Ambos exministros de Industria visitaron ayer Pamplona para participar en un encuentro con empresarios patrocinado por Grupo Vodafone, Cajamar y Crédito y Caución. En esta cita, que tuvo lugar en el Hotel Tres Reyes, los ponentes plantearon algunos de los retos a los que se enfrentará en el futuro la industria, tanto española como navarra, si quiere estar a la altura de la de otros países europeos.
“Voy a empezar hablando del entorno internacional porque, en el fondo, todo lo que nos pasa está muy influenciado por él”, anunciaba al comienzo de su intervención Sebastián, ministro de Industria, Turismo y Comercio en el periodo de 2008 a 2011 y director de la Oficina Económica del presidente del Gobierno de 2004 a 2006. Adelantaba así la importancia de fijar la vista en la industria mundial para prever el camino que seguirá en los próximos años la nacional y local. “Hoy vivimos en un mundo cuya economía crece mucho, pero este mundo no es el nuestro”, lamentaba mientras explicaba que “nuestro mundo es Europa y la Zona Euro crece poco”. Dentro de esta zona “todavía lo tenemos más complicado porque los países del sur encuentran más problemas”. “En de este contexto, creo que Europa se tiene que poner las pilas si quiere mantener el peso que tiene en la economía mundial”, sentenciaba durante su intervención e insistía en la idea de “crear unos verdaderos Estados Unidos de Europa”, para que en el año 2030 Europa no represente sólo el 5% de la economía mundial, “que es lo que pesan Portugal, Italia, Grecia y España en la actualidad”.
De la Serna: “La industria del automóvil está basada en piezas, maquinaria y plásticos. Todo eso tiene un futuro discutible”.
De la Serna, ministro de Fomento desde noviembre de 2016 hasta junio de 2018, abordó la necesidad de tomar como referencia el mercado internacional focalizando su ejemplo en una industria con gran arraigo dentro del territorio navarro, la automovilística. “Estoy muy preocupado porque veo que va a desaparecer en los próximos 30 años”, se atrevía a vaticinar. “Al final, es la industria lo que hace a un país más o menos competitivo”, explicaba mientras alertaba de que, en el caso de Navarra, esa industria corre el riesgo de “quedarse anticuada”. “La industria del automóvil está basada en piezas, maquinaria y plásticos. Todo eso tiene un futuro discutible”, reflexionaba y advertía de que “el sector ocupa el segundo puesto en generación de empleo y renta a escala nacional”. “Incluso si quisiéramos defender el automóvil tradicional, solo podríamos proteger una mínima parte de la industria”, afirmaba. Este fracaso de unas supuestas medidas proteccionistas se debería a que “si miramos los datos de Volkswagen Navarra, o cualquier empresa española, el 90% de lo que producimos lo exportamos”. Un porcentaje del que se adivina que sólo se podría llega a proteger el 10% de toda la producción. “En la medida que el resto de países europeos cambien el modelo, o España se suma a esa transformación de la industria o se queda atrás”, planteaba.
LA DIGITALIZACIÓN Y LAS ENERGÍAS, SECTORES DEL FUTURO
Con la vista puesta en ese contexto internacional, la industria española, y por tanto también la navarra, se enfrentará en las próximas décadas a nuevos retos. De su forma de afrontarlos dependerá, en parte, el peso que tendrá el país dentro de la economía mundial. “Lo primero que tenemos que hacer es prestar atención a esos mercados de fuera que están creciendo, pero también tenemos que aprender a vender fuera a través de las nuevas tecnologías”, señalaba Sebastián a uno de los primeros retos a los que habrá que hacer frente. Además, hacía hincapié en la necesidad de poner el foco en los sectores con potencial de crecimiento más alto. “Creo que España tiene una gran oportunidad para desarrollarlos”, destacaba con optimismo haciendo referencia a la digitalización o las energías renovables. Reconocía que tuvo la oportunidad de “protagonizar demasiado pronto un impulso de las energías renovables”, pero puntualizaba que “ahora sí que es el momento de impulsar la energía fotovoltaica y eólica marina”. Otra de las tendencias que auguraba es la de la movilidad eléctrica. “El coche eléctrico va a ser nuestra única vía para cumplir los compromisos medioambientales”, advertía.
Miguel Sebastián hizo hincapié en la necesidad de poner el foco en los sectores con potencial de crecimiento más alto.
“Las infraestructuras constituyen otra de las palancas de crecimiento económico”, remarcó de la Serna durante su intervención mientras añadía que son “una pieza clave para mejorar la competitividad de una región”. “Tenemos algunos retos, muy importantes, que afectan a las empresas y que tienen relación directa con las infraestructuras”, adelantaba y reconocía que “quizá el ferrocarril es uno de los desafíos más relevantes”. Resaltando la importancia de apostar por la alta velocidad al mismo tiempo que se trabaja sobre la red de cercanías, señaló la importancia de fomentar el transporte de mercancías porque “seguimos estando en un ratio muy por debajo de la media europea”. “En España las mercancías que se desplazan en tren no llega al 5%”, matizaba. Pero lo que revolucionará ennull los próximos años la industria del ferrocarril es “el escenario de 2020 de la liberalización del transporte de viajeros”. “Ese es quizá el reto más apasionante, aunque no tengo la seguridad de que vayamos a estar a la altura de otros países que ya están en condiciones de poder operar en nuestro país”, reconocía.