Gran amante de la moda, Sorolla es el cronista perfecto de los cambios en las tendencias y estilo de la indumentaria de finales del siglo XIX y principios del XX. Sus cuadros reúnen un evocador catálogo de vestidos, joyas y complementos realizados con su trazo suelto y vigoroso.
El interés del genial pintor por la moda queda patente, además, en la documentación disponible como fotografías, bocetos o cartas con continuas referencias a diferentes aspectos del vestir. En ese sentido, los referentes sociales de Sorolla (nacido en el seno de una familia humilde dedicada a la venta de tejidos) y Clotilde García del Castillo (nacida en un entorno burgués y acomodado, fruto de la situación social alcanzada por la fama de su padre, el fotógrafo Antonio Gacía Peris), son decisivos apra valorar la evolución e importancia que adquieren la imagen en el entorno de la familia de Sorolla. Es más, se establece un claro paralelismo entre su ascenso social y económico y su interés por la moda y la indumentaria.
A este respecto, su actividad como retratista de sociedad no fue lo único que le hizo dirigir la mirada hacia la vestimenta, sino también su afán observador y su genuino interés por todo lo que le rodeaba. Ahí, su figura se asocia a la imagen de modernidad establecida por Baudelaire en ‘El Pintor de la vida moderna’.
Es por ello que la retrospectiva conjunta que nos proponen el Thyssen y el Museo Sorolla hasta el 27 de mayo se centra particularmente en los retratos femeninos pintados por el artista entre 1890 y 1920 que, según explica el comisario de la muestra, Eloy Martínez de la Pera, se han colocado ‘para que dialoguen’ con vestidos y complementos de finales del siglo XIX y principios del XX.
Asimismo, la otra gran característica de esta exposición tiene que ver con las cuatro secciones en las que se divide.
- SOROLLA ÍNTIMO
El primer capítulo, dedicado al ámbito familiar del pintor, muestra diferentes aspectos de su vida cotidiana, como las cartas que envía a su mujer desde París en las que le comunica novedades en la moda y la compra de vestidos que realiza allí para ella y sus hijas, así como las obras que dedica a su familia, sobre todo a su mujer y musa.
Es el caso de ‘Clotilde con traje negro’ (1906), que procede del Metropolitan Museum of Art de Nueva York que se expone junto a un traje de 1900 del Musée des Arts Décoratifs de París o; ‘Clotilde vestida de blanco’ (1902) de la Hispanic Society of America a la que acompaña un vestido de ceremonia de 1907 de la colección de Ana González-Moro.
- EL RETRATO DE SOCIEDAD
Sorolla recibe numerosos encargos para retratar a personajes de la alta sociedad de su época, describiendo y descubriendo en ellos el alma de una élite y su deseo de reconocimiento.
Algunos de los retratos y vestidos incluidos en esta sección se hacen eco de las últimas tendencias en el vestir, mientras que otros, más clásicos, reflejan una moda que dirige su mirada hacia el pasado. Es el caso de ‘La Reina Victoria Eugenia’ (1911) de la Hispanic Society of America que incluye un vestido de baile de Charles F. Worth (hacia 1896) de la colección Francisco Zambrana o; también, el ‘Retrato de María Lorente’ de 1905 que, procedente de una colección privada, está acompañado por un traje de novia de 1907 propiedad de Antonia Montesinos y que forma parte de la colección del Museo del Traje de Madrid.
- EL VERANEO ELEGANTE
En la segunda mitad del siglo XIX se descubren los efectos terapéuticos de los baños de mar. Zarautz, Santander, San Sebastián, la Costa Brava o las playas de Levante emipezan a ser populares entre os primeros veraneantes españoles.
La moda está también presente en estos escenarios y Sorolla, testigo destacado de ella, lo refleja magistralmente en retratos realizados junto al mar como ‘Clotilde en la playa’ (1904), del Museo Sorolla, expuesto junto a un vestido de día (1904-1908) del Victoria and Albert Museum de Londres o ‘Bajo el toldo, Zarautz’, de 1910, del Saint Louis Art Museum y al que acompaña una blusa blanca y falda de hacia 1900 del Centre de Documentació i Museu Téxtil de Terrassa.
- PARÍS Y LA VIDA MODERNA
El concepto de «vida moderna» surge a mediados del siglo XIX e impregna las nuevas costumbres de ocio: los cafés, los paseos urbanos, el teatro, la ópera, … Todos ellos son lugares que llaman la atención de Sorolla en sus frecuentes viajes a París. Allí conoce de primera mano, además, las novedades que se producen en la alta costura y que le sirven de inspiración a la hora de realizar sus retratos.
Con una creación de Fortuny, el mítico vestido Delphos, retrata a su hija en ‘Elena con túnica amarilla’ (1909), de una colección privada. También de Fortuny es la blusa de tafetán plisado en seda azul con la que aparece Clotilde en una miniatura en gouache de la pintora norteamericana Martha Susan Baker (1897-1911), ambas piezas del Museo Sorolla y expuestas en este apartado.
Cabe añadir, por último, que en el caso del Museo Sorolla, la exposición se adapta a sus espacios, muy marcados por su condición de casa y por haber conservado casi intacto su ambiente original y todo su mobiliario. Por eso, el visitante podrá apreciar espacios monográficos dedicados, por ejemplo, a la moda, la sociedad, la familia y el diseñador Mariano Fortuy y Madrazo, quien hizo furor entre los más modernas y avanzadas mujeres de su época por sus diseños.