores de la población o que se destinan simplemente a asegurarse votos en las cámaras legislativas. Decisiones que han permitido encontrar mayorías legítimas, pero como ciudadano no he sentido que algunos de los temas que he apuntado hayan sido objeto de un debate público, sereno y en profundidad. Una oportunidad perdida para aprovechar la coyuntura y preparar el futuro.

El anuncio y posterior inicio del proceso de vacunación ha supuesto un primer revulsivo en nuestro deseo de dejar atrás cuanto antes la excepcionalidad vivida en 2020. Confiemos en que en esta nueva etapa se busquen nuevas alianzas y pactos. Que se confeccionen nuevas mayorías sólidas, pactos de Estado cuyo eje de actuación no es gobernar en función de los réditos que se puedan obtener, sino administrar en beneficio de todos.

Francisco Esparza
Presidente de ADEFAN

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