La Unión de Cooperativas Agroalimentarias de Navarra (UCAN) celebró este viernes su Asamblea General. En ella, se abordó la necesidad de que la Unión Europea implante las cláusulas espejo en el comercio con países de fuera de ella para que las normativas sanitarias, de seguridad y ambientales que cumplen los agricultores y ganaderos de España “también sean exigidas en los productos que se importen”. Así lo defendió su presidenta Esther Burgui, quien además pidió que la agricultura y la ganadería cuenten con su propia Vicepresidencia Ejecutiva en la Comisión Europea.
La Asamblea General de UCAN, que representa a las cooperativas agroalimentarias de Navarra, tuvo lugar en el Hotel Tres Reyes de Pamplona y contó con la participación José Mari Aierdi, consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, quien procedió a la clausura. Además, tomaron parte representantes de Cooperativas Agroalimentarias de España.
Sobre las cláusulas espejo, Burgui indicó que su colectivo comprende las dificultades diplomáticas de su aplicación, pero incidió en que “la agricultura y la ganadería no pueden ser una simple moneda de cambio en las negociaciones con terceros países”. Y respecto a la necesidad de una Vicepresidencia Ejecutiva de agricultura y ganadería en la Comisión Europea, explicó que “no tiene sentido que cambios tan drásticos como se nos exigen y decisiones con tanto nivel de complejidad técnica dependan de personas cuyas prioridades están totalmente alejadas de la realidad de nuestro sector”.
Además, se abordaron las recientes movilizaciones, con un mensaje claro: “UCAN va a seguir escuchando, dialogando, presentando propuestas y negociando con firmeza en defensa del sector agroganadero, las cooperativas y las y los agricultores y ganaderos”.
LA DIVERSIDAD
En su intervención, la presidenta de UCAN destacó la importancia de la diversidad que caracteriza a su colectivo. “Las cooperativas estamos compuestas por personas muy diversas, cada una con distintas trayectorias vitales y formas de pensar que merecen ser escuchadas. No pretendemos ser iguales, ni estar de acuerdo en todo, pero si trabajar unidas por lo que compartimos”, apuntó. “Lo que tenemos en común es que somos agricultoras y agricultores, ganaderos y ganaderas y queremos seguir siéndolo”, agregó acto seguido.
En este sentido, dejó claro que comparten “la preocupación por un sector ahogado entre normativas, rigidez y burocracia”, así como “la desesperación” cuando no se tiene en cuenta su “experiencia profesional sobre el terreno”.
De ahí que desde UCAN se esté incrementando la presencia en el territorio y apostando por runa mayor actividad institucional, asistencia técnica y divulgación, que cifró en un incremento del 40 %. Así, en 2023 realizó 238 acciones institucionales, reuniones y encuentros y presentó 28 propuestas y proyectos, además de realizar más de 120 actuaciones y materiales de divulgación y formativos.
En paralelo, atendió a sus cooperativas en cuestiones técnicas e implementó seis iniciativas mejora de la gestión en cooperativas través de planes estratégicos, monetización del valor social y proyectos demostrativos, entre otros. Por último, presentó el corto documental Agrosostenibles, en el que personas que forman parte de cooperativas aportan sus testimonios sobre la sostenibilidad social, medioambiental y económica y cómo se traduce en su entorno.
PONER EN VALOR LA COOPERATIVA
La Asamblea contó igualmente con la participación de Cristina Garrido, del Gabinete de Dirección en Cooperativas Agroalimentarias de España, quien presentó la marca colectiva Producto Cooperativo. Este nuevo label nace para que las y los consumidores puedan reconocer los productos de las cooperativas, a través de “los valores y principios diferenciales que defienden el cooperativismo y su contribución a la sostenibilidad.
“Hablamos con ello del impacto que generan las cooperativas en sus territorios, como empresas conformadas por agricultores y ganaderos que unidos tratan de llevar sus productos de manera directa al consumidor, comprometidos con su entorno rural, que no se deslocalizan, que cumplen los más estrictos requisitos nacionales y europeos en materia de seguridad alimentaria, respeto al medio ambiente y bienestar animal”, desglosó. Se trata además de contribuir a dar visibilidad a una “forma de hacer empresa diferente”, en la que el valor generado retorna a las personas y al territorio.
La marca, que cuenta con una etiqueta distintiva, se ha desarrollado tras una investigación a partir de más de 12.000 hogares, unida a una encuesta a más de 1.200 de ellos que ya consumían productos de cooperativas. Entre los requisitos que una cooperativa debe cumplir de forma obligatoria para poder formar parte de la ella están la gestión de la responsabilidad social empresarial, el plan de igualdad y un código de buenas prácticas comerciales, así como el bienestar animal, entre otros. También se fomentan cuestiones como el uso de recursos locales, el marketing responsable y aspectos medioambientales como la minimización de la contaminación atmosférica.