«Bares… qué lugares!!! No hay como el calor del amor en un bar…». Ya lo decía Gabinete Caligari, y si has tarareado la canción mientras lo leías, seguro que lo recuerdas. Hasta no hace mucho, uno salía por ahí a ligar. Los fines de semana se quedaba con los amigos o las amigas y se acudía a bares y discotecas a conocer gente nueva, a ‘fichar’ al chico o chica que te gustaba y se daba comienzo a la ceremonia de seducción.. ¿cómo te llamas?, ¿estudias o trabajas?, ¿quieres un copa?, ¿tienes fuego? o ¿un cigarrito? (cuando todavía se podía fumar en los recintos cerrados)…
Si el tema iba bien, cerrar el encuentro con un intercambio de números de teléfono era lo más…. y sí, reconozcámoslo, muchos de vosotros habréis dado vuestro número fijo de casa porque, por aquel entonces, quizá hace ya 20 años, los móviles no eran un bien tan común… 
El tema ha cambiado, y mucho. Uno puede ligar mientras está en el autobús, en la sala de espera del médico o incluso… en el baño. Con ese dispositivo que nos abre las puertas al mundo, el móvil, podemos indicar nuestros gustos y preferencias y un estupendo algoritmo hará el resto. Deslizando el dedo entre múltiples caras y perfiles, escogeremos el que más nos convenga… y cita cerrada!!!! Sin miedo a que nos digan no… sin riesgo a que nos manden a paseo y hacer el ridículo… uno ya puede ir a quedar con alguien ‘ligado’ desde casa. ¿Dónde han quedado los bares?
Según un reciente estudio, un informe de la Federación Española de Hostelería ratifica que en 2008 había en nuestro país 201.941 bares y a cierre de 2018 un total de 183.306, lo que suponen 18.635 bares menos. Si en 2008 hubo una producción de 42.365 millones de euros, en 2017 (últimos datos que nos facilitan), bajó hasta los 39.094. Desde la Federación de Hostelería no relacionan esta caída con el impacto de las citas online sino «con el exceso de oferta que ha habido siempre, al traslado de la población de los pueblos y ciudades pequeñas a las más grandes, y a la transformación en otro tipo de concepto de locales que no se incluye en la categoría de bares». 
No obstante, el cambio en los hábitos y costumbres de la sociedad afecta sin duda al consumo en general, algo que afirman desde la Asociación de Hostelería de Navarra quienes indican que la gente «ya no sale tanto de casa» y que las personas de entre 35 y 50 años sale más a tomar pinchos o de cena que a ir de bares. Los más jóvenes por ejemplo, deciden mayoritariamente hacer botellón o quedar en bajeras que ir de rondas por los bares y cada vez más, pedimos vía online la comida o el aperitivo para que nos lo lleven a casa y consumirlo al calor del hogar.
Si salimos de nuestras fronteras, y nos vamos a Reino Unido, un estudio de la Universidad de Londres, indica que los bares con clientela gay, han sido los más perjudicados por las citas online. Por ejemplo,en 2006 había en la capital británica 125 locales LGBT. Hoy quedan 56.
Lo que está claro, es que las costumbres varían mucho entre países y entre ciudades grandes y pequeñas. En estas, las citas online todavía son algo emergente, la gente se conoce más entre unos y otros y todavía no es la principal causa de cierre de bares. Pero si nos vamos a urbes más pobladas, recurrir a estas aplicaciones para ligar, se está convirtiendo en algo más habitual. 
En España todavía tenemos muy metido en nuestro ADN el salir de pinchos o de tapitas pero, ¿repercutirá en próximos años, esta nueva moda en el consumo nocturno?.
Sean o no las citas online la causa principal de que se estén cerrando bares en España, la realidad es que es una práctica en auge y que de una u otra forma, seguirá afectando al consumo. Ahí habrá que estudiar si se tienen que tomar ideas alternativas de ocio o replantearse la oferta.
Y es que… para acabar también con Gabinete Caligari… en este caso, la culpa no fue del cha-cha-chá… sino de las APPS para ligar… 
