Como todos los episodios bélicos del pasado, el acontecido en el año 778 en Roncesvalles tiene dos versiones: la de los derrotados, que recurre a la épica para ensalzar a sus héroes caídos en la ‘Chanson de Roland’; y la de los vencedores, que habla de la lucha, no menos épica, de un pueblo para defender su territorio frente al más poderoso ejército de la época. En definitiva, nuestra aportación a ese germen de Europa unida no es que fuera nula, es que lo rechazamos a pedrada limpia en una emboscada.
Ahora tenemos una magnífica oportunidad para reconciliarnos con la figura de Carlomagno y, al mismo tiempo, dar a conocer una faceta más amable de nuestra forma de ser a través de la Vía Carlomagno o Ruta Carolingia, una iniciativa certificada en 2018 como ‘Itinerario cultural’ por el Consejo de Europa, dirigida a consolidar las raíces culturales comunes y concebida como un instrumento para fortalecer los lazos que unen los pueblos y las ciudades europeas.
Sigue los pasos del padre de Europa por los diferentes países que incluyó el Sacro Imperio -desde Roma, pasando por Lombardía, Suiza, Estrasburgo, la Alemania del Rhin, norte de Alemania y Aquisgrán-, a través de una diversidad de rutas y trazados que propician visitas y actividades relacionadas con hitos históricos, culturales y religiosos del reinado de Carlomagno. No se trata de un recorrido de peregrinación como el Camino de Santiago, aunque sí se inspira en su carácter internacional y en el hecho de que ambas ofrecen un rico patrimonio monumental. Sus promotores buscan, también, emular el éxito de la Ruta Jacobea, plasmado en los cientos de miles de personas de todas las nacionalidades que la recorren cada año.
Ahora mismo forman parte de la Vía Carlomagno España, como país, y la Comunidad Autónoma de Asturias. Otros países adheridos son Francia, Bélgica, Italia, Irlanda, Luxemburgo y Suiza. Recientemente fue presentada en Pamplona, en un acto en el que participó Noël Orsat, director del itinerario Vía Carlomagno. El objetivo del Movimiento Europeo de Navarra, organizador del evento, era promocionarlo y lograr la adhesión al itinerario tanto de Navarra como de las localidades de la Comunidad foral que lo consideren conveniente.
Navarra puede aportar lugares, hechos históricos y también leyendas protagonizadas por Carlomagno, destacando la batalla de Roncesvalles. El emperador regresaba con su ejército, siguiendo la calzada romana que unía Pompaelo con Caesaraugusta, tras la campaña para extender sus dominios hasta el Ebro.
Al pasar por Pamplona camino de Francia las tropas de Carlomagno derribaron las murallas de la ciudad que había ordenado construir Pompeyo. Realidad y leyenda se mezclan, porque los soldados que participaron en el asedio observaron que las murallas se caían solas por la intercesión de Santiago Apóstol.
En Roncesvalles, la retaguardia del ejército, comandada por Roldán, sobrino de Carlomagno, fue aniquilada por los vascones en una emboscada que tuvo lugar, se supone, el 15 de agosto del 778. Roldán hizo sonar su cuerno u olifante para pedir auxilio tras haber sido herido mortalmente. Y Carlomagno oyó su llamada mientras jugaba al ajedrez en Valcarlos. Un mito quizás inspirado en el llamado Ajedrez de Carlomagno que puede contemplarse en el museo de la Colegiata y que, en realidad, es un relicario realizado en Montpellier, posiblemente a mediados del siglo XIV, cientos de años después de que muriera el emperador.
Al norte de Roncesvalles, en el alto de Ibañeta, Carlomagno se arrodilló y rezó con fervor mirando hacia Santiago de Compostela. También está allí la roca que Roldán intentó partir con su espada Durandarte. En el camino hacia Burguete se encuentra un bosque llamado Sorginaritzaga -o robledal de las brujas- y a su entrada está la Cruz de Roldán, que tampoco tiene mucho que ver con el guerrero. La iglesia colocó una cruz de piedra blanca para exorcizar el bosque, utilizado por las brujas para practicar sus ritos mágicos. La cruz fue sustituida por un crucero que destruyeron los franceses en el siglo XVIII, que es el que puede verse actualmente tras haber sido reconstruido.
Además, cuando el camino comienza su ascenso hacia el alto de Erro, hay una piedra conocida como el Paso de Roldán, que la leyenda dice que muestra el tamaño de la zancada del personaje.
Son innumerables los hechos y mitos, historias y fantasías en torno a la figura de Carlomagno que, como los existentes en Navarra, jalonan los territorios que estuvieron bajo su dominio. Conocerlos es una perfecta excusa para viajar por Europa.