Septiembre es sinónimo de vuelta a la rutina, los libros y las aulas. Pero, aunque sea una cita cíclica en el calendario de todas las generaciones, la experiencia de volver resulta ardua, especialmente para los más pequeños. Cuando el calendario agota sus días y los niños se vuelven más ansiosos, ¿cómo afrontar la vuelta al cole?
Es en este punto donde el conocimiento médico puede servir para mejorar este proceso de adaptación en las niñas y los niños que volverán a las aulas. En esta línea, el doctor José Manuel Moreno, director del Departamento de Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra, sintetiza tres recomendaciones claves para lograr una vuelta al cole saludable a la par de ilusionante.
En primer lugar, el médico aconseja hacer hincapié en los aspectos positivos del nuevo curso. “Destaca la oportunidad de inculcar en los hijos la idea de que estrenar algo siempre es ilusionante, que aprenderán cosas nuevas, que vivirán retos distintos e interesantes… Pero eso sirve de poco si nos ven a los padres quejarnos de la vuelta al trabajo o de lo cortas que han sido las vacaciones”, subraya. Algunas maneras de concretar de no pasar de cero a cien en el minuto uno son la puesta a punto del material escolar o contactar de nuevo con los amigos.
Sobre el sueño, Moreno anima a los padres a establecer un tiempo suficiente y una higiene que permita que los más pequeños duerman bien. En este sentido, recuerda que los niños de entre 3 y 5 años “deben dormir entre diez y trece horas al día, incluyendo las siestas”. Por su parte, los menores de 6 a 12 años deben dormir “entre nueve y doce horas”. Para lograr que se queden dormidos, es clave la preparación previa al sueño: actividades tranquilas, bajar el volumen de los ruidos en casa y la intensidad de la luz… “Por eso, entre otras razones, se leen cuentos antes de que los niños se vayan a dormir”, añade el doctor.
Por último, el director de Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra considera que más importante que identificar lo que debemos comer es cómo y con quién comemos. “Hoy, muchos niños saben que unos alimentos son más sanos que otros, pero lo definitivo es que aprecien la coherencia sobre esas directrices en el menú de casa. Por eso planteamos a las familias compartir la mesa para comer o cenar al menos cinco veces por semana”, incide. Por supuesto, la televisión y los dispositivos móviles “no están invitados a estos encuentros familiares”.
MÁS LÍMITES A LAS PANTALLAS
El verano invita a ser más indulgentes con el uso de las pantallas como un entretenimiento más para los hijos. “Ahora es el momento de retomar las riendas”, destaca Moreno, quien recuerda que los niños de entre 2 y 5 años no deben dedicar más de una hora y media al día -tres, durante los fines de semana- a actividades de ocio delante de cualquier tipo de pantalla. Asimismo, aconseja que en mayores de 6 años se fomenten en casa los hábitos saludables en el consumo de pantallas “que establezcan límites máximos de dos horas al día”.
De hecho, cada vez hay más evidencias sobres las consecuencias del uso indiscriminado de las pantallas a lo largo de la infancia relacionados con las dificultades de aprendizaje, el aislamiento social o los problemas de conducta. En este sentido, una publicación de la revista JAMA Pediatrics en su edición de agosto analizó la influencia de la exposición a las pantallas en el primer año de vida
“Los resultados de este estudio no dejan de sorprender. A mayor tiempo de exposición a las pantallas en menores de 1 año, pueden hasta triplicarse las posibilidades de retraso en el desarrollo a los 2 y a los 4 años, especialmente en habilidades de comunicación y en capacidad para resolución de problemas”, explica el médico de la CUN.