Hay una máxima en el mundo de los directivos, bien sean de empresas familiares o no, y esa es que la autoridad no la otorga nadie, se gana cada día en el desempeño.
En el mundo de la empresa familiar, la elección de la sucesión en el liderazgo siempre es una decisión crítica. El acierto puede suponer la continuidad de la empresa y el desacierto su cierre. No por ser de la familia se es la persona adecuada. Es imprescindible tener las virtudes que este liderazgo requiere, no solo conocimiento, sino creer en el proyecto, valorar el pasado -el camino recorrido del que siempre se aprende-, asumir la cultura de la empresa y aportar fuerza con la gestión y la actitud.
Además, en el momento de la sucesión los equipos deben de ser los primeros en apostar por el líder. No son pocas las empresas familiares que, ante la falta de un líder adecuado, optan por un ejecutivo externo, ubicando a la familia en el consejo. En muchas ocasiones, esta decisión dura es clave para el éxito futuro.
El líder debe dar confianza, escuchar y admitir contradicciones de sus equipos, tomar decisiones uniendo en ellas criterios no solo económicos sino coherentes con la política de la empresa y su historia. El líder debe ser positivo, actuar, mirar de frente y decidir los cambios y adaptaciones que el mercado y la situación imponen.
Con un buen liderazgo, con un buen equipo, las empresas familiares van a salir de esta situación de crisis mundial provocada por la pandemia. Las empresas familiares hemos demostrado nuestra capacidad de resistencia, de adaptación, de sostenimiento del empleo y de generación de impuestos y riqueza. Y aquí estamos y vamos a estar.
“No es momento de hacer política ahora, es momento de guiar el barco para seguir a flote y recuperar el rumbo”.
Lo que más inquieta a la empresa y a cualquier directivo es la incertidumbre. Cierto es que lo que nos ocurre es nuevo e inesperado, pero siendo así necesitamos que quien nos guía lo haga de manera creíble.
No es momento de hacer política ahora, es momento de guiar el barco para seguir a flote y recuperar el rumbo. Demasiada prensa, demasiado rumor, excesiva improvisación, muchos gestos controvertidos, demasiados Boletín Oficial del Estado largos y a deshoras, que nos despistan de la gestión y generan intranquilidad. Ahora más que nunca, los empresarios y sus directivos deben tener la cabeza centrada en su trabajo y conocer lo mejor posible el entorno legal en el que se desenvuelven.
“Necesitamos al frente de España a los mejores gestores”.
Las empresas familiares, a través de ADEFAN, nos hemos puesto a disposición del Gobierno de Navarra, y específicamente de su presidenta, para trabajar juntos, ofreciendo nuestra experiencia y nuestro saber hacer para salir adelante. La colaboración entre la Administración, las empresas y los agentes sociales es básica, aportando ideas y tratándolas en un entorno común. No es momento de hacer política, sino de gestionar y utilizar con el máximo rigor los recursos económicos y legislativos del Estado. Además, los recursos económicos no llueven del cielo, son fruto de la recaudación de impuestos. Por eso, cuando el gasto supera a los ingresos se incrementan el déficit y la deuda, con lo que ello puede suponer en el futuro.
Necesitamos al frente de España a los mejores gestores, que ofrezcan confianza al ciudadano y su respaldo claro para salir de una emergencia sanitaria que amenaza en convertirse en una grave crisis económica de efectos incalculables. Apoyar a la empresa como generadora de empleo es básico; confiar en sus gestores como colaboradores necesarios en el mantenimiento de las pautas de salud, como se ha demostrado durante el estado de alarma, es de sentido común. La frase de juntos y unidos saldremos atañe a todos, de abajo a arriba y de arriba abajo.
Francisco Esparza
Presidente de ADEFAN